CÓDICE TENOCH, UN SOLDADO EN CADA HIJO

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Para quienes desean conocer el lado Shakesperiano de nuestro origen prehispánico.

CÓDICE TENOCH, UN SOLDADO EN CADA HIJO

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)


“¿Qué es lo que puede acercarme a la cabeza del imperio?”

Largos han sido los años de enemistad entre los reinos de Texcoco y Azcapotzalco. Sin embargo, una promesa de paz ha surgido en el horizonte con un matrimonio arreglado que beneficiaría profundamente a ambas partes, aunque no tanto a los príncipes involucrados Ixtlixóchitl y Tecpa. La sangre de guerreros correrá por los llanos, traiciones se elucubrarán y grandes romances acabarán en tragedia; todo ello mientras que, en un islote, el pueblo de Tenochtitlán irá fraguando su propia estrategia para llegar a gobernar sobre tierras que pronto habrán de ser conquistadas.

“Esos mexicas son una bola de bárbaros, aunque tengan ínfulas de rey.”

Concebida originalmente como una consigna de la Royal Shakespeare Company, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro en el marco de la Olimpiada Cultural de 2012, “Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo” del dramaturgo Luis Mario Moncada y originalmente dirigida por Roxana Silbert regresa al escenario en conmemoración de los 500 años de resistencia indígena de 1521 por la toma de México-Tenochtitlán. Bajo la supervisión para el remontaje del director Andrés Weiss, el épica drama explora la forma en que el lenguaje teatral de Shakespeare puede ser extrapolado a otras realidades lejanas a la inglesa, en este caso particular, a la época mesoamericana en la víspera del surgimiento del imperio mexica.




“Desde ahora no aceptaré ninguna palabra que no sea rendición.”

Una princesa despechada fragua un envenenamiento con toloache en busca de venganza; un príncipe asciende al trono, sólo para convertirse en un déspota tirano; una desgracia destinada para el amor prohibido entre una esclava y un miembro de la familia real de Texcoco. Cada uno de los elementos narrativos presentes en “Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo” pueden ser rastreados a específicos elementos de la dramaturgia Shakesperiana, desde Hamlet hasta Sueño de una Noche de Verano. Al crear personajes de proporciones épicas, situados en situaciones políticas límite, todo ello en medio de ambientes monárquicos familiares podridos por el poder, la ambición y la sed de guerra, Luis Mario Moncada crea una dramaturgia de gran envergadura que abruma ante la magnitud de nuestra propia historia. Ciertamente, hay grandes licencias poéticas, no debe ser visto como un documento histórico preciso, sino como un desarrollo narrativo escénico/teatral que le inyecta al origen prehispánico de nuestro país de una muy necesaria dosis de heroísmo, villanía y, sobre todo, de interés dramático.

“Esta unión necesita una línea de sucesión clara e indiscutible.”

La escenografía a cargo de Jorge Ballina tiene la doble función de representar el islote en el que habitan los mexicas, así como las páginas que conforman los códices en que se resguarda la historia originaria de México antes de la conquista. El vestuario de Eloise Kazan conjuga elementos propios de las culturas mesoamericanas con elementos clave de la moda inglesa, tanto en su época isabelina como en el movimiento punk de los 70’s. A lo largo de toda la obra, músicos en vivo interpretan piezas de influencia prehispánica. Uno de los puntos clave dentro de la escenificación de “Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo” es la monumentalidad en cada uno de sus elementos. En el primer acto, la dirección original de Roxana SIlbert, ahora retomada por Andrés Weiss, consigue ser vertiginosa. Complejas negociaciones política se ligan a potentes escenas de guerra cuidadosamente coreografiadas; la pasión de un príncipe por su esclava se contrapone contra la brujería que fragua una mujer despechada; la comedia de un sirviente se vuelca en sangre en un abrir y cerrar de ojos. El segundo acto, necesitado de un ritmo más sostenido, revela otros aspectos de la dramaturgia shakesperiana como los monólogos directos al público o la presencia de la voz del pueblo en voz de unos cómicos siervos. Todo este camino de más de 3 horas culmina con un evento cumbre dentro de la cultura prehispánica que cimbra al espectador desde el terror y la maravilla.




“Van a conocer el demonio que alimenta mi venganza.”

Haciendo eco a la propuesta visual del montaje, las actuaciones en “Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo” son grandilocuentes. De tal manera, la traición es recibida con grandes aspavientos de desconcierto, la muerte con dolor profundo, las maquinaciones corruptas son presentadas con un casi caricaturesco dejo de maldad. Esta exacerbación emocional presentada por un vasto elenco conformado por Fernando Bueno, Eduardo Candás, Karla Camarillo, Armando Comonfort, Miguel Cooper, Erando González, Jorge León, Miguel Ángel López, María del Mar Náder, Oscar Narváez, Carlos Ordóñez, Laura Padilla, Ana Karen Peraza, Octavia Pioesku, Roldán Ramírez, Cecilia Ramírez Romo, José Carlos Rodríguez, Gustavo Schaar, Alan Uribe Villarruel, Rodrigo Vázquez e Iker Vicenteño es coherente con la puesta en escena, con las intenciones de emular el estilo del Bardi inglés, y a tono con la singular complejidad de todo el proyecto.

“¿Destruyendo al otro se impondrá la paz?”

“Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo” de Luis Mario Moncada nos regala un elemento clave que siempre ha faltado en la historia del México prehispánico: protagonistas. A través de una ficcionalización y dramatización de un punto clave y profundamente desconocido de nuestra propia cultura, se nos ha regalado un método infalible de crear una memoria, una que debemos recordar por siempre para evitar repetirla, para crear un mejor futuro para nuestro país, uno menos sangriento, menos sediento de poder y, espero, menos podrido por la corrupción.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Códice Tenoch, Un Soldado en Cada Hijo”

DRAMATURGIA: Luis Mario Moncada

DIRECCIÓN: Roxana Silbert

DIRECCIÓN DE REMONTAJE: Andrés Weiss

ACTÚAN: Fernando Bueno, Eduardo Candás, Karla Camarillo, Armando Comonfort, Miguel Cooper, Erando González, Jorge León, Miguel Ángel López, María del Mar Náder, Oscar Narváez, Carlos Ordóñez, Laura Padilla, Ana Karen Peraza, Octavia Pioesku, Roldán Ramírez, Cecilia Ramírez Romo, José Carlos Rodríguez, Gustavo Schaar, Alan Uribe Villarruel, Rodrigo Vázquez e Iker Vicenteño.

MÚSICOS EN ESCENA: Ernesto Juárez, Kaouru Miyasaka, Edwin Tovar, Carlos Matus, Pablo Ramírez e Isidro Ruiz.

DÓNDE: Teatro Del Bosque Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque

DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.

CUÁNDO: Jueves a Domingo 18:00 horas, hasta el 31 de Octubre.

COSTO: $150. Boletos en taquilla. Aplican descuentos.

DURACIÓN: 210 minutos más un intermedio de 10 minutos.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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