LA LUZ DEL OTRO

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Para quienes desean acompañar a los dos últimos habitantes del planeta en su búsqueda por algo más que supervivencia.

LA LUZ DEL OTRO

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“La guerra trajo la peste y la peste trajo la guerra.”

El año es el 2123. La guerra, el cambio climático, el hambre, el capitalismo… todo ello y más se ha encargado de acabar por completo con el planeta. En medio de un mundo imposible de habitar, donde el calor, el frío o la radioactividad matan en cuestión de segundos, los dos últimos seres humanos se han encontrado.  Dagas en la mano para acabar con todo, imaginar cosas bellas en medio de las ruinas para no ceder ante la locura, manos en el cogote para ahorcar o sobre el cabello para acariciar, mecanismos de defensa para sobrellevar el apocalipsis día con día. En medio de este infierno, todavía hay lugar para algo de intimidad, donde el placer aún tiene cabida, un recóndito espacio para una hermosa cena en medio de una nevada radioactiva.

“Nací el día que la primera detonación nuclear alcanzó mi país.”

La certeza de que el mundo está irremediablemente condenado a perecer a mano del hombre se ha convertido en parte del inconsciente colectivo de toda una población que se enfrenta a escenarios apocalípticos todos los días a través de los medios de comunicación.  A partir de tan poco alentadora visión es que el reconocido dramaturgo Sergio López Vigueras, responsable de poderosos textos como Tártaro, La Bala y Damiana y Carola, construye su propia visión del fin de los tiempos en “La Luz del Otro”. Construida desde el horror que plantea un planeta arrasado por la guerra, la hambruna y un clima inhóspito, López Vigueras construye un nuevo universo en el que dos personas pueden ser suficientes para dar nueva esperanza a la humanidad, aunque sólo sea en el diminuto espacio que ocupan. De tal manera, la imaginación puede reconstruir hoteles a lado del mar que han sido devastados por el clima, se crean rituales místicos para dar algún tipo de sentido al vacío que sólo invita a la muerte, se trata de recordar que, aún en medio de la devastación, el mero toque de otro ser humano puede generar un estallido de placer capaz de borrar la peor de las miserias.




“¿Tienes más miedo de morir que de ser la última?”

En el Sector trece habitan Bernardo y Diana, cada uno creyendo ser el último ser humano que queda. Mientras que Bernardo no ha dejado de huir para poder seguir con vida, Diana se ha dedicado a cuidar de todo aquel que ha necesitado su ayuda antes de que irremediablemente mueran. Los mecanismos de supervivencia y para mantener la cordura en medio del infierno son parte del día a día que ambos implementan luego encontrarse el uno al otro, además de los inevitables problemas de pareja, independientemente de la distopia que los rodea. El universo que construye López Vigueras en “La Luz del Otro” es devastador y esperanzador al mismo tiempo. Mientras que el suicidio pareciera ser una solución perfectamente viable en un planeta muerto, el simple toque de un dedo puede ser suficiente para dar fuerzas de seguir adelante. A pesar de un par de escenas que rompen por completo con la ficción propuesta por la dramaturgia, específicamente un rap que resulta aleccionador e ilustrativo cantado por quien dice no tener contacto alguno con la música y un rompimiento de la cuarta pared en un momento de intimidad, la obra toma una camino de profundidad poética hasta un clímax contundente donde una elegante cena de gala es capaz de humedecer la mirada.

“Sé quién eres porque siempre hui de ti.”

El escenario está compuesto por cuatro paneles, dos de ellos esquinados, en los que se proyectan toda una serie de imágenes que van desde edificaciones abandonadas y en ruinas hasta pilas de cadáveres o escenas brutales de guerra. En el piso se iluminan cuatro espacios cuadrados, marcando los lugares que habitan los personajes. Al inicio de la obra, los personajes llevan un vestuario que remite a la estética distópica de Mad Max, en la que una chamarra de piel está construida como una armadura, por ejemplo. A lo largo de ciertas escenas clave, por todo el espacio retumba un Réquiem con voces corales, imprimiendo grandilocuencia y una potente carga emocional a las situaciones extremas a las que se enfrentan Bernardo y Diana. La dirección de David Psalmon en “La Luz del Otro” conjunta y orquesta toda una serie de elementos sensoriales para acentuar la dramaturgia, al mismo tiempo que establece un tono medio en las actuaciones para librarlas de cualquier melodrama. Ejemplo de ello es la aparentemente sencilla escenografía e iluminación del mismo Sergio López Vigueras, las cuales son elegantes en la forma en que conviven con los personajes, creando desolación en los momentos en que deben enfrentar su propia soledad, generando intimidad cuando se encuentran. Por su parte, la música original de Frances Messeguer es capaz de transmitir la urgencia del mensaje propuesto por la dramaturgia. Adicionalmente, es destacable el diseño de vestuario de Mario Marín del Río. Ya sea con piezas de vestuario que se van desarmando para humanizar cada vez más a los sobrevivientes del fin del mundo, o con unas togas que simbolizaran los horrores vividos por Bernardo y Diana, Marín del Río sin duda consigue capturar la esencia del texto y llevarlo hacia las telas, culminando con un par de vestuarios de gala capaz de congelar la sangre. A pesar de una excesiva utilización del video mapping, al punto de caer en lo reiterativo o ilustrativo, la propuesta de Psalmon resulta congruente con sus últimos trabajos y es más que eficaz para la puesta en escena.




“Quiero una muerte violenta y placentera.”

Bernardo se ha convertido en una criatura feral a causa de su constante huida; en los ojos de Diana se refleja el inmenso cansancio de haber cuidado a muchos que terminaron muriendo. Mientras que Bernardo se muestra frágil, vulnerable al extender el brazo para entregar una flor, Diana es capaz de sacar a relucir su desesperación por sentir algo en un mundo desolado. “La Luz del Otro” eleva su discurso gracias al sólido trabajo que realizan Bernardo Gamboa y Diana Sedano sobre el escenario. Ya sea perdiendo el control de la vejiga con ojos desorbitados, acariciando una toga con la más absoluta delicadeza, cantando un rap sobre el infierno que es el capitalismo, o teniendo una batalla campal con barro, ambos histriones parten de la ruptura, de una verdad evidente en cada una de sus interacciones, de asumir sus roles desde la vulnerabilidad y fractura.

“Aquí empieza el infierno.”

Justo antes de ver “La Luz del Otro” comencé a ver una serie de televisión llamada Extrapolaciones que versa sobre el mismo tema que la obra, el inevitable fin del mundo a causa del hombre. Yo confieso que me resulta desesperanzador a momentos este constante recordatorio de cómo somos nosotros directamente responsables de la inminente muerte de esta Tierra. Sin embargo, cuando la zozobra pareciera querer apoderarse de mí, siempre recuerdo aquella frase que escuche hace más de treinta años en el Teatro El Agora viendo El Juego que Todos Jugamos de Alejandro Jodorowsky: el mundo es un lugar horrible, horrible, pero eso no significa que yo sea una persona horrible. Dejemos de ver hacia más allá en espera del cambio que salvará al planeta, comencemos con nosotros mismos, con nuestro muy pequeño granito de arena que quizás nos salve de tener que brindar en medio de una nevada radioactiva.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Luz del Otro

DRAMATURGIA: Sergio López Vigueras

DIRECCIÓN: David Psalmon

ELENCO: Diana Sedano y Bernardo Gamboa.

VOZ EN OFF: Micaela Gramajo, Beatriz Luna, Itzel Tovar, Monserrath Brenes, Ana Patricia Yáñez, Itzé Moss, Miriam Romero, Erick Consuelo, Christian Diez, Jorge Maldonado, Osvaldo Sánchez, Sergio López Vigueras y David Psalmon.

DÓNDE: Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque

DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.

CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingos 18:00 horas. Hasta el 7 de Mayo 2023. SUSPENDE FUNCIONES 6 Y 7 DE ABRIL.

COSTO: $150. Boletos en taquilla y Boletos para La luz del otro | Detalle de fechas para Más Teatro y Culturales | Ticketmaster MX. Aplican descuentos.

DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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