LA CASA DE BERNARDA ALBA, EL MUSICAL

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Para quienes desean descubrir el lado más exuberante, exacerbado y musical de García Lorca.

LA CASA DE BERNARDA ALBA, EL MUSICAL

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Esta casa, sin varón, qué sola está.”

La muerte del patriarca de la casa dicta, de acuerdo con la tradición, ocho años de luto no sólo para la viuda, sino también para las hijas. En este encierro, donde el calor se acumula entre las sábanas, los planes para una boda serán motivo de envidias, rencores y traiciones, sentimientos escondidos entre los finos bordados que preparan un lecho nupcial que nunca se habrá de consumar. Esto podría parecer a primera mirada un drama familiar ceñido por la mirada femenina de uno de los más grandes poetas españoles del siglo XX. Lo que en realidad está a punto de suceder es un musical donde los límites del melodrama son deliciosamente llevados al extremo de sus posibilidades.

“Las mujeres como yo somos flores sin color.”

Considerada por muchos como la obra maestra dramatúrgica de Federico García Lorca, “La Casa de Bernarda Alba” es una profunda crítica a la muy conservadora sociedad española de principios de siglo XX, una obsesionada con las bellas imágenes públicas, encadenada a la religión católica, y poniendo a la mujer en una posición de absoluta sumisión ante los hombres. Escrita con un cúmulo de simbolismos, y haciendo uso de bellamente construidos diálogos pletóricos de poeticidad, la historia de una castrante madre y sus cinco hijas fue adaptada en 1996 por Alexandro Celia en un musical que en muchos sentidos respeta el material original, le rinde homenaje incluso, al mismo tiempo que incluye 10 canciones originales.




“Somos cuerpos que, aunque aman, el tiempo olvidó.”

La audiencia conoce a los personajes femeninos que habitan este mundo Lorquiano con la canción “Réquiem para un Varón”. Mientras que Bernarda lamenta con exacerbada rabia su destino en la canción “Maldita Herencia”, las cinco hermanas pelean sobre un retrato del muy deseado Pepe el Romano al inicio del segundo acto con “¿Quién me Roba la Calma?”. Cada uno de estos números musicales adentran al espectador a ritmos españoles, a estilos musicales grandilocuentes propios de los musicales de finales de los ochentas e inicios de los noventas, al mismo tiempo que se exacerban las emociones que dominan a todos los personajes, llevando la trama a un punto ebulliciente de melodrama. Lo que a principios del siglo XX se podría considerar un drama realista, en manos de Celia “La Casa de Bernarda Alba, el Musical” es exagerado hasta sus últimas consecuencias, adentrándolo al terreno telenovelesco. Sin embargo, la capacidad del dramaturgo y director de mantener la esencia del trabajo de García Lorca, la buena mano con que se han escrito las canciones, y el evidente entendimiento que tiene de los subtextos alrededor del material original permiten que la propuesta sea por demás exitosa. Ciertamente, el segundo acto no cuenta con la misma potencia que el primero, cayendo a momentos en la reiteración y presentando números musicales que empantanan más que avanzan la trama. No obstante, el resultado final es delectable, sumamente entretenido en su valor casi ridículo – dicho en el mejor de los sentidos –, permitiendo apreciar el trabajo de Federico García Lorca desde una visión arriesgada, sin duda, pero que rinde los frutos adecuados.

“Recuerda que el fuego entre mujeres es muy peligroso.”

El escenario es la fachada del decadente hogar de Bernarda Alba, dominado por una enorme cruz que pende desde el techo. La paleta de colores que domina la propuesta es el gris del espacio, decisión que se aleja del blanco que propone Lorca en su dramaturgia original, mismo que va perdiendo su pureza a medida que la trama avanza. Las mujeres, en un desafío que sería ampliamente aplaudido por el autor original, son interpretadas por hombres, claro manifiesto ante la crítica lorquiana. Entre coreografías que incluyen zapateado y flamenco, iluminaciones azuladas que referencian a la luna, o que provienen de veladorasa, el musical fluye con naturalidad en su exagerada naturaleza. La escenificación de “La Casa de Bernarda Alba, el Musical” apuesta por la grandilocuencia en su tono y actoralidad, en ningún momento en sus valores de producción. La música grabada obliga a los participantes a ceñirse a una música inamovible, más el diseño de audio permite apreciar con toda claridad las letras de las canciones; el espacio se siente pequeño, la escenografía a momentos parca, más el trabajo tan comprometido que el elenco realiza, comandados por la batuta del director, permite que los vacíos se llenen con más que amplia expansividad actoral. Es en esta dicotomía que una vez más la puesta en escena sale más que avante gracias a la enorme calidad y talento humano que se encuentra detrás.




“¡Eres una ventanera!”

Ante el evidente furor que sienten las hijas de Bernarda Alba entre las piernas, la criada Poncia decide adiestrar a sus niñas en cierta información delicada sobre lo que sucede debajo de las sábanas en una noche nupcial con la canción “Fingir, Gritar”. El desencanto que ha vivido en el amor Martirio es cantado con toda sinceridad en la canción “Sombra Nocturna”, mientras que Adela muestra su lado más licencioso, a lado de sus hermanas, al cierre del primer acto con “Hablaré con Luzbel”. El elemento que eleva “La Casa de Bernarda Alba, el Musical” de una idea descabellada a un montaje digno de ser admirado se encuentra en su más que comprometido elenco alternante conformado por Jaime Rojas, Alexandro Celia, Mauricio Roldán, David Tort, Poloy Brown, Hermes Ángeles, Dietrich Martens, Carlos Rodea, Jules Montejano, Mike Copca y Gerardo D’Sales. Mientras que Rojas crea una Bernarda Alba en el más puro estilo de villana de telenovela de los ochenta, Roldán se entrega de lleno a crear una Adela que ebulla con pasión de vida; por un lado, Tort desarrolla a Martirio desde la más sufrida hipocresía, por el otro Carlos Rodea interpreta a una Magdalena llena de amargura y la peor de las lenguas viperinas. Una vez dicho esto, quien se lleva las palmas de la noche, sin lugar a dudas, es el mismo Alexandro Celia, quien interpreta a la criada Poncia con la más absoluta honestidad, la crea desde su propia verdad, eliminando por completo la línea que distingue a la actoralidad del total realismo. Es en esta capacidad de cada uno de los actores que forman la compañía, de entregarse a tan melodramática propuesta escénica desde el habitar a los personajes con verdad, que el musical se gana la ovación de pie que muchos del público ofrecen al final de la velada.

“¿Qué escándalo es este en mi casa?”

Tuve la fortuna de ver el montaje original de “La Casa de Bernarda Alba, el Musical” en el Foro de la Comedia, en aquel entonces con Fred Roldán en el papel que ahora encarna su propio hijo. Aquella puesta, mucho más sencilla en su escenificación, funcionaba sin duda, más no alcanzaba la contundencia que esta nueva versión disfruta. A más de 25 años de la primera tercera llamada, esta versión musical de la obra de Federico García Lorca es un trabajo de amor, es homenaje a sus creadores originales, es entender su verdadera naturaleza exacerbada, es un deleite que nos recuerda que en 2023 el universo femenino lorquiano en su subtexto tenía una exquisita naturaleza queer que los Roldán abrazan en toda su incluyente gloria.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Casa de Bernarda Alba, El Musical

IDEA ORIGINAL: Fred Roldán, basado en la obra de Federico García Lorca.

LIBRETO Y MÚSICA: Alexandro Celia

DIRECCIÓN: Alexandro Celia

ELENCO: Jaime Rojas, Alexandro Celia, Mauricio Roldán, David Tort, Poloy Brown, Hermes Ángeles, Dietrich Martens, Carlos Rodea, Jules Montejano, Mike Copca y Gerardo D’Sales (alternan funciones).

DÓNDE: Teatro Wilberto Cantón

DIRECCIÓN: José María Velasco 59, Colonia San José Insurgentes.

CUÁNDO: Martes y Miércoles 20:30 horas.

COSTO: $400. Boletos en taquilla y en Boletos para La Casa de Bernarda Alba | Detalle de fechas para Obras de teatro | Ticketmaster MX

DURACIÓN: 130 minutos con un intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking. Muy cerca del metro Barranca del Muerto.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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