MI CENA CON ANDRÉ
Análisis de la escena con perspectiva psicoanalítica.
MI CENA CON ANDRÉ
“Estaba aterrorizado porque de alguna manera me sentía en escena.”
“Una copa de vino cortesía de la casa” Así reciben a los espectadores en “Mi Cena con André” y esta propuesta de diseño de arte a cargo de Pilar Boliver, junto con la iluminación de Edgar Sànchez, suman para sentirnos puestos en la escena. A esto se suma que las primeras localidades son mesas como en la que se lleva a cabo la obra. Entonces de entrada uno es parte del montaje. Inmediatamente después viene otro lazo. Inicia una proyección en la cual Manuel Ulloa, quien interpreta al dramaturgo Wallace Shawn, narra en primera persona en soliloquio y con eso nos vincula, más que a la obra, a él.
“Luego de revivir quise volver a dirigir teatro.”
“Mi Cena con André” toma como base la película de igual nombre estrenada en 1981 y dirigida por Louis Malle y que fuera galardonada por la Sociedad de Críticos de Boston. En la historia se encuentra Shawn con el director de escena André Gregory -interpretado por Boris Schoemann- y la conversación que con él sostiene le cambia la vida.
“La gente en realidad está hecha bolas con su vida y leyendo libros de autoayuda.”
Dicha vuelta de tuerca es abismal porque gira en el límite, casi podría decirse que ésta se desencadena justo cuando la función termina y entonces uno se queda turbado. Es clave la dirección de actores de Daniel Bretón puesto que Gregory, el histérico personaje del maestro Schoemann es quien sostiene el argumento, lo cual demanda un señorío histriónico que el también director artístico de La Capilla domina preciosamente.
“El problema de estar todo el tiempo activo es que puedes estar haciendo algo siempre y estar muerto por dentro.”
¡Qué manera de moverse en escena señor Schoemann! Con su forma de mirar uno es capaz de ver lo que usted ha construido en su mente. Todos los músculos de su cuerpo hablan, así como sus silencios. El argumento de la puesta tiene que ver con el vínculo entre la representación teatral y la vida, que no es tema menor en una personalidad histérica, y Ulloa tiene como labor recibir el impacto del discurso de Gregory y lo hace estupendamente. Entonces, luego de una tremenda exposición sobre su toma de conciencia por parte de su interlocutor, a Shaw no le queda más que cuestionarlo desde una postura entre capitalista y naif que conmueve. Después de eso es que el discurso de Gregory se encabalga.
“Aceptar que estamos solos es también aceptar la muerte.”
Marguerite Duras en su libro “Ésto es todo”, que escribiera próxima a morir a su amante, dice: “¿Para aliviar la vida? Nadie lo sabe. Hay que intentar vivir. No hay que arrojarse a la muerte. Ésto es todo. Es lo que tengo que decir”. Recordé esta frase mientras disfrutaba de “Mi Cena con André” porque la anagnórisis de Gregory justo tiene que ver con un límite tan violento como el cese de una vida o el desdoblamiento hacía una resignificación de la misma. La puesta es una sacudida emocional que obliga al espectador a cuestionarse y dicho trabajo interior se gesta en el borde, entre la vida y la muerte de una puesta en escena, un paso antes de que caiga el telón.
“Simplemente sentarse ahí y disfrutar todos los detalles.”
La producción de Le Miroir qui fume y Los Endebles es profundamente crítica, incluso pasa por temas de filosofía moderna que estaban en boga a finales de los setentas a raíz de la publicación del libro “Vigilar y Castigar” de Michael Foucault (1975) en donde el filósofo habla de la interiorización de una instrucción disciplinaria. En éste sentido Gregory analiza los postulados fascistas y arroja luz en sitios tomados socialmente por ciertos. “Mi Cena con André” es un contundente golpe a la quijada que por la naturaleza del impacto nos obliga a mirar de otro modo, desde otro punto de vista y éste en el mejor de los casos será desde el interno.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Mi Cena con André”
DRAMATURGIA: Wallace Shawn y André Gregory.
PUESTA EN ESCENA: Boris Schoemann y Manuel Ulloa Colonia
DIRECCIÓN DE ACTORES: Daniel Bretón
ACTÚAN: Boris Schoemann, Manuel Ulloa Colonia e Ignacio Rodríguez.
DÓNDE: Sala CCB dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Paseo de la Reforma y Campo Marte.
CUÁNDO: Jueves y viernes 20:00, sábados 19:00 y domingos 18:00 hrs. Hasta el 25 de febrero.
COSTO: $ 150. Boletos en taquilla y www.ticketmaster.com.mx Aplican descuentos.
DURACIÓN: 80 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuentan con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra.