INFIERNO
Para quienes quieren descender al averno provocado por una niña y una serpiente roja.
INFIERNO
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“Las sombras se revuelven a mi alrededor.”
El recuerdo de lo que hizo, de la rabia que lo orilló a cometer todos esos horrendos actos, se encuentra perdido entre la niebla que habita su mente. Unas velas, con su llama hipnótica, se encargaron de uno de los obstáculos que le impedían gritar sus sentimientos a todo pulmón. Una serpiente roja, dueña de sus afectos, lo mordió con su filosa lengua justo después de haber intentado salvar a una pequeña inocente de sus ponzoