M.I.N.D.
Para quienes quieren reírse con la hilarante locura de Grupo Bestias.
M.I.N.D.
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Todo puede suceder en este lugar. Nadie sabe en qué momento se podría aparecer un fantasma o lleguen a la puerta unos testigos de Jehová trayendo la palabra de Dios y pidiendo posada. Por un lado, una entrevista de trabajo muy fresa se convierte en cuestión de minutos en una serie de citas amorosas fallidas; por el otro, unos alter egos discuten acaloradamente El Principito o la verdad de las zanahorias. Cuidado, que en cualquier momento podría llegar un productor de televisión a dar clases de amoralidad. Sin embargo, aquí no hay nada de qué preocuparse ya que todo lo que ha pasado hoy… jamás se repetirá.
“Mamá, si me estás viendo, esto no es una charlatanería.”
Claramente influenciados por “Saturday Night Live”, el programa de televisión de comedia más famoso en la historia de los Estados Unidos, los integrantes que conforman “M.IN.D.” (Material Inédito No Desagradable) escriben y actúan toda una serie de sketches cómicos que van cambiando cada dos semanas, garantizando así una constante renovación del material, lo cual invita al espectador a regresar múltiples veces a reír con un show que sorprende y encanta por su ingenio, el claro entendimiento de las reglas que rigen tanto a la comedia como a la farsa, un estupendo manejo de la cultura pop que domina a nuestra sociedad y la absoluta irreverencia con que todo se maneja.
“Tienes cara de ser un buen lambiscón.”“M.I.N.D” no busca un par de risas aisladas. Este muy absurdo espectáculo, bajo la dirección de Christian Diez, no se detiene hasta conseguir abiertas carcajadas de todos y cada uno los presentes. A partir de la libertad que brinda la falta de temor al ridículo y una conciencia colectiva por parte de todos los integrantes de atreverse a ir hasta las últimas consecuencias, “M.I.N.D.” va de lo cómico a lo oligofrénico con un ritmo desaforado que tiene a los espectadores en un estado hipnótico de diversión y expectativa al no saber si seguir riendo ante la ridiculez que acaba de ver o si se debe de preparar para la siguiente sorpresa.
“Este momento de la obra es totalmente improvisado.”Aun cuando Diez es el conductor de orquesta de este desquiciado proyecto, cada uno de los integrantes que conforman “M.I.N.D” tiene la oportunidad de brillar, mostrar su inteligencia como escritor o su capacidad cómica sobre el escenario. Con resultados variantes, pero en general consistentes, Adriana Montes de Oca, Axel Garmes, Brandon Santini, Fabrizio Santini, Marycielo Vargas Trejo, Javier Espinosa, Nallely Montero, Marco Loredo, Joselyn Medina y el mismo Christian Diez deleitan al espectador una y otra vez con sus diferentes sketches donde pelucas, zanahorias, biblias y cámaras de televisión podrían aparecer, ya sea en una entrevista de trabajo o en una cita a ciegas con una japonesa muy bizarra.
“Yo te pedí un programa respetable y me pusiste a lado de Carlos Trejo.”La función de “M.I.ND.” a la que asistí consistió de seis sketches que incluían una sesión espiritista, una ejecutiva muy celosa de sus nueces, un lugar apartado para Carmen Salinas, unos testigos de Jehová muy navideños y hasta el comediante cocainómano Richard Pryor. Esta maravillosa función fue irrepetible pues la siguiente vez que la vea, porque tengo intención de volverla a aplaudir al menos un par de veces más, será con nuevos personajes dentro de situaciones diferentes, seguramente haciéndome reír con la misma intensidad. La naturaleza efímera del teatro se vuelve a comprobar, ahora con la irreverencia que un grupo de jóvenes talentos traen a la escena.
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