ALMACENADOS

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Para quienes quieren que la familia Bonilla los haga reflexionar y reír en un almacén lleno de reglas.

ALMACENADOS

 
“Tú eres el nuevo.”
 

En este almacén hay reglas y se deben de respetar. No todas son muy lógicas, algunas pueden resultar absurdas pero así es como se han hecho las cosas durante los últimos 29 años y no van a  cambiar ahora nada más porque ha llegado el nuevo. El reloj está adelantado siete minutos, la virgen brilla de diferentes colores al ritmo de Jingle Bells y la ropa de trabajo se pone antes de checar tarjeta. Así son las cosas, ¿estamos? ¿Qué importa que el lugar esté vacío y el teléfono no ha sonado una sola vez en años? Las hormigas siguen su camino en línea recta sin cuestionar a dónde van. No hay que distraerse, un camión podría llegar en cualquier momento.

“Aquí vamos a lo que vamos.”
 

El señor Lino se va a retirar después de 29 años de leal servicio a la empresa. No está completamente convencido de esto, pero no queda más remedio ya que su salud le impide continuar en su puesto. Ahora tiene tan sólo una semana para entrenar al joven Nin en todas las cuestiones relacionadas con su trabajo. Esta premisa de gran sencillez sirve al dramaturgo español David Desola para crear “Almacenados”, una comedia con tintes melodramáticos de gran efectividad al combinar situaciones verdaderamente graciosas, sobre todo a partir de las manías que ha desarrollado el señor Lino, con un poderoso discurso sobre la soledad, la mediocridad, la rutina y la vejez.

“Lo que cuenta es lo que marca la tarjeta.”
 

La oportunidad de ver a Héctor Bonilla en el escenario siempre será una excelente razón para ir al teatro. Si a esto le sumamos que comparte el escenario con su hijo mayor, Sergio, y que ambos están siendo dirigidos por su hijo menor, Fernando, la oferta es sencillamente irresistible. Muchos podrían argumentar que el reunir a padre con sus dos hijos para montar una obra de teatro, donde además de todo la esposa está involucrada en la producción, es la fórmula perfecta para un desastre, resultado del nepotismo y el ego de todos. Podría estar de acuerdo, sin embargo, en el caso de “Almacenados” el talento brilla, y brilla muy fuerte.

“¡Te vas a hartar de ver camiones!”
 

La dirección de Fernando Bonilla es pulcra y directa, sin muchos aspavientos, permitiendo que el texto brille y que los actores se luzcan. Su manejo del espacio escénico resulta particularmente interesante, ya que no se limita, sino que al revés, se expande por todo el lugar para crear la ilusión de este almacén de gran tamaño donde no pasa nada y que está completamente vacío. Este recurso sirve, además, para acentuar la enorme distancia que existe entre las dos generaciones, los dos rangos dentro de la organización. Adicionalmente, la iluminación a cargo de Alberto Lomnitz consigue crear esta atmósfera helada e impersonal propia de estos lugares de trabajo, jugando a momentos con ella, junto con las bonitas luces de colores que iluminan a la virgen del almacén, para acentuar la comedia o profundizar el patetismo.

“Con el tiempo llegarás a ser una pieza fundamental, como yo.”
 

La verdadera joya de “Almacenados” radica en sus actuaciones. Empezando con Sergio Bonilla, quien pareciera un simple accesorio a lado de su padre, pero se gana su buena parte de los aplausos a medida que la obra se desarrolla y brilla por sus propios méritos. Su interpretación del joven Nin, cuestionando todo, aceptando nada, rebelde, generoso, maquivélico y lleno de buenas intenciones ciertamente sirve como patiño para las manías del señor Lino; sin embargo, los momentos de la obra en que Sergio se queda solo en el escenario son verdaderamente brillantes, ya sea haciéndonos reír muchísimo al verlo imitar a su padre, uno de mis momentos más altos de la función, o mostrando su capacidad de llenar el escenario con una llamada al jefe de la empresa haciéndose pasar por el psicólogo del señor Lino. Me queda claro que el talento se hereda.

“A nadie le gusta que le digan que ya no sirve.”
 

Todavía recuerdo con una sonrisa cuando lo vi por primera vez en el escenario durante el musical “Barnum” hace casi 30 años; una de las obras donde más he reído fue la magistral “Arte” de Yazmina Reza donde compartía créditos con José Elías Moreno y Claudio Obregón; su transformación en “Yo Soy mi Propia Esposa” siempre la he considerado la joya de su corona. Héctor Bonilla es una pieza fundamental dentro del teatro mexicano y en “Almacenados” entrega un papel verdaderamente memorable y entrañable como el señor Lino. El arco dramático que desarrolla su personaje, de una caricatura de un viejito gruñón, maniático y mal encarado a un pobre anciano decadente, un tanto patético y muy cansado, es sencillamente una master class en actuación, al ver cómo el trabajo interno del actor es proporcionalmente reflejado en cada movimiento, paso o gesto que da. Así como nos hace reír a carcajada suelta con sus gritos y caras fácilmente reconocibles de trabajos anteriores, nos parte el corazón cuando se derrumba por la más insignificante de las cosas. Héctor Bonilla es una institución de donde todos los que se dedican al teatro pueden aprender a manos llenas.

 
 
“¡Todavía soy el encargado, carajo!”
 

¿Cuántas reglas me he inventado a lo largo de mi vida? ¿Qué tan maniático soy? ¿Acaso soy esclavo de mis propias invenciones o locuras? ¿En qué momento dejaré de ser útil y pasaré a la categoría de obsoleto? Todas estas y muchas preguntas más se revolvieron en mi mente tras haber reído y aplaudido mucho en “Almacenados”. Uno de los objetivos primordiales de la comedia es el conducir a su espectador a la reflexión por medio de la risa; ¡Misión cumplida familia Bonilla! 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Almacenados”
DRAMATURGIA: David Desola
ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Fernando Bonilla
ACTÚAN: Héctor Bonilla y Sergio Bonilla.
DÓNDE: Foro Shakespeare.
DIRECCIÓN: Zamora 7, Colonia Condesa. A dos cuadras del Metro Chapultepec.
CUÁNDO: Viernes 20:30, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs.
COSTO: $250 entrada general. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN:  90 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Foro Shakespeare no cuenta con valet parking, pero hay un estacionamiento a lado. Se encuentra muy cerca del metro Chapultepec. Les recomendamos revisen el resto de la cartelera, tanto del foro principal, como de los espacios alternativos con los que cuenta el lugar.
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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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