SIEMPRE ESTOY. ¿SE PUEDE EXTRAÑAR A ALGUIEN QUE NO CONOCES?
Nombrarse en el presente es honrar la memoria, celebrar nuestros multicolores, y nunca dejar de bailar.
SIEMPRE ESTOY. ¿SE PUEDE EXTRAÑAR A ALGUIEN QUE NO CONOCES?
La historia que cuentan Mauricio Popoca y Gonzalo Quiroz es la de su tío Saul. Ese no es su nombre verdadero, es uno que se escogió entre los propuestos por el público cuando se les pidió que pensarán en un hombre inspirador que ya no se encuentra entre nosotros. La razón de esto es porque su familia confunde el amar con esconder. Esta es la historia de un hombre gay invisibilizado por quienes comparten su sangre, un ser humano que tuvo que emigrar a San Francisco para poder expresar sus afectos con mayor libertad, de un unicornio multicolor que, ante el odio y la discriminación, decidió invitar a bailar al mundo entero antes de que el fin del mundo nos alcance.
Basándose en la historia de su propio tío y familia, Mauricio Popoca, junto con Gonzalo Quiroz y Pablo Avilés escriben Siempre Estoy. ¿Se Puede Extrañar a Alguien que no Conoces?. Bajo la dirección de Bruno Ruiz y Luis Rodríguez, esta pieza de manufactura evidentemente honesta y cercana al corazón de sus integrantes se puede apreciar desde distintas vertientes. Es teatro documental en el que fotografías, grabaciones y artículos personales narran por sí mismos la historia de un hombre capaz de proteger a sus seres queridos durante el 68, pero que no es plenamente aceptado por su orientación sexoafectiva; es una experiencia inmersiva, ínitma y participativa donde se invita a los espectadores a compartirse, a verse de manera amorosa y aceptante; es un homenaje y celebración de vida, un momento para bailar como una comunidad libre de odio, prejuicios y closets.
La puesta en escena ha tomado el patio de Casa Mudéjar como su escenario. En una pared lateral se proyectan diferentes imágenes, muchas de ellas son fotografías con la cara de un hombre tachoneada. Al frente, del lado derecho, un proyector de acetatos muestra cartas reales, algunas otras fotografías y hasta un arcoíris. Al centro, un baúl domina la escena, espacio donde se encerraron todas las posesiones del tío para ser resguardadas, o quizás olvidadas. Este cofre de madera se rescató de una casa familiar, misma que se recrea en miniatura con minucioso detalle. Desde la selección musical, que incluye canciones de Tina Turner, Mika, Gloria Gaynor y Village People, entre otros, hasta el crear una discoteca en un cuarto contiguo, resulta destacable el cuidado que se ha tomado en la escenificación de Siempre Estoy. ¿Se Puede Extrañar a Alguien que no Conoces?. Cada decisión tomada por los directores, el pasar fotografías de los distintos lugares donde el tío vivió en San Francisco entre el público, invitar a todos a cantar Bohemian Rhapsody, recrear un momento dantesco del 68, o dar lectura a la última carta del querido familiar al mismo tiempo que es proyectada para poder ser leída, es parte de un diseño que invita a la reflexión, exacerba la importancia del orgullo y el vivir con libertad, fortalece la dramaturgia, todo esto libre de todo melodrama, chantaje emocional o manipulación.
Al iniciar la obra, Mauricio Popoca realiza con toda seriedad una serie de movimientos de manera repetitiva que culminan en golpear el aire con fuerza. A medida que la acción narrativa avanza, esta coreografía se transforma en un baile gozoso al ritmo de música disco. A momentos actúa de manera heteronormada, para segundos después mostrarse como un muy orgulloso hombre homosexual en toda su expresividad. Por su parte, Gonzalo Quiroz es parte de un movimiento militar en una escena, un minotauro en otra, un sobrino que hubiera querido con todas sus fuerzas conocer a su tío, al igual que Mauricio un orgulloso hombre homosexual sin miedo a simplemente ser. Aun cuando Siempre Estoy. ¿Se Puede Extrañar a Alguien que no Conoces? tiene momentos que requieren de una interpretación ficcionada. El trabajo que realizan Popoca y Quiroz en la puesta en escena se sustenta más en la manera tan cándida con que se muestran tal como son, como Mauricio y Gonzalo. Es en este nivel de sinceridad con que ambos exponen, cantan, bailan, gritan su rabia o expresan en voz baja su dolor o indignación que la propuesta alcanza su máxima contundencia.
Saúl fue el nombre que yo propuse al inicio de la obra. Saúl fue un maestro de inglés, un hombre homosexual que murió de SIDA en 1997. Saúl fue un gran compañero de trabajo, una persona de gran sentido del humor, alguien a quien hoy nombro para que su memoria persista. Somos más que Polvo mencionan durante la puesta en escena. Saúl es mucho más que eso. Es, no fue. Es aquel que hoy, esté donde esté, está bailando al ritmo de su música favorita en la disco Solaris junto a todos aquellos a quienes se les ha intentado invisibilizar. Lo intentaron, muchos lo lograron, cada día menos podrán.
Siempre Estoy. ¿Se Puede Extrañar a Alguien que no Conoces? De Colectivo Ramas y Raíces en colaboración con Teatro desde la Grieta y Arde el Silencio, del estado de Aguascalientes, se presentó en Casa Mudejar los días sábado 12 y domingo 13 de noviembre dentro de la 42 Muestra Nacional de Teatro en la ciudad de Torreón Coahuila.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Siempre Estoy. ¿Se Puede Extrañar a Alguien que no Conoces?
DRAMATURGIA: Mauricio Popoca, Gonzalo Quiroz y Pablo Avilés.
DIRECCIÓN: Bruno Ruiz y Luis Rodríguez.
ELENCO: Mauricio Popoca y Gonzalo Quiroz.
DÓNDE: Casa Mudéjar
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.