VISITANDO AL SR. GREEN

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Para quienes desean conmoverse con el choque entre dos mundos que deberán aprender a respetarse, quieran o no.

VISITANDO AL SR. GREEN

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Por ahora estamos obligados a pasar tiempo juntos.”

Lo que pudo haber sido una verdadera tragedia se ha convertido en una cita semanal, todos los jueves en la noche, donde ninguno de los involucrados está muy contento. Ordenado por la corte, el joven Ross Gardiner debe visitar y atender a las necesidades del muy poco cooperativo Sr. Green, un octogenario que no ha terminado de sanar una muy importante pérdida en su vida. Entre tradiciones judías enraizadas, un secreto que clama por gritarse con orgullo, y muchos contendores de sopa kosher, una amistad habrá de surgir entre dos seres fracturados por la persecución y el odio generado por simplemente existir.

“Yo creo que el Buen Dios te envío a mí.”

El choque generacional entre dos hombres atormentados por sus propios demonios es la base sobre la que el dramaturgo estadounidense Jeff Baron construye “Visitando al Sr. Green”. Esta obra, estrenada originalmente en 1996 y que desde entonces ha gozado de un enorme éxito internacional, con más de 500 producciones por todo el planeta, explora temas tan complejos como la discriminación, la amistad, la familia, la fe y el abandono a partir del encuentro de estos dos hombres cuyo único deseo es ser felices sin tener que renunciar a sus muy particulares esencias.




“No existe una chica para mí.”

Durante la primera visita, Ross Gardiner encuentra un departamento sucio, con basura por todos lados, y un hombre claramente desorientado por la presencia de un hombre que no recuerda en lo más mínimo. A medida que las visitas continúan, tal y como lo dictaminó un juez, y los cuidados se vuelven menos una obligación y más producto de un genuino interés, el lazo entre el ambicioso joven ejecutivo y el necio viudo judío se comienza a fortalecer. Sin embargo, a medida que cada uno de ellos revela aspectos de sus personalidades, creencias y antecedentes, una ineludible confrontación se desata, con consecuencias que cambiarán el curso de ambas vidas. Graciosa a momentos, dolorosa en otros, “Visitando al Sr. Green” es una hábil manipulación dramatúrgica que jala lenta, pero sistemáticamente, los hilos emocionales del espectador. Su melodramático, pero finalmente profundamente conmovedor final, es resultado de un casi inevitable compromiso que el público genera con uno o ambos personajes, resultado del reflejo que sus personalidades proyectan sobre la realidad que cada uno vive. Es en este manejo sentimental de las problemáticas tanto de Ross como de Green que el autor consigue llevar su historia a la contundencia.

“¿No le importa morirse?”

Antes de la tercera llamada, los actores ya se encuentran en escena. Mientras que José Ramón Berganza se viste, respira y relaja los músculos, Fernando Canek va aplicando el maquillaje que lo transforma en un hombre de más de ochenta años. En las partes laterales del escenario, los múltiples cambios de vestuario están a la vista, lo mismo que los elementos de utilería que se necesitan. La pared de entrada al departamento del Sr. Green está cortada de forma diagonal, quedando una zona negra donde se proyectan los tiempos en que sucede la historia. La manera en que Miguel Septién aborda la dirección de “Visitando al Sr. Green” se puede apreciar desde dos claras aristas: la metateatralidad y la actoralidad. Por un lado, Septién deja en claro que todo esto es un artífice escénico, los trucos están a la vista, nunca se esconde que esto es teatro. Apoyado por la escenografía e iluminación de Emilio Zurita, el montaje le recuerda al espectador que, dentro de la ilusión que sucede en el escenario, una que con tanta frecuencia se describe como magia, se puede aún descubrir la esencia humana.




“Del Buen Dios usted no sabe nada.”

Por el otro lado, Septién apuesta sobre el talento actoral. Fernando Canek, quien durante dos semanas asumió el complejo rol del Sr. Green interpretado regularmente por Alberto Lomnitz, aborda su anciano personaje desde la fisicalidad en un inicio. El temblor en sus manos o de una voz afectada por un fuerte acento Yiddish, el lento caminar y una gesticulación característica, casi estereotípica del hombre judío, es la base sobre la que Canek construye su Green. Lenta pero sistemáticamente, se va desenvolviendo un hombre complejo, plagado por culpas y por férreas convicciones, capaz de proyectar una terrible ira, la más profunda de las angustias o fragilidades. A su lado, Berganza presenta un personaje gentil, avergonzado y arrepentido por la razón que lo llevo a tener estas visitas semanales. A medida que la narrativa avanza, Berganza libera sentimientos descarnados, dolor profundo ante el rechazo que ha sufrido, rabia e impotencia tanto por sus duras circunstancias como por la imposibilidad de hacer entender a un viejo que su manera de pensar no es la correcta. Es en este desenvolvimiento emocional, en partir de la honestidad, en crear un verdadero lazo de comunicación entre los dos actores que “Visitando al Sr. Green” encuentra su más potente valía.

“Somos amigos, ¿no?”

Recuerdo haber aplaudido rabiosamente a Luis Gimeno y Beto Torres hace 15 años cuando vi por primera vez “Visitando al Sr. Green”. El conflicto entre la fe judía y la identidad de un joven me parecía relevante en ese entonces, un magnifico trabajo realizado por dos potentes actores que debía ser admirado por muchos. Sin embargo, a fines del 2021, tras una pandemia que nos ha resquebrajado, y en un mundo donde la inclusión tiene ecos más que nunca, la historia de Green y Ross vibra más alto que nunca. Escucharnos, entendernos, respetarnos en nuestras diferencias siempre será lo que nos haga mejores como seres humanos… aunque a algunos conservadores o religiosos no estén de acuerdo.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Visitando al Sr. Green”

DRAMATURGIA: Jeff Baron

DIRECCIÓN: Miguel Septién

ELENCO: Alberto Lomnitz, José Ramón Berganza y Fernando Canek (alternando funciones).

DÓNDE: Teatro Milán

DIRECCIÓN: Lucerna 64, Colonia Juárez.

CUÁNDO: Viernes 20:00, Sábado 18:00 y 20:00, Domingo 17:00 Y 19:00 horas.

COSTO: $400 Y $500. Boletos en taquilla o en Boletos para Visitando al Sr Green | Detalle de fechas para Más Teatro y Culturales | Ticketmaster MX

DURACIÓN: 110 minutos sin intermedio. Principio del formulario

DATOS ADICIONALES DEL TEATRO: Cuenta con valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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