FOTOGRAFÍAS: RICARDO CASTILLO CUEVAS (@RiAlCastillo)
WENSES Y LALA
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Para quienes entienden que el verdadero amor es inmortal y eterno.
WENSES Y LALA
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (@RiAlCastillo)
Una vida juntos se dice fácil. Dos caminos que crecieron en paralelo de golpe se cruzan para nunca volverse a separar, gracias a un destino azaroso, a la violencia, la sangre y la muerte. Un sinfín de pleitos, innumerables risas, un día mágico en un lago, una mordida de un perro méndigo y desgraciado, un hijo malhablado y maravilloso, una mochila rosa, un cura a toda madre y tantos recuerdos más conforman su historia de amor, misma que ni la muerte podría terminar. Una vida juntos se dice fácil, pero este romance dista mucho de terminarse ya que la eternidad los espera vestidos para una boda y con las manos unidas.
“Yo nunca he sido bueno para hablar.”
Muchos podrán identificar a Adrián Vázquez como un espléndido actor que ha participado en montajes de gran éxito como “Un Hombre Ajeno” y “Más Pequeños que el Guggenheim”. Lo que no es muy sabido es que Vázquez también es un establecido y respetado dramaturgo y director, reconocido principalmente por sus trabajos unipersonales como “El Hijo de mi Padre” (Crítica en www.entretenia.com). Con su muy particular destreza para recrear ambientes en un estilo claramente costumbrista, mostrando oficio en la llamada “narraturgia” y con una impecable maestría para sencillamente divertir a su público con una buena anécdota, Vázquez presenta ahora su más reciente creación: “Wenses y Lala”.
“A lado de ese hombrecito de once años de edad me sentía segura.”
Situada en el norte del país, “Wenses y Lala” nos cuenta en voz de sus protagonistas una tierna, entrañable y muy divertida historia de amor que se expande desde la infancia hasta más allá de la muerte, abarcando todo el espectro de lo que sucedió en medio. Todas las diferentes situaciones, buenas y malas, amargas o dulces, espeluznantes y horrendas, son narradas con destreza y agilidad por una mujer dicharachera, extrovertida y de bella voz junto con su mucho más callado, amoroso y dedicado esposo. Vázquez demuestra una espléndida capacidad tanto para crear personajes que se sienten sumamente reales y oníricos a la vez, como para desarrollar una historia cien por ciento narrada sin que esto signifique en lo más mínimo que resulte pesada o aburrida. Muy al contrario, a medida que avanza la historia y el público se enamora, identifica o ríe con los personajes, una sensación de comodidad y familiaridad invade a los presentes, antojándose una buena taza de café para poder pasar horas y horas escuchando a esta peculiar pareja de tórtolos enamorados.
“Se esperó a que me muriera para volverme a cantar.”
Con elementos sencillos de iluminación y musicalización, la dirección de Adrián transita libremente entre la comedia y el melodrama de forma eficiente y efectiva. La participación directa con el público se encarga igualmente de aligerar la función y de que los asistentes se compenetren con los personajes, táctica muy inteligente de dirección, dado que “Wenses y Lala” se desarrolla casi en su mayoría con ambos personajes sentados en una banca de madera sin prácticamente moverse. Dada la naturaleza del texto y la propuesta de Vázquez, no se necesita de mucho más para que la obra consiga su objetivo no sólo de entretener al asistente sino de dejarle en el corazón, alma y mente un bellísimo mensaje reafirmante que celebra tanto al amor como a la vida misma.
“No llores ojitos de golondrina.”
Las actuaciones del mismo Vázquez y de Teté Espinosa van perfectamente de la mano con el resto de la propuesta tanto textual como de dirección. Gestos casi imperceptibles, ligeros movimientos de manos, miradas furtivas y diálogos a momentos casi incomprensibles entre el matrimonio (a propósito) son parte de un trabajo finísimo de actuación que muestra cómo de verdad a veces se puede lograr muchísimo más con un pequeño reacomodo del cuerpo que con grandes gritos y aspavientos. Pareciera que el trabajo de Espinosa es mucho mejor logrado, dado que su personaje cuenta con la personalidad más explosiva de los dos; sin embargo, el trabajo de Adrián es igual de poderoso aun cuando sea en un tono mucho más subyugado, igualmente establecido por la naturaleza de Wenses.
“Ha valido la pena vivir a lado tuyo.”
“Wenses y Lala” es una delicia de presenciar, un honor aplaudir y una buena lección de cómo hacer buen teatro sin mucha parafernalia alrededor. Un trabajo elegante de dirección logra dar vida a un texto que pareciera ser una rebanada de vida misma, desentrañando los misterios que encierra esa química entre dos personas que llamamos amor. Las actuaciones de ambos involucrados es una buena lección para aquellos que confunden actuar con moverse por todo el escenario mientras gritan sus líneas y el resultado final es una sonrisa de oreja a oreja que uno no puede quitarse mucho tiempo después de acabada la función.
“¿Y tú, tú de qué te acuerdas?”
La vida es tan corta y tan llena de complicaciones que a veces nos resulta fácil perdernos en su ir y venir, olvidándonos de lo que realmente es importante: amar y ser feliz. Hoy puedo decir que amo, que soy feliz, que mis recuerdos de un primer beso robado durante una función de teatro y de una plática de horas con la fachada de El Círculo Teatral como único testigo son momentos que atesoro en mi corazón. El día que me vaya, que deje este plano existencial para irme a otro lugar, estaré esperando a quien me hace tan feliz con los brazos abiertos en esa ropa que llevaba puesta el día que lo conocí.
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Ricardo Castillo Cuevas: entreteniafoto@gmail.com
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Wenses y Lala”
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Adrián Vázquez
ACTÚAN: Adrián Vázquez y Sofía Sylwin
DÓNDE: Foro Shakespeare
DIRECCIÓN: Zamora 7, Colonia Condesa.
CUÁNDO: Lunes a Jueves 20:30 hrs. Hasta el 29 de diciembre.
COSTO: $300 Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN: 60 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.
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