El excampeón olímpico Bruce Jenner sube al escenario, vestido en un espectacular vestido blanco, ahora convertido en la superestrella Caitlyn Jenner, para recibir el premio Arthur Ashe a la valentía. Sobre un escenario a dos frentes, una plancha de metal quirúrgica se encuentra en el centro flanqueada por cuatro lámparas. Dos seres humanos, uno vestido en ropas asociados con el género masculino, otro vendado fuertemente del pecho para disimular partes del cuerpo asociadas con el género femenino. Aquí, en este instante teatral, no hay etiquetas mas que con las que entró el público entró ostentando sus nombres. Esas también literalmente se arrancarán voluntariamente, posiblemente tras una transformación, pero no del cuerpo sino del pensar.

¿Qué es lo trans? ¿Qué significa ser hombre o mujer? ¿Quién eres tú? Más allá de responder dudas, buscar aleccionar a los espectadores sobre la tolerancia o la inclusión o hacer algún tipo de proselitismo, Trans [pieza documental sobre la identidad de género] del escritor Bruno Ruiz y dirigida por Luis Rodríguez provoca más preguntas, se logra insertar en fibras muy sensibles de la mente del espectador para que este se cuestione a sí mismo sobre su propia identidad, más allá de cualquier tema con respecto a género o preferencia sexual. Ya sea con tres cajas de cartón cuyo hipotético contenido será puesto en tela de juico a lo largo de tres paréntesis imaginarios, leyendo la reflexión que Yecid Calderón posteó en Facebook en torno al delicado tema del condicionamiento social en torno a la identidad o escuchando un terriblemente hermoso ruego por una promesa de amor y aceptación, esta magnífica puesta en escena es un claro ejemplo de la fuerza transformadora que tiene el teatro sobre quienes se atreven a vivirlo.

El cuerpo que todos y cada uno de nosotros heredamos al nacer y su alteralidad, aquel que es igual cuerpo pero opuesto al primero, así como el que sólo existe en nuestras mentes poco a poco ira naciendo en la mente del público mientras un cello en vivo toca melancólicas notas. Mientras que se explica con absoluta claridad lo que significa ser uno de los cada diez millones de varones nacidos vivos con intersexualidad, conocemos la historia de Javier, de Patricia, de todos aquellos seres humanos que no fueron privilegiados con la portada de la revista Vanity Fair pero cuya lucha ha sido profundamente más intensa que la de Jenner.

La apuesta escénica de Trans [pieza documental sobre la identidad de género] es brutal y contundente sin ser agresiva, clara y precisa sin ser moralista, profunda y real sin caer en el melodrama gracias a que Luis Rodríguez consigue un buen balance entre usar proyecciones en video, explorar, interactuar y confrontar al público y sencillamente compartirnos las tan diversas historias de tantas personas que nacieron biológicamente hombres o mujeres y que con el tiempo, seis años o más de setenta, descubrieron a la persona que realmente habitaba en sus cuerpos.

El profundo impacto que Trans [pieza documental sobre la identidad de género] alcanza no sería posible de no ser por un comprometido y muy honesto trabajo actoral. Las actrices Cecilia Ramírez Romo y Myrna Moguel se entregan de lleno al montaje, haciendo las voces y las palabras de otros suyas. De tal manera que cuando preguntan al público qué es lo que cada uno de nosotros somos, qué nos hace hombres o mujeres, qué tan diferentes somos de aquellos que tuvieron el valor de simplemente ser quienes eran sin pretender ocultarse para comodidad de la sociedad, las lágrimas no pueden evitar rodar, no por ellos ni por ellas, sino por todos nosotros.

Presentada bajo la línea curatorial de cuerpo e identidad en el Teatro Ignacio García Téllez IMSS, en la ciudad de León, Guanajuato dentro de las actividades de la 38 Muestra Nacional de Teatro , Trans [pieza documental sobre la identidad de género] de la Ciudad de México es sin duda una puesta en escena digna de representar lo mejor que se está haciendo sobre el escenario en nuestro país.