INSTRUCCIONES PARA SEMBRAR UN JARDÍN

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Para quienes entienden que el cordón umbilical es el hilo con que mamá hace cumplir su voluntad.

INSTRUCCIONES PARA SEMBRAR UN JARDÍN

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Los caminos de una madre son misteriosos.”

Entre sueños abandonados y lágrimas que inundan, los hermanos Natalia y Bruno tratan de vivir la mejor vida posible, a pesar de encontrarse atados a la casa familiar. Sin embargo, su muy falsa armonía es interrumpida con la llegada de su desconocido hermano mayor Lucas, quien no sólo llegó para imponer su voluntad, que en realidad no es suya, sino también para preparar una muy macabra celebración de cumpleaños para su madre quien está a punto de llegar. Los tiesos y disecados dedos de mamá manipulan los hilos con que sus tres vástagos mueven sus vidas, sus ojos derramarán las semillas con que un jardín habrá de florecer, su mera presencia lo único que se necesita para que nadie en esa casa pueda alcanzar la felicidad.

“Lo que ordena mamá es destino, y yo cada día me marchito más.”

La figura materna como un ser manipulador que castra cualquier posibilidad de felicidad sobre sus hijos, cuyo destino pareciera ser meros títeres encargados de cumplir la voluntad de quien les dio vida, incluso después de la muerte, es una de las oscuras líneas temáticas que la autora Itzel Lara explora en “Instrucciones para Sembrar un Jardín”. Disfunción familiar, relaciones tóxicas, el ciclo de vida que surge de la muerte, y hasta un perico conforman una dramaturgia que hace uso del humor negro y el realismo mágico para hilar una narrativa que, en su exacerbación, podrá conectar con facilidad con la realidad de una sociedad que ha enarbolado a la madre como un ser gorgónico inapelable, incuestionable, e incluso bastante asfixiante.




“No tenía idea que compartíamos la misma soledad.”

La última voluntad de mamá era que su cumpleaños se celebrara en aquel jardín que tanto amaba y que ahora está seco. Dado el hecho de que ella ya murió, Lucas decidió disecarla para que pudiera llegar en una sola pieza a casa, y así festejar con globos, gorritos y pastel. Esta festividad culminará con sacrificios extremos donde las flores habrán de brotar de las entrañas mismas de esta familia. A través de la creación de personajes impactados por figuras de autoridad, ya sean mamá o un hermano mayor, “Instrucciones para Sembrar un Jardín” consigue un inquietante equilibrio entre lo grotesco, lo poético y lo no intencionalmente gracioso. De tal manera, las lágrimas de un ser inerte traen como consecuencia vida, las interacciones entre hermanos provocan risas incomodas entre los asistentes que se ven reflejados en tan distorsionado espejo, la carta que ha dejado un cadáver es una sentencia que como consecuencia traerá belleza a una moribunda morada. Itzel Lara explora rincones oscuros de la psique humana, sin duda, pero con una clara elegancia en su mordaz lenguaje y hermosura en las góticas imágenes que inspira.

“Un caballero no tiene memoria y un hijo no tiene boca.”

Natalia y Bruno son dos títeres que caminan con pesadez, leen detenidamente una carta de tamaño real, se abrazan de su hermano Lucas, un ser humano de gran altura. También se representan como caras de cartón que aparecen detrás de un biombo, o como muñecos que se desdoblan por completo para abrir paso a un naciente jardín. A la llegada de Lucas, quien pareciera recién salido de la década de los 70s, se canta una canción con ritmos más cercanos a lo circense o lo fársico. El uso de acetatos para proyectar la decadencia de la casa familiar, específicamente el jardín que se presenta con árboles totalmente secos, es un reflejo de la marioneta de mamá cuyo detalle es perceptible hasta en las arrugas de su cara. El trabajo que realiza en la dirección Luis Alcocer Guerrero, quien ha explorado con anterioridad el horror que puede representar la figura materna, de manera más contundente en su obra El Juego de Mamá, es una armónica mezcla de múltiples lenguajes escénicos, desde el guiñol y el teatro de objetos, hasta el teatro de sombras. Siendo fiel a sus exploraciones dentro del género cinematográfico psicotrónico o conocido como cine B, Alcocer utiliza el títere como elemento de enorme expresividad humana, al mismo tiempo denotando características grotescas. Esto mismo se puede percibir en el uso de la música, vestuario, y principalmente el tono con que se cuenta la historia, mismo que nunca permite entrar en una convención de realismo alguno. Cada elemento que se conjuga en la puesta en escena es parte de un recorrido teatral que culmina en una escena final que hermana el horror con la belleza, capaz de robar el aliento, provocar una lágrima, o un absoluto sentimiento de repulsión.




“Qué descanso saber que no esperaba nada de mí.”

Lucas al llegar a casa de sus hermanos pareciera desbordar una cierta alegría plástica que no se percibe como completamente honesta. Sin embargo, a medida que la relación filial continúa, es capaz de poner en su regazo a un títere con la más absoluta ternura. Con el paso del tiempo, Lucas va cediendo su propio ser, se abandona por completo en favor de la familia, convirtiéndose así en una máscara más, en una marioneta de tamaño natural. El trabajo actoral que realiza Héctor Iván González en “Instrucciones para Sembrar un Jardín” es por demás complejo. Interactuar con títeres, convertirse en uno él mismo, reaccionar a voces grabadas en tono casi neutral y conseguir un tono actoral de farsa en algunas escenas son algunos de los múltiples retos a los que se enfrenta, alcanzando veracidad emocional y corporal durante toda la propuesta. A su lado, es igualmente destacable el trabajo de los titiriteros Karen Castellanos, Ernesto García y Martha Alejandra Vega quienes consiguen dotar de verdadera personalidad a dos hermanos, una madre y un perico de madera.

“Nuestro fracaso es un triunfo de mamá.”

En el proceso de seguir de cerca el teatro de Luis Alcocer Guerrero me he tenido que enfrentar a pesadillas dantescas sobre el escenario. Monstruos que cobran vida, un pavo que recrea La Piedad de Miguel Ángel, máscaras que reflejan el horror mismo de la humanidad, todo ello y más ha sido parte de una honesta, fascinante y, definitivamente inquietante, exploración bajo su compañía teatral Proyecto Granguiñol Psicotrónico. “Instrucciones para Sembrar un Jardín” es coherente con la línea creativa de Alcocer, se mantiene fiel a una visión de autor, continúa creando imágenes que inspiran al mismo tiempo que podrían provocar pesadillas.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Instrucciones para Sembrar un Jardín

DRAMATURGIA: Itzel Lara

DIRECCIÓN: Luis Alcocer Guerrero

ACTÚAN: Karen Castellanos, Ernesto García, Héctor Iván González, Martha Alejandra Vega y Paula Watson (Voz en Off)

DÓNDE: Foro A Poco No

DIRECCIÓN: República de Cuba 49, Centro Histórico.

CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 horas. Hasta el Martes y Miércoles 20:30 horas. Hasta el 11 de diciembre 2022.

COSTO: $196. Boletos en taquilla. Aplican descuentos.

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DE LOS TEATROS: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Cerca del Metro Allende.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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