MIL VECES NO

Por  |  0 Comentarios
COMPARTE!




Para quienes quieren ver una hilarante y conmovedora historia de amor, venganza, piñatas y Mufasa.

MIL VECES NO

Por Juan Carlos Araujo
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas

“Esta es una historia de amor rara.”

Detrás de la hermética puerta del departamento 602, Miranda lidia con sus propios demonios a través del encierro, dejando paquetes misteriosos en el elevador de su edificio, llamando al mismo número desde 15 celulares diferentes y rascándose una que otra costra. Detrás de una aparentemente inocente sonrisa, el nuevo residente del departamento 601 también esconde sus propios fantasmas. Sin embargo, Baltasar busca cumplir el último deseo de su tía Remedios repartiendo la palabra de Dios, haciendo unos exquisitos chiles rellenos y aprendiendo a romper una piñata. El año es el 2039 y la humanidad está a punto de colapsar, pero dos almas perdidas quizá aún puedan encontrar la salvación, no en Dios, sino en atreverse a creer que son dignos de ser queridos, dejando el pasado atrás y descubrir que la felicidad está ahí, afuera, viviendo y no encerrados, en el puesto de tacos al pastor de la esquina.

“La mayoría de las veces uno llega al amor medio jodido.”

Dos seres humanos rotos por un mundo que pareciera al borde del colapso son unidos por las buenas intenciones de una mujer controladora y muerta. Entre discutir lo que es el WIFI, cómo ordenar comida corrida en una fonda y desentrañar la devastadora historia de dos pendejas, una agorafóbica y un exmiembro de una secta religiosa descubrirán cómo darle sentido a una existencia donde el amor es una cosa que pareciera imposible de alcanzar.  “Mil Veces No” de Paula Zelaya Cervantes y Ana González Bello es una hilarante comedia ubicada 15 años en el futuro que de primera instancia se presenta como una entrañable historia de amor involuntario entre dos personas que no tendrían nada que hacer juntas. Sin embargo, a medida que la trama se desenvuelve y se revelan ciertos giros de tuerca, el negro y ácido sentido de la comedia de las dramaturgas se utiliza para tocar temas por demás delicados como son el aislamiento, el fanatismo religioso, la violencia sinsentido y la venganza dando como resultado una obra profundamente conmovedora, con el potencial de dejar a muchos envueltos en llanto, para segundos después provocar una nueva carcajada.




“Soñé que me dejabas pasar y nos sentíamos menos solos.”

Miranda no es capaz de bajar más allá de unos cuantos escalones antes de ser presa del pánico causado por eventos traumáticos sucedidos hace 4 años; luego de pasar años aislado del mundo exterior, Baltasar ha huido de su secta religiosa para descubrir que aun a la distancia sigue siendo víctima del fervor religioso que ahora le atormenta. Mientras que Miranda no puede dejar de torturar psicológicamente a un hombre de identidad misteriosa, Baltasar no puede evitar extenderle una mano amiga a este extraño al borde del abismo. A nivel dramaturgia, “Mil Veces No” encuentra su carta más sólida en la construcción de dos personajes complejos, llenos de contradicciones, que luchan contra su propia naturaleza, contra el deseo de destruir a pesar de ser una buena persona, o de imponer su cosmogonía a pesar de saberla fallida. Adicionalmente, Zelaya Cervantes y González Bello consiguen conectar con su audiencia a niveles emocionales profundos gracias a diálogos veraces, sumamente graciosos a momentos en su forma tan real de capturar el caló mexicano urbano y jugar con la metateatralidad, en otros por la honestidad con que se quiebran al cuestionar temas tan reales como la fe que ciega al punto de la tragedia, o la violencia a la que el ser humano es capaz de hundirse, una que es capaz de arrebatarle el sentido de existir a una mujer que antes disfrutaba de comida gourmet como quesadillas con tocino preparadas por su hermana. Es en esta dicotomía entre lo francamente hilarante y dramático que la obra consigue conmover, entretener y, potencialmente, hacer del futuro algo menos oscuro.

“El dolor que podemos controlar es mil veces mejor que el que no.”

