Por Juan Carlos Araujo | 2 julio, 2014 0 Comentarios

Para quienes quieren ver una carta de amor a México dentro de un montaje tradicional.

MADE IN MÉXICO

 

“English es lo que hay que aprender.”

 

Después de muchos años, 30 para ser exactos, Marisela y Osvaldo, junto con sus hijas, han regresado a México para una boda después de que tuvieran que salir huyendo del país debido a la crisis. Visita obligada por supuesto es ir a ver al “Negro”, hermano de Marisela, y a Yoli, su esposa, quienes se quedaron y viven menos que modestamente pero felices con su casita y el taller mecánico que tienen en Coyoacán. Los recuerdos abruman, la pobreza consume y los hermanos se disponen a poner en marcha un plan que podría ser la solución a muchos problemas o la apertura de una caja de Pandora.

“Son familia, no visitas.”

 

¿La vida es mejor en Estados Unidos? ¿Todo está mal en nuestro país? ¿Qué tanto nuestro patriotismo es de dientes para afuera y que tanto en verdad nos sentimos orgullosos de vivir en México? Cuando dos hermanos se reúnen, después de 30 años, todos estos cuestionamientos salen a la luz, a veces con consecuencias inesperadas.

“No hemos aprendido a administrar la jodidez.”

 

Después de una temporada exitosa en la Sala Chopin, y una aún más en el Teatro de los Insurgentes, “Made in México” ha tomado residencia en el Teatro Jorge Negrete para ofrecer una historia sobre familia, patria, desarraigo y raíces a cargo de  cuatro actores de alto renombre que ciertamente resultan imanes de taquilla.

“No les gusta aquí, esa es la verdad.”

 

La historia de la argentina Nelly Fernández Tiscornia sin duda me sorprendió. Siendo un melodrama con tintes cómicos, potencializados sobre todo por la gran chispa de Rafael Inclán, “Made in México” tiene una lectura mucho más oscura de la que pretendiera a primera instancia. Una muy dura crítica social y política a muchas de las cosas que no funcionan en nuestro país, la obra mueve fibras muy delicadas en los espectadores, sobre todo bajo el ambiente político en el que estamos viviendo. En varias ocasiones, durante la obra, el público aplaudió espontáneamente en respuesta a muchas de las denuncias que se llevan a cabo.

“Vamos a recibirlos a la mexicana. Llegando, llegando, tequila.”

 

La dirección de Manuel González Gil es tradicional en su manejo de un mismo espacio, bien iluminado y permitiendo a los cuatro actores realizar su trabajo, sin mucha interferencia. Resultaron interesantes los momentos de transición entre escenas, que son marcados por canciones que elevan el espiritú y belleza de México, interpretados por Angélica María, Mariano Palacios y la misma Rocío Banquells ya que aumentan el nivel de melodrama de la obra, mientras crean auras de nostalgia y de amor a una patria de la cual hacemos deporte de criticarla.

“Está bien que me humille de vez en cuando.”

 

Las actuaciones de Rafael Inclán y de Socorro Bonilla, como el “Negro” y su esposa Yoli son producto de años de trabajo sobre el escenario y tras las cámaras. Inclán brilla simplemente por ser Rafael Inclán, con su gracia y energía que contagian ya sea en hacernos reír o rabiar por las injusticias sociales que denuncia. Socorro Bonilla lo complementa con su pasión actoral que transmite todo el rango de emociones que vive su personaje, aun sin tener que abrir la boca. Verla lavar los platos en silencio, con todas sus emociones embotelladas dentro, me hizo perderme por un momento de la acción que estaba sucediendo en el resto del escenario.

“Tú no sabes cómo se ríen de nosotros allá.”

 

Rocío Banquells y Juan Ferrara completan el elenco de “Made in México” como Marisela, la hermana malinchista que sólo encuentra peros con el país al que ha vuelto, y su esposo Osvaldo, quien se encuentra ahogado por la nostalgia de volver a su tierra. Ambos actores cumplen con los requerimientos de sus personajes adecuadamente, sirviendo como detonadores para la mayoría de las situaciones que se presentan.

“Viven dentro de un calendario, ustedes.”

 

“Made in México” es una obra tradicional en el mejor sentido de las palabras. Me hizo recordar épocas pasadas cuando mi papá llegaba por todos nosotros, incluyendo a mi abuela y nos llevaba al teatro para disfrutar de una buena obra en familia. Un elenco atractivo con una historia con su buena dosis de drama y comedia que consigue una ovación inmediata de pie al final por parte de todos los asistentes. Estoy seguro que mi padre y mi abuela hubieran estado entre ellos, aplaudiendo felices de haber visto una buena obra de teatro.

“Es que digo gringos, y me atraganto.”

 

He tenido la oportunidad de viajar y de ver teatro en otros países. He aplaudido obras en Madrid, Nueva York, Londres, Miami, Las Vegas, Barcelona y en Ciudad de México. Llevo más de medio año viendo teatro casi diario en este proyecto que se llama Entretenia y les puedo decir que el teatro que se hace en mi país, en México, es de un altísimo nivel. Me siento orgulloso de ser mexicano, de promover el teatro que se hace en Ciudad de México. Estoy muy orgulloso por lo que es “Made in México”.

Búscanos en Facebook y Foursquare como Entretenia
Twitter: @Entretenia
Juan Carlos Araujo: entreteniateatro@gmail.com
Ricardo Castillo Cuevas: entreteniafoto@gmail.com
www.entretenia.com

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)