LAS CRIADAS

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Para quienes desean adentrarse en la falsedad, teatralidad y violencia detrás de la obra maestra de Jean Genet.

LAS CRIADAS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“¿Cuándo entenderás que esta habitación no hay que profanarla?”

El escenario está dispuesto para la charada de esta noche. Los vestidos ya se encuentran en su lugar, cada una de las intérpretes listas para asumir el papel que les toca esta noche, y el té de tila está hirviendo con su venenoso contenido. Aun cuando todo esto parece un teatro, es la dura realidad para Solange y Clara, dos mujeres cuya existencia pareciera estar atenida a los humores de la Señora. Su única escapatoria se encuentra en portar una capa roja a pesar de estar de luto, en vivir una vida paralela antes de que suene el despertador, en cubrirse de esmeraldas a pesar de que sus vidas no valen absolutamente nada.

“Deseo que la Señora esté muy guapa.”

Considerada como una pieza clave en el teatro del siglo XX, una de las obras maestras del teatro del absurdo, y uno de las más potentes criticas escénicas que se han realizado al desbalance detrás de las clases sociales, “Las Criadas” del dramaturgo francés Jean Genet fue repudiada tanto por el público como la crítica en su estreno en París en 1947. Desde entonces, la subversiva obra sobre dos empleadas domésticas que realizan una especie de ritual diario en la que una asume el papel de la Señora, mientras que la otra prepara maquiavélicos planes para matarla, ha sido revalorizada hasta alcanzar su justo valor dentro de la dramaturgia mundial. Los temas que toca alrededor de la servidumbre, la barbarie que impera en los rincones de la mente humana, y las máscaras que las personas tienen que usar diariamente para sobrevivir en un mundo que pareciera estar en su contra son tan relevantes en pleno siglo XXI como lo fue en el mundo post Segunda Guerra Mundial.




“El vestido blanco es el luto de las reinas.”

Al inicio de la obra, dos hombres entran a un escenario con papeles desperdigados por todos lados. Con escobas limpian todo, abren la bodega del teatro y sacan los elementos de utilería necesarios para la representación. Una mesa y un teléfono antiguos dorados, flores artificiales y un maniquí con un gran vestido de noche. Se baja un telar de donde penden cuatro telones transparentes. Una vez que esto ha sucedido, los dos actores, que hasta ese momento demostraban gran virilidad, asumen sus personajes femeninos con ninguna intención realista. La ficción se ha preparado, dejando en claro que todo lo que ha de suceder no es más que teatro. Esta propuesta se acentúa durante una de las escenas clave de la Señora, quien, tras entregar un discurso con alto grado de dramatismo, se escuchan aplausos grabados. Todo esto como un constante recordatorio de la ausencia de realidad. Para llevar a cabo un nuevo montaje de “Las Criadas” es imperante tener una propuesta clara, que resulte pertinente para las audiencias de este momento histórico. A través de establecer elementos de meta-teatralidad, así como al exagerar enormemente los elementos escénicos, hasta el punto de lo intencionalmente ridículo y melodramático, el director Víctor Carpinteiro presenta una lectura de la obra maestra de Jean Genet que se percibe como novedosa y arriesgada.

“Esta noche consumaremos el asesinato de la Señora.”

Al momento en que aparece la verdadera Señora en escena, lo primero que llama la atención es su vestido. Combinando elementos que parecieran disonantes, entre grandes telas drapeadas y otras satinadas con estoperoles, el atuendo es atinadamente queer, libre de género, al igual que la lencería de encaje que porta debajo. Esta estética se contrasta con el llano delantal que portan Solange y Clara, junto con básicos boxers ajustados, en el que denota la diferencia de clases que la obra crítica. Aunado a lo ya arriba mencionado, la estética visual que la dirección propone en “Las Criadas” es precisa para fortalecer el ya exitoso trabajo de Carpinteiro. Gracias al sólido trabajo en el diseño de vestuario de Cristina Sauza y de Aarón Fonseca, así como el de escenografía de Edgar Mora, esta versión de Genet cobra sentido en su juego de género, en el que hombres interpretan a mujeres, interpretando a su vez a aquello que aspiran y odian a la vez.




“Mi chorro de saliva es mi diadema de diamantes.”

Una vez que los actores han asumido sus roles femeninos, Clara interpreta el papel de la Señora con una afectación exagerada, casi ridícula, claramente en mofa de la dueña de la casa. No obstante, sus dolores y afectaciones, sus alegrías y enojos, son muy reales, provienen desde la entraña. Conformado por un elenco enteramente masculino compuesto por Iván Iduarte, Alan Blasco y Murias Reynoso, “Las Criadas” toma como línea actoral la exacerbación de las emociones, no por ellos sin imprimir verdad y fractura. En este rubro se destaca la labor de Reynoso, quien consigue esta demanda a manos llenas, mientras que sus contrapartes deben tomar mayores riesgos, dejarse llevar más por los sentimientos y menos por la garganta o la corporalidad, para poder equilibrar la performatividad de la puesta en esto. Aunado a esta demanda bastante intensa, se establece toda una coreografía de movimiento escénico muy precisa, y que se logra por todos los integrantes, aun cuando en las escenas donde la coreografía da paso a combate escénico no terminan de alcanzar contundencia.

“Es el momento oportuno para seguir jugando.”

Recuerdo con claridad la primera vez que tuve la fortuna de enfrentarme a “Las Criadas” y aplaudirla de pie. En el año 1998, en el ahora extinto Foro Stanistablas, la obra fue montada por Adriana Roel con Patricia Reyes Spíndola y Pilar Pellicer como Solange y Clara, y Alejandra Bogue como la Señora. Desde ese entonces he tenido oportunidad de ver la obra montada un gran número de veces, la vasta mayoría con resultados poco favorables. Esta nueva propuesta es un enorme respiro que nos recuerda por qué Jean Genet fue un genio, demuestra que “Las Criadas” sigue siendo relevante y urgente en este momento histórico, es prueba fehaciente de la necesidad de seguir explorando con la escena, tal y como se ha hecho desde que el teatro es teatro.

 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Las Criadas

DRAMATURGIA: Jean Genet

DIRECCIÓN: Víctor Carpinteiro

ELENCO: Iván Iduarte, Alan Blasco y Murias Reynoso.

DÓNDE: El Círculo Teatral

DIRECCIÓN: Veracruz 107, Colonia Condesa.

CUÁNDO: Jueves 20:30. Hasta el 29 de Septiembre 2022.

COSTO: $300. Boletos en taquilla o en Las criadas – Boletópolis (boletopolis.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio. Principio del formulario

DATOS ADICIONALES DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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