Al inicio de la obra, el conserje del edificio donde viven Miranda y Baltasar explica que, como la compañía de teatro no tiene muchos recursos, el público se va a tener que imaginar gran parte de los lugares donde sucede la acción. Con música en vivo, interpretada por Miguel Tercero y Cristóbal Maryán, los protagonistas bailan, discuten, aprenden a vivir en el mundo hostil que habitan. Cuando Miranda habla de sus fantasías de venganza, el escenario se ilumina por completo de rojo, provocando carcajadas entre las butacas, pero cuando trata de salir de su edificio, la luz y el sonido en escena reflejan sus traumas en un momento de vulnerabilidad que muestra otra faceta de la muy quebrada habitante del departamento 602. La dirección que Paula Zelaya Cervantes aporta a “Mil Veces No” intensifica la dramaturgia con un ritmo ágil que intensifica la comedia, pero que también establece intimidad para que los temas más delicados sean tratados con seriedad, libre de cualquier melodrama exacerbado. El trabajo en el diseño de escenografía, iluminación y vestuario por parte de Fernanda García es preciso, desde la coherente decisión de vestir a Miranda con una camiseta de un osito de peluche descabezado y a Baltasar como unos overoles que remiten a los menonitas hasta crear un piso entero de un edificio con unos marcos de puertas. Asimismo, es de destacar el trabajo de Cristobal MarYán en la música original y el diseño sonoro.




“¿Quién me elegiría a mí para algo?”

Baltasar no puede evitar el enunciar cuidadosamente las nuevas palabras que aprende, de la misma manera que Miranda no es capaz de inhibir su instinto de blandir un cuchillo de cocina ante un desconocido mientras que se le desorbitan los ojos de manera maniaca. La forma en que Baltasar disloca su cadera al bailar es tan divertida como es conmovedora al punto de las lágrimas y terrible la manera en que Miranda revela las razones detrás de los paquetes que envía, de los quince celulares que usa a diario para marcar el mismo número a todas horas. En el centro de “Mil Veces No” se encuentra el trabajo actoral de Ana González Bello y Luis Eduardo Yee, encargados de darle vida a Miranda y Baltasar, respectivamente. La construcción de personaje que realiza Yee, dando vida a un inepto social y supuesto emisario de Dios se puede apreciar en su manera de moverse, en su hablar, en cómo interactúa con sus compañeros de escena. Por su parte, González Bello da rienda suelta a esa desparpajada forma en que aborda su actuar que le imprime un distintivo naturalismo, ya sea blandiendo un hacha, describiendo un aberrante acto de violencia en el interior de un coche o estando a punto de realizar un acto de automutilación. Este compromiso en el desarrollo de caracteres por parte de ambos es lo que da mayor sentido a la puesta en escena. La presencia de Miguel Tercero como narrador de la obra, músico junto a Cristobal Maryan, y dando vida a los personajes secundarios en la obra, ya sea un conserje o una vecina corredora, consigue dar un equilibrio acertado entre Yee y González Bello, es un cómplice que guía a los espectadores dentro de lo que es tan peculiar historia.

“¿Qué pasa si Dios no hace su chamba?”

Una de las filosofías con las que rijo mi vida es una frase que aprendí en El juego que todos jugamos de Alejandro Jodorowsky cuando tenía 15 años: el mundo es un lugar horrible, horrible, pero eso no significa que yo sea una persona horrible. “Mil Veces No” captura en muchos sentidos la esencia de esa declaración. Nos recuerda que, en un mundo tan lleno de violencia sinsentido, donde tantos y tantos se sienten perdidos, aislados, imposibles de ser amados, hay seres humanos dispuestos a bajar el cuchillo, vernos a los ojos y explicar con paciencia a cómo cruzar la avenida. Un mundo donde hay piñatas, papitas con limón y taquitos al pastor no puede ser tan malo, es cosa de jamás olvidarlo.

 

Búscanos en Facebook, Instagram y X como Entretenia




DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Mil Veces No

DRAMATURGIA: Paula Zelaya Cervantes y Ana González Bello.

DIRECCIÓN: Paula Zelaya Cervantes

ELENCO: Ana González Bello, Luis Eduardo Yee, Miguel Tercero y Cristóbal Maryán.

DÓNDE: Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, dentro del Centro Cultural del Bosque.

DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.

CUANDO: Miércoles 20:00 horas. Hasta el 2 de Julio 2025.

CUANTO: $150. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y en Boletos | MIL VECES NO | Centro Cultural del Bosque

DURACIÓN: 120 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento.

COMPARTE!

Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *