COSTO DE VIDA

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Para quienes entienden que las discapacidades del alma son más paralizantes que las físicas.

COSTO DE VIDA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“No todo lo que pasa tiene una explicación.”

Eddie, desesperado por tener aunque sea la más mínima compañía humana, espera en un bar la llegada de un fantasma; John, en busca de contratar a una cuidadora que le ayude con ciertas tareas de la vida diaria, toma un riesgo al darle trabajo a una poco experimentada recién graduada; Ani siente como la rabia ebulle desde adentro de sí en contra de su exmarido, mientras que él toca el piano en su brazo; Jess, entre malabarear toda una variedad de trabajos para poder salir adelante, se da permiso de soñar con un lugar en donde poder dormir y sentirse bienvenida. Cuatro personas, cada una con su propia discapacidad, algunas más evidentes desde sus sillas de ruedas, otras mejor escondidas en la fragilidad de sus almas, que están exactamente en la misma búsqueda, un poco de compañía, encontrar en una café viejo y en una rebanada de pizza fría la felicidad.

“Las personas no van tras de otras personas a menos de que las necesiten.”

Ganadora del premio Pullitzer en 2018, “Costo de Vida” de la dramaturga polaco/estadounidense Martyna Majok es una poderosa visión hacia las relaciones e interacciones entre las personas con discapacidades y las que no. En voz de cuatro personajes, uno de ellos con parálisis cerebral y otra cuadripléjica, la autora desarrolla una profunda exploración hacia el equilibrio emocional que implica el dar o recibir cuidados, principalmente cuando los otros dos personajes restantes encuentran sus limitaciones, no en sus cuerpos, sino en sus heridas emocionales.




“Si necesito un solecito artificial para sentirme feliz, lo vas a saber.”

Aparte de cuidar de John, Jess tiene que trabajar en distintos bares cada noche para poder sostenerse económicamente, mientras que su empleador goza de una beca que le permite vivir holgadamente; Eddie, ahogado por la culpa que siente por haberle sido infiel a Ani antes del accidente que la dejara en una silla de ruedas, ahora quiere cuidar de ella. Sin embargo, mas allá de su deseo de limpiar los pecados de su pasado, el ex-trailero y ex-alcohólico está desesperadamente tratando de llenar el vacío que inunda su alma. La construcción dramática de “Costo de Vida” presenta dos historias en paralelo que al final se unen por un frágil hilo narrativo. A pesar de un monólogo inicial de amplia extensión para presentar a Eddie, la dramaturgia consigue abrir temas de discusión y debate, confronta al espectador con temas delicados y poco discutidos en la sociedad, no sólo sobre la discapacidad física, también alrededor de las divisiones de clase, la profunda soledad en la que existen millones de personas hoy en día, la precaria situación económica de algunos personajes, y la imperante necesidad de las personas de conectar con alguien más para sentirse humanos aunque el miedo se los impida.

“No vas a hacer penitencia conmigo.”

Los departamentos de John y Ani son representados por paredes con papel tapiz floral café, mismo que le recuerda a Eddie una bolsa de papel estraza. Sin embargo, la parte superior de las mamparas son de madera cruda, recordando constantemente al público que se encuentra en un teatro. Más adelante, Jess ayuda a John a bañarse, una escena que se realiza con absoluto realismo, misma situación cuando Eddie ayuda a Ani a darse un baño de tina. La dirección de Samuel Sosa en “Costo de Vida” es una amalgama entre un realismo confrontativo y un espacio lúdico meta teatral donde tramoyistas entran y salen entre escenas para reacomodar la utilería. Mientras que la propuesta desafía juicios de los espectadores al confrontarse con corporalidades diversas al descubierto, un acierto que fortalece la premisa dentro de la dramaturgia, la escenografía a cargo de Adrián Martínez Frausto resulta poco asequible en su constante recordatorio de que todo está sucediendo dentro de un espacio escénico.




“Tenemos demasiados reclamos entre nosotros.”

Ani declara con absoluta vehemencia que la rabia que siente contra Eddie es algo que la domina a pesar de los cuidados que le proporciona; en un intento por conocerse, Jess y John van revelando pequeñas partes de sus historias, cada uno bajando poco a poco los escudos que la vida les ha obligado a levantar; cuando Eddie se encuentra con la posibilidad de tener algo de compañía en su solitario departamento, aunque sea por unos minutos nada más, su desesperación revela mucho más locura de la que está dispuesto a aceptar. Uno de los factores más importantes dentro de la propuesta de “Costo de Vida” es la inclusión de un elenco diverso donde los personajes de Ani y John son interpretados por Sandra Jiménez Loza y Arly Velásquez Peñaloza, actriz y actor con discapacidades físicas. Sin embargo, más allá de la vital importancia que significa esto, el trabajo histriónico que ambos realizan parte de lugares de honestidad, donde las emociones claramente operan desde la entraña y la fractura. El resultado son actuaciones admirables en ambos casos, aun cuando Jiménez Loza lleva la carga humorística de la puesta en escena, responsable sin duda de grandes carcajadas durante toda la obra. Junto a ellos, Humberto Busto y Elena del Río como Eddie y Jess respectivamente entregan actuaciones igualmente sólidas, accionando desde un tono medio, libre de grandes aspavientos o exacerbación emocional, decisión acertada dada la naturaleza rota de los personajes.

“Hubieras hecho esto cuando importaba.”

Durante larga parte de mi infancia pasé mucho tiempo con mi tía Elidita, una mujer que vivió toda su vida con una paralizante discapacidad mental. Recuerdo como en aquel entonces nos referíamos a ella con términos por demás despectivos, palabras que de plasmar en esta crítica serían motivo inmediato para iniciar una campaña de cancelación en mi contra. Eran los ochenta y no sabíamos que había mejores maneras de hacer las cosas. ¡Qué largo camino hemos recorrido en términos de inclusión desde esos años de mi infancia! Hoy expreso mi más absoluta admiración y respeto a la fundación y agencia de talentos Cambiando Modelos A.C. quienes promueven la inclusión de personas con discapacidad en el mundo de la publicidad, moda y medios de comunicación. El mundo está cambiando día con día, y quiero pensar que para mejor gracias a montajes como “Costo de Vida, a iniciativas que no sólo hablan, sino que accionan por un mundo donde todos, absolutamente todos, podemos contar nuestras historias, ser vistos, aplaudidos y no relegados a un cuarto como se hizo con mi tía Elida en una época en que las personas no entendían que había una ruta mejor. Hoy pienso en ti con amor tía, con muchísimo amor.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Costo de Vida

DRAMATURGIA: Martyna Majok

DIRECCIÓN: Samuel Sosa

ELENCO: Humberto Busto, Elena del Río, Sandra Jiménez Loza y Arly Velásquez Peñaloza.

DÓNDE: Teatro Helénico

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Lunes, Martes y Miércoles 20:00 horas. Hasta el 28 de junio 2023.

COSTO: $505 y $360. Boletos en taquilla y Teatro Helénico (comprarboletos.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento y valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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