MAS PEQUEÑOS QUE EL GUGGENHEIM
Para quienes buscan ver la mejor comedia en cartelera
MAS PEQUEÑOS QUE EL GUGGENHEIM
La amistad entre hombres es algo que rara vez se visualiza en teatro. Hace muchos años la vi perfectamente plasmada en la obra “Arte” de Yazmina Reza donde tres amigos tienen que lidiar con el proceso de crecimiento y madurez de uno de ellos en una de las mejores comedias que he tenido la fortuna de presenciar. “Más Pequeños que el Guggenheim” lo logra en tonos muy distintos pero no por ello menos efectivos.
Gorka y Sunday se fueron de viaje a Europa. Se despiden de “este país de mierda” para nunca volver y regresan a los tres meses. Las razones del regreso no se discuten jamás. Pero diez años después los amigos se juntan de nuevo para montar una obra que está” ligeramente” basada en lo que ocurrió en ese viaje. Un dramaturgo gerente de Wal-mart y un director teatral que odia a los actores contratarán a un albino huérfano y a un cajero de Oxxo para intentar materializar un sueño de vida. Pocas veces se ha visto una mejor fórmula para un desastre de dimensiones catastróficas.
La obra nos lleva por todo un camino plagado de carcajadas. Cosas tan simples como la aparición de un árbol en escena, el nombre de dos de los personajes o la naturaleza de otro son razones para no poder respirar de tanto que se está riendo uno. El juego del “teatro dentro del teatro” crea una ilusión que lleva al público a un estado hilarante donde uno no se pregunta si va a reír con el siguiente chiste sino que tanto y si no me perderé el siguiente chiste por no poder oírlo debido a que sigo riendo por el chiste pasado.
Sin embargo, “Más Pequeños que el Guggenheim” guarda un secreto que radica en la naturaleza de su título. Cuando llega el momento de enterarnos de la razón de porque Gorka y Sunday, y tal vez todos los asistentes, son más pequeños que el museo en cuestión, nos damos cuenta de que hemos reído sin parar de una situación que no es nada graciosa. De hecho, es bastante cruda y terrible. Es mi opinión que este montaje puede causarle una fuerte crisis a quien le entiende plenamente pues obliga a cuestionar nuestra vida y las decisiones que hemos tomado. Nos pone un espejo donde tenemos que hacer un balance y decidir si en verdad somos más pequeños o no. El mensaje final tiene la fuerza y el dolor que encierra “La Muerte de un Viajante” de Arthur Miller. Así de impactante puede ser.
La dirección de la obra está a cargo de su escritor, Alejandro Ricaño, y es el corazón del montaje. La obra lleva la precisión de un reloj suizo, con un ritmo vertiginoso que no suelta en ningún momento al público. Elementos visuales muy sencillos y un trazo escénico fino son la marca del director quien logra sacar los mejor de los actores, quien son el alma alma de “Más Pequeños que el Guggenheim”. Adrián Vázquez, Austin Morgan, Hamlet Ramírez y Miguel Corral interpretan a Sunday, Gorka, Jam y Al respectivamente y cada uno de ellos se entrega de lleno a sus personajes. No me atrevo a señalar a ninguno como mejor pues sería injusto para los demás. Un estupendo equipo trabajando en absoluta armonía.
La primera vez que vi “Más Pequeños que el Guggenheim” fue hace más de dos años y desde entonces he tenido la fortuna de verla cinco veces. Me río como loco cada vez y me hace reflexionar cada vez. Me enfrenta a mi vida y me hace cuestionar las decisiones que he tomado mientras lidio con el dolor de estómago con el que termino por tanto que me reí. Es una experiencia mágica que solo se puede vivir en el teatro. Ahora que llega a su fin su temporada, me alegro de haberla podido ver una vez más y de tener la oportunidad de escribir este artículo con la esperanza de que más gente la pueda ver antes que su viaje termine. Me alegro de no ser más pequeño que el Guggenheim. Vayan y decidan si ustedes lo son. Suerte.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Más Pequeños que el Guggenheim
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500
COSTO: $200
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