LA REINA DE BELLEZA DE LEENANE

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Para quienes entienden que la codependencia es un monstruo violento donde madre e hija pueden volverse las peores enemigas.

LA REINA DE BELLEZA DE LEENANE

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

 

“Últimamente has estado más cruel conmigo que de costumbre.”

El fastidio de tener que lidiar con su madre día tras día ha dejado surcos de amargura y agotamiento en la cara de Maureen, más eso no le impide prepararle su alimento de la mejor manera para que no haya grumos en la poca apetitosa mezcla. Mag es una anciana que no para de criticar a su hija todo el tiempo, de recordarle todo lo mal que hay en su existencia, pero hará hasta lo imposible para que ella se quede a su lado hasta el fin de sus días. Una fiesta de despedida podría cambiar esta disfuncional y tóxica relación, podría traer luz y amor a una cabaña donde la oscuridad es lo que reina. Sin embargo, el olor a papel quemado y a aceite hirviendo se encargará de que entre ellas lo único que perdure sea la más absoluta de las amarguras.

“¡Eres una anciana estúpida que no sabe de lo que está hablando!”

El aclamado dramaturgo y director de cine y teatro Martin McDonagh, escritor de la exitosa obra The Pillowman y recientemente creador de la multi-nominada película The Banshees of Inisherin, explora los rincones más oscuros de la codependencia en “La Reina de Belleza de Leenane”. A través de una manipuladora e hipocondriaca anciana, y su amargada y solitaria hija, el autor abre toda una serie de discursos que van desde un decadente retrato de una sociedad irlandesa sumida en la depresión tanto social como económica, hasta las tiránicas dinámicas de poder que se pueden llegar a desarrollar en una relación tóxica como las de esta familia. A este par de personajes se suman los hermanos Ray y Pato, quienes con sus breves pero vitales apariciones no sólo vienen a irrumpir sobre el enfermizo estado mental de la disfuncional pareja de madre e hija, sino que también enfatizan los sueños perdidos de una población sin muchas esperanzas, de una sociedad que no le queda mucho más allá de existir en medio del rencor, la pérdida y la fatua búsqueda de la felicidad aunque sea en unas míseras galletas.




“Sueño que estás vestida de blanco muy elegante en tu ataúd.”

Mag va al fregadero de la cocina y vacía su bacinica llena de orines en ella, tal y como lo hace cada mañana. La razón no termina de ser clara, podría ser debido a las manías de su tercer edad, o meramente para fastidiar a Maureen quien tiene que vivir con ese olor todos los días en su cocina. Justo antes de volver a su recámara, aparece Pato en la estancia, evidentemente después de haber pasado la noche con Maureen. La escena siguiente encierra al supuesto amante en medio de una batalla campal entre madre e hija en la que se revelan terribles secretos con el propósito de evidenciar cuál de las dos mujeres es más perversa a ojos de Pato. Con un profundamente negro y ácido sentido del humor, mismo que tiene a los espectadores carcajeándose de situaciones nada graciosas, “La Reina de Belleza de Leenane” es una travesía por narrativas exacerbadas, que llevan a los personajes al límite en situaciones que podrían rayar en la exageración a través de toda una serie de sorprendentes giros de tuerca. El resultado es un constante estado de profundo suspenso en el espectador quien sabe hasta que nivel pueden llegar a descender madre e hija con tal de hacerse daño, más el dramaturgo sorprende incesantemente al revelar aun más bajos niveles del averno al que llegan con cada nueva revelación en la progresión dramática. Martin McDonagh se ha hecho de renombre como un presentador de la podredumbre humana en la forma más entretenida, este es un perfecto caso de tan inquietante habilidad dramatúrgica.

“¿Crees que estoy encerrada aquí contigo por gusto?”

La pequeña casa donde viven Mag y Maureen se ha recreado con minucioso realismo. Un fregadero con agua corriente en medio de una diminuta cocina con trastos acumulados; un retrato de los Kennedy, orgullo de Irlanda, arriba de la chimenea en medio de múltiples figurillas de porcelana; una canasta junto a un sillón enfrente de una vieja televisión que guarda el tejido de Mag y su desaliñada peluca son algunos de los elementos que dominan la estancia principal de la vivienda. La única ventana del lugar refleja el clima exterior, ya sea con agua condensada o con la brillante luz del sol entrando a través de los vidrios. Apoyada por la Iluminación de Patricia Gutierrez Arriaga, la idea de espacio escénico de Mauricio Ascencio, el diseño de escenografía de Eva Aguiñaga y la música original de Hans Warnes, la dirección de Angélica Rogel en “La Reina de Belleza de Leenane” es potente desde dos vertientes. Por un lado establece un realismo preciso en la presentación del decadente universo en el que habitan los personajes. De tal manera, cuando Maureen obliga a su castrante madre a comerse un plato de avena a la fuerza, como castigo de una mentira descubierta, la pequeña tortura se realiza con alimento real que fue preparado en escena con ayuda de una hornilla en la cocina. Sin embargo, este realismo es hábilmente quebrantado en una importante escena en la que Pato escribe una carta a su enamorada. En este momento humo inunda la escena, y todo el lugar se dota de un aire de misticismo y esperanza que en el mundo real nunca se llegará a concretar. En esta duplicidad de lenguajes es que la dramaturgia cobra mayor fuerza. Una vez establecido esto, el mayor logro es en el tono y ritmo que Rogel establece para la obra, acentuando el negro humor del dramaturgo y propulsando la tensión dramática hasta el límite. De tal manera, la dirección de la obra está en un estado de constante manipulación sobre las emociones del espectador para alcanzar los máximos niveles de suspenso y entretenimiento dentro de la tan negra narrativa.




“Siempre hay alguien despidiéndose.”

No han pasado ni diez segundos de que Maureen cruzó la puerta de su casa que las demandas comienzan. Mag vocifera que quiere un té, necesita su avena o le duele alguna parte de su cuerpo. Maureen, con un pesado caminar, con todo su cuerpo agotado, no por el día de trabajo sino por el tener que lidiar con su madre, realiza cada movimiento con una pesadumbre que refleja el hastío de su vida. No obstante, en cuanto los reclamos de Mag se vuelven más incisivos, se libera una rabia en ella que desborda una extrema violencia. Esa Maureen tan extrema en sus emociones es la misma que se presenta ante Pato, a momentos siendo coqueta y un tanto recatada a la vez, cínica y provocativa en cuanto su madre aparece sólo por el placer de fastidiarla. Al frente de “La Reina de Belleza de Leenane” se encuentran Sofía Álvarez y Ana Graham, como madre e hija. Ambas actrices parten de la misma premisa realista para la creación de sus personajes y estilo actoral, consiguiendo interpretaciones que claramente provienen de la víscera, desde la fractura y el riesgo, desde una entrega absoluta a la visión de la obra. Igualmente destacables, en los roles masculinos se encuentran Roberto Beck y Antonio Vega como los hermanos Ray y Pato. Mientras que Beck presenta con absoluta veracidad a un simplón con capacidad limitadas dada su condición de vida, Vega resulta enteramente encantador y vulnerable que involuntariamente se ve en medio de una batalla a muerte entre dos mujeres de personalidades extremas. Lograr dar vida a una obra tan compleja requiere de un elenco capaz de conectar con las palabras desde un estado de verdad, y cada uno de los involucrados lo logra a manos llenas.

“Vas a vivir eternamente para fastidiarme.”

Recuerdo perfectamente cómo hace muchos años, todas las mañanas mientras me bañaba, tenía una fantasía recurrente: la muerte de mi entonces esposo para poder liberarme de él. Teníamos una relación co-dependiente por demás enfermiza donde yo estaba consciente de que jamás me podría liberar de su presencia a menos que fuera por medio de su cuerpo dentro de un ataúd. Afortunadamente, ese ciclo de toxicidad se rompió, no por un funeral, sino porque tuvo la grandiosa idea de dejarme por alguien más. Yo alguna vez fui Maureen y tuve a mi Mag, entiendo a la perfección lo que es odiar a una persona de la que no te puedes librar. Alguna vez fui un monstruo… espero ya no serlo nunca más.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Reina de Belleza de Leenane

DRAMATURGIA: Martin McDonagh

TRADUCCIÓN Y ADAPTACIÓN: Ana Graham y Antonio Vega.

DIRECCIÓN: Angélica Rogel

ELENCO: Sofía Álvarez, Ana Graham, Antonio Vega y Roberto Beck.

DÓNDE: Foro La Gruta

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Viernes 20:00, Sábado y Domingo 18:00 horas. Hasta el 14 de Mayo 2023.

COSTO: $310. Boletos en taquilla y Teatro Helénico (comprarboletos.com)

DURACIÓN: 120 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento y valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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