UN TORNILLO ATRAVIESA MI CABEZA

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Para quienes quieren descubrir cómo una obra sin final es la manera en que un actor exorciza a su monstruo de Frankenstein.

UN TORNILLO ATRAVIESA MI CABEZA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Esta obra es una autopsia a ciertas ideas que he tenido en la cabeza.”

De acuerdo con la llamada que acaba de recibir Toño, el monstruo que habita en su mente está entubado; si le hacemos caso a su cartera, su situación económica está por debajo de cero; las lágrimas de frustración que derrama el actor encerrado en su casa a causa de la pandemia podrían convertirse en el motor que necesita para liberar sobre el papel todas sus angustias. Esta parece una obra de teatro, un monólogo quizás aunque no tenga final. En verdad es un ritual para ver a los ojos a la criatura de Mary Shelley, y así quizás poder encontrar algún tipo de cierre entre papelitos escritos por los testigos que se encuentran en las butacas.

“Tal vez sea la peor obra escrita en el año.”

La mirada del creador sobre su propia obra es el cimiento sobre los que el autor, director y actor José Antonio Becerril construye “Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza”. Este monólogo construido desde el caos de una mente postpandémica crea un paralelismo entre la vida real de Becerril, su compleja relación con su padre o su precaria situación como artista emergente, y toda una gama de frustraciones añadidas, con la obra de Frankenstein de Shelley. Aunado a esto, la obra explora el proceso creativo, lo disecciona, analiza, critica e incluso se mofa de él, en un acto de catarsis para entenderse como artista y como un frágil ser humano aun en busca de muchas respuestas.




“Yo mismo pienso que mi monstruo son mis miedos.”

Toño realiza una serie de lecturas en atril de ensayos, cuentos o pensamientos que ha escrito. Los temas son variados, desde las consecuencias de poner que es actor en Tinder hasta su reacción a la condición de salud de su padre. A la par, va escenificando su proceso creativo para armar este preciso monólogo junto a un profesor de teatro con técnicas un tanto arcaicas o cuestionables. En órbita a todo esto, aparece un repartidor con apetitos sexuales ligados a una terminal de autobuses y un poema dedicado a heces. De primera instancia “Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza” pareciera ser un caos mental vertido sobre el escenario que el creador impone sobre los espectadores para su lidiar con su propia crisis existencial. De cierta manera lo es, pero se realiza a través de un humor ácido que produce muchas risas nerviosas, de una participación calculada que involucra a todos los presentes en el proceso creativo, incluyendo a todos colaborando para darle cierto cierre a la narrativa, y de una evidente honestidad en la cual Becerril pone al descubierto sus más profundas vulnerabilidades y temores, mismas que sirven de espejo para que cada una de las personas reflexionen y den una sincera mirada hacia sus propias almas. Es en esta conjunción de elementos que el monólogo es relevante, pertinente con el sentir de las generaciones actuales y una potente reflexión sobre lo que cada uno padeció en la mente durante la pandemia.

“¿Te ha ocurrido algo monstruoso en tu vida?”

Mientras Toño narra parte de la historia de Frankenstein, específicamente el encuentro entre la criatura y un niño, el actor se sienta en una mesa donde se encuentran una variedad de objetos incluyendo muñecos de juguete, algunas fotografías, comics, y papelitos con caras pintadas. Una cámara ubicada arriba de la mesa proyecta la manera en que Toño acentúa su narración con dichos elementos para efectos tanto cómicos como más potentes. La escenificación de “Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza” es enteramente congruente con la dramaturgia en medida que es también un reflejo caótico de la mente del creador que a momentos funciona de forma contundente, en otros termina siendo más contaminación sensorial dentro de una plétora de estímulos. De tal manera el teatro de objetos que propone, y que es usado con precisión, vuelve la narrativa de Frankenstein en una experiencia fascinante para el espectador, mientras que palabras proyectadas en la pared funcionan mucho más como distractores que como puntos de apoyo. Se destaca el buen uso del espacio en La Capilla, donde el segundo piso del escenario se convierte en un espacio que habitan los personajes de Shelley en el proceso creativo, o una salida al fondo del escenario que hace las veces de un baño en la Tapo. Este desequilibrio dentro de la puesta en escena se justifica plenamente dentro del conflictuado universo del creador, donde una serie de objetos en el suelo provocan una serie de ideas que no llevan a ningún lado salvo al que quiera ir la mente de quien lo presencia.




“Te prometo que esta obra sí va a algún lugar.”

José Antonio Becerril está interpretando el papel de Toño, osea de sí mismo. Este falso personaje despliega sus capacidades de convertirse en una criatura gótica con un saco en la cabeza, comenta con ácido humor notas que le escribió el público, o narra su cuento favorito con candor. Ya sea sentado en una silla como inodoro o discutiendo si al hablar de Roberto Carlos se refiere al futbolista o al cantautor, el trabajo actoral que realiza José Antonio en “Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza” está basado en un trabajo de exposición de él mismo tanto en su faceta de actor como de ser humano. Vulnerabilidad, humor, fragilidad, miedos y sarcasmo son características de su personalidad y Toño las comparte, así como el apodo que usaban sus compañeros de escuela para molestarlo. Es en la globalidad de sinceridad que aplica el actor que la obra funciona en muchos niveles.

“La paradoja del creador es descubrir el horror de tu obra.”

Una mente puede dirigirse a millones de lugares, tanto creativos como destructivos, sobre todo cuando uno está encerrado en casa, sin muchas alternativas que las de estar enclaustrado a causa de una pandemia. Poco a poco esta tan particular situación irá permeando en las artes para dejar al descubierto el alma de sus creativos en este trance tan peculiar y traumático. De igual manera, de manera lenta pero segura, el público estará en un mejor estado mental para recibir estos trabajos. “Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza” es uno de estos trabajos y me parece que en 2023 estamos más que listo para aplaudirlo y… lo siento, esta crítica no tendrá final.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Un Tornillo Atraviesa mi Cabeza

DRAMATURGIA, DIRECCIÓN Y ELENCO: José Antonio Becerril Hernández

DÓNDE: Teatro La Capilla

DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.

CUÁNDO: Sábado 18:00 horas. Hasta el 13 de mayo 2023.

COSTO: $250 entrada general. Boletos en taquilla y en Un tornillo atraviesa mi cabeza #0423 – Boletópolis (boletopolis.com)

DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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