LOS PERROS

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Para quienes desean asistir a una muy incómoda e hilarante fiesta de cumpleaños donde la verdad es un pastelazo en la cara.

LOS PERROS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“¿Tan de malas te pone cumplir años?”

Nada como festejar un cumpleaños en familia. Claro, eso no es exactamente lo que Laura quisiera para sus 40, pero su querido Rodrigo y sus papitos están haciendo todo para que ella se la pase bien, le guste o no. Anécdotas caninas repetidas de años atrás, chismes insulsos de una vecina muerta, mucho vino, y un vacío creciente que carcome el alma son la mecha perfecta para que una bomba de honestidad explote, no sólo rompiendo algunos platos, sino resquebrajando los cimientos mismos del diminuto departamento en que la supuestamente feliz pareja vive. Todo esto está a punto de suceder… pero antes hay que partir el pastel y soplarle a la velita.

“Esto no es un reclamo.”

La crisis de los 40, la disfunción familiar, y la perenne insatisfacción que implica la edad adulta, son problemáticas por demás serias que son retratadas con el más exquisitamente amargo humor negro en “Los Perros” del dramaturgo argentino Nelson Valente, quien tocara temas cercanos en su aclamada obra El Loco y la Camisa. Bajo el contexto de una fiesta de cumpleaños, y haciendo uso de una exitosa fórmula dramatúrgica que implica juntar a dos parejas en un departamento para que poco a poco revelen todo aquello que ocultan bajo las bellas imágenes públicas, técnica aplaudida y admirada en ¿Quién Teme a Virginia Woolf? de Edward Albee o en Un Dios Salvaje de Yazmina Reza, la obra es una comedia por demás hilarante que a la vez funciona como ácida e incisiva crítica a una sociedad que oculta su inmensa infelicidad en platicas insulsas sobre mascotas, en comprar blusas horrendas con rebaja en Liverpool, o en pretender que nada pasa cuando el mundo se está colapsando a pedazos.




“La niña está diciendo que está angustiada.”

Han pasado más de 20 minutos de su fiesta de cumpleaños y Laura prácticamente no ha dicho una sola palabra. No importa, pues los papitos de Rodrigo no permiten que el silencio entre al departamento. Sin embargo, con cada minuto que marca el reloj, el peso de todo lo que no se está diciendo se vuelve cada vez más insoportable. Su suegra Alicia no deja de tomar, a pesar de que está tomando medicamentos psiquiátricos; su suegro Emilio pareciera ser el hombre más bonachón del mundo, hasta que muestra su inmensa capacidad para la violencia con el mero hecho de pedir que se haga la mordida en el pastel de cumpleaños; Rodrigo, tratando de mantener las cosas en paz, toma el brazo de Laura para tratar de que ella se comunique, un simple gesto que revela una nube muy negra en esa relación. “Los Perros” está construida dramatúrgicamente con una precisión admirable en cuanto a tensión dramática se refiere. Como si de una bomba de tiempo se tratara, los personajes van revelando paso a paso sus disfunciones, dolencias y frustraciones hasta el punto en que Laura estalla, revela todo lo que le duele en su existencia, exige un poco de verdad en su vida, abriendo una verdadera caja de Pandora, no sólo habitando en ella, sino en todos y cada uno de los presentes en la fiesta. Sin embargo, la verdadera valía del texto de Valente radica en la meticulosa manera en que el escritor va insertando humor en tan horrenda celebración, produciendo verdaderas carcajadas entre los asistentes, quienes no paran de reír de situaciones que no tienen absolutamente nada de graciosas.

“¿Yo no soy tu vida?”

Emilio y Alicia comienzan a discutir. Se encuentran de pie, sus cuerpos muy cerca el uno del otro, lo que discuten revela problemas en el ya añejo matrimonio, mientras que Laura está sentada en una silla completamente aprisionada entre sus suegros. La escena es profundamente incómoda, al mismo tiempo es imposible no carcajearse ante cuán ridícula es la dinámica. Una vez que todo ha estallado, que Laura tiene un colapso nervioso y de ahí el resto de la familia, la violencia no tarda en salir a flote, Rodrigo incluso se transforma en una bestia feral, que lava platos, eso sí, con sus guantes de hule para no dañarse las manos. Llevar a escena “Los Perros” es un verdadero reto en términos de equilibrio. Lograr el tono exacto entre la comedia y el realismo descarnado, mostrar cuán ridículos son los personajes, al mismo tiempo que se crea un cruel reflejo de la realidad que todes padecemos en la edad adulta, mismo que es hilarante y patético, es uno de los mayores logros que consigue el director Cristian Magaloni. Aunado a esto, la puesta en escena se maneja con un ritmo preciso, exacto en el intercambio verbal entre los cuatro personajes, para que la tensión dramática vaya en un crescendo constante, ya sea hablando de un perrito que canta o aventando platos al suelo con furia. No cabe duda que Magaloni no sólo demuestra su capacidad como director, también despliega una vasta versatilidad en su concepción escénica al presentar un montaje cimentado en el realismo, algo que se aleja de muchos otros trabajos que ha presentado con éxito con anterioridad.




“Basta de rellenar el tiempo con palabras.”

Mientras que su suegro relata una anécdota más sobre sus perros, Alicia bebe copiosas cantidades de vino y habla de la vecina muerta, y Rodrigo busca el momento perfecto para sacar el pastel de cumpleaños, Laura abre y cierra las manos dejando ver la inmensa tensión que está tratando desesperadamente de controlar; luego de apagar las velitas, Emilio decide realizar una no muy afortunada tradición cumpleañera, misma que revela la brutal violencia de la que el señor es capaz con un acto que desborda agresividad de la manera más amigable; tras sacar todas las conclusiones equivocadas por una incapacidad de escuchar a Laura, Rodrigo tiene su propio resquebrajo emocional, una vorágine de enojo que lo lleva a enarbolar una escoba como si de una arma mortal se tratara; una vez que pareciera que la calma ha vuelto al departamento, Alicia decide que es hora de ser escuchada, sacando a relucir, con comiquísimo desenfado, todas las insatisfacciones que guarda en su vida. Los cuatro actantes han tratado de mantener la paz en esta celebración, pero una vez que se quitan los guantes y empieza la verdadera pelea, se verán sus verdaderas caras, faces profundamente frustradas y enojadas. El elenco de “Los Perros” conformado por Sofía Álvarez, Emilio Guerrero, Paula Watson, e Ignacio Riva Palacio, alternando funciones con Paloma Woolrich y José Ramón Berganza, opera desde una honestidad y quebranto que lleva al límite a cada uno de los personajes, fortaleciendo aún más el delicado equilibrio entre la comedia y lo patético que el texto y la propuesta de dirección demanda. A más feroz se muestra Riva Palacio, a más desencajada y vencida se encuentra Watson, entre más ebria actúa Álvarez, o en peor negación se proyecta Guerrero, más risas se generan en la butaca. Ciertamente esto sería imposible si uno de los engranes de esta maquinaria estuviera suelto, más el preciso engranaje que logran los cuatro participantes garantiza que la puesta en escena sea una de las propuestas imperdibles en cartelera.

“¿Quién nos dijo que esta es la única posibilidad?”

Yo confieso que una de las más grandes delicias del teatro es poder sentarme en una butaca para ver como un grupo de muy civilizadas personas se destazan a pedazos. La catarsis que produce ver en escena a otros seres teniendo crisis que yo mismo he vivido, preguntándose las mismas preguntas que a veces me quitan el sueño, diciéndole a sus “seres queridos” todas esas verdades que uno quisiera vociferar a los cuatro vientos es verdaderamente delectable. “Los Perros” es una obra maestra que todos deberían de ver y aplaudir de pie, es una muy ácida y divertida comedia que saca carcajadas de donde no hay nada de gracioso, es un espejo que nos muestra que al final, la vida adulta a veces sabe a una rebanada de pastel de cumpleaños de lo más amarga.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Los Perros

DRAMATURGIA: Nelson Valente

ADAPTACIÓN: Ignacio Riva Palacio

DIRECCIÓN: Cristian Magaloni

ELENCO: Sofía Álvarez, Paloma Woolrich, Emilio Guerrero, Paula Watson, Ignacio Riva Palacio y José Ramón Berganza (alternando funciones).

DÓNDE: Foro Shakespeare.

DIRECCIÓN: Zamora 9, Colonia Condesa.

CUÁNDO: Miércoles y Jueves 20:30 horas. Hasta el 11 de Julio 2024.

COSTO: $350. Boletos en taquilla y Boletos | Los Perros | SHKSPR & CÍA (shakespeareycia.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Hay un estacionamiento justo a lado.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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