La poética del cuerpo y la resistencia: El lenguaje de Shantí Vera y Cuatro X Cuatro
La poética del cuerpo y la resistencia: El lenguaje de Shantí Vera y Cuatro X Cuatro
Sofía Beatriz López
Conversamos con Shantí Jakousi —director artístico de Laboratorio de Artes y Humanidades Cuatro X Cuatro— a propósito de LEIB: ¿Qué puede un cuerpo?, una pieza que busca honrar a las personas que sostienen la vida y ofrecer un espacio de encuentro y conocimiento, que formará parte de la 45 Muestra Nacional de Teatro. Shantí se ha destacado una obra que trasciende las fronteras tradicionales entre la danza, el teatro y la poesía. Su trabajo se presenta como un campo de conocimiento humano, que busca fusionar la filosofía, la política y la coreografía, para reflexionar sobre la humanidad y su fragilidad.
LEIB: ¿Qué puede un cuerpo? es la tercera parte de sus piezas relacionadas con el concepto alemán leib, que se refiere al cuerpo de una manera indivisible y sensible, y su confrontación con el «necroimaginario« mexicano, marcado por la violencia y la desaparición. Él detalló cómo su proceso creativo fue influenciado por la sensibilidad de su madre poeta y de su familia, quienes tienen una relación íntima con la naturaleza, los objetos cotidianos y la contemplación del mundo. Su familia es quien le ha permitido reconciliar el cosmos habitual con la pérdida de su hermana Nadia Vera, activista y antropóloga social quien fue asesinada en un departamento de la colonia Narvarte en 2015.
El concepto de leib y su papel en la coreografía
Yo encontré esa palabra que me resonó mucho leyendo la Gaya Ciencia, la ciencia de la felicidad de Nietzsche. Y de alguna manera se volvió un faro porque leib significa cuerpo en alemán antiguo, pero es diferente del cuerpo, körper, y también es diferente de alma, En México no tenemos una palabra para mencionar leib. No es alma propiamente, tiene que ver con algo que no se puede dividir.
Este concepto permite explorar «otros saberes» que no se alinean con la racionalidad occidental y que a menudo son erróneamente categorizados como «ancestrales», tales como el uso de la imaginación para evocar ausencias.
La coreografía se convierte en la herramienta para manifestar la sensibilidad de leib, buscando abrir ciertas grietas y vacíos en la comprensión. Como lo hacen también Wendy Selene Pérez, Paula Mónaco Felipe, Daniela Rea en su trabajo periodístico consultado por Shantí y Gonzalo Gómez García, quien le relató que desde los sueños busca y encuentra personas desaparecidas.
La danza, en esta visión, es un acto de desplazamiento que permite a los artistas involucrados en ella moverse de sitio para poder pensar, sentir y relacionarse con el mundo de manera diferente. Una persona como yo, que soy de Chiapas, o una persona como cualquier otra de Baja California o de Japón o de Colombia o de Alemania o de Dinamarca o de Senegal, tiene una sensibilidad en el cuerpo, pero solo se nos será otorgada a menos que nos movamos de sitio. Su obra se basa en la investigación corporal, la relación con el espacio y conceptos como acción, frecuencia y energía.
La fusión de poesía y danza: el cruce de lenguajes
En LEIB: ¿Qué puede un cuerpo? se emplean versos de Mirtha Luz Pérez Robledo, poeta y madre de Shantí. La colocación de las palabras en la pieza hace alusión a lo que hacen los activistas al escribir en las paredes durante las protestas callejeras: mi madre lleva muchos años conjurando en las montañas del sur de México. Toda su poesía es un conjuro. Su relación es muy vital con las cosas, no solo con las plantas o los pájaros, también con la mesa, con la cocina, con las cosas aparentemente inanimadas.
El trabajo utiliza la palabra y la voz, para que el afecto se materialice y evoque lo ausente invitando al espectador a una experiencia que es a la vez teórica, corporal y profundamente emotiva. Desde hace un tiempo queríamos presentar parte de LEIB en la Muestra Nacional de Teatro, porque creemos que de alguna manera contribuye como a poner en cierto lugar del debate de lo que está pasando en México y cómo pensar lo que sucede desde la práctica artística, contribuir a pensar en conjunto cómo relacionarnos con la realidad que acontece en México, con la desaparición, con la violencia y con los gestos maravillosos de las personas que cuidan.
Laboratorio Cuatro X Cuatro: Una metodología colectiva y descentralizada
El Laboratorio de Artes y Humanidades Cuatro X Cuatro opera como un colectivo descentralizado, con miembros que residen en diversas ciudades: Rosarito, Ciudad de México, Mérida, también en San Cristóbal de las Casas, Pachuca, Xalapa, Celaya, Guadalajara y Berlín (La Sociedad del Paisaje: Sendic Vázquez y Fermín Martínez; EO Project: Jésica Elizondo; mmmmmmmm: Manuel Estrella; Maremoto Producciones: Fernando Frías y Paulina Cervantes, y Amplio Espectro: Arturo Lugo, Joshua Dalí y Valentina Sánchez). Su dinámica de trabajo es colectiva y autónoma, donde cada miembro tiene sus propias líneas de investigación. Shantí lo considera como un grupo de amigas y amigos, y a la vez sus maestros. La colaboración en colectivo se nutre de la atención y la escucha constante, ya que, como él mismo dice, sus amigos «casi nunca están de acuerdo» con él, lo que enriquece el proceso creativo, abraza la ambigüedad y la opacidad. La composición se concibe como una conversación entre la dramaturgia corporal, lumínica y la sonora, donde el color y la iluminación son considerados elementos coreográficos. Su práctica artística busca: cultivar volcanes, metafóricamente, valorando la fragilidad de lo que sucede en la escena como territorios vitales para el conocimiento humano.
Un festival fuera del centro: Encontrarse en la periferia
El Laboratorio Cuatro X Cuatro también organiza el Festival 4X4 que ha alcanzado su 16ª edición. Se celebra del 1 al 7 de diciembre en Playas de Rosarito, Baja California. La decisión de ubicar el festival en esta región del Pacífico Norte de México es estratégica. Después de desplazarse debido a la violencia y la complejidad política en Xalapa, Ver. y San Cristóbal de las Casas, Chis. y de rechazar la Ciudad de México por su saturación cultural, el colectivo optó por crear en espacios fuera del centro de México y encontrarse en sitios más abiertos y menos concurridos. En estos lugares, el tiempo es diferente a la aceleración de las grandes ciudades y el festival puede generar un encuentro mucho más significativo. Para el grupo, el festival es un pretexto para reunirse, pensar el mundo desde el arte y reflexionar sobre lo que significa el encuentro con «lo otro». El festival 4 X4 se distingue por su enfoque en las artes y humanidades, su ubicación estratégica fuera de los grandes centros urbanos, y su rol como espacio de encuentro y reflexión colectiva.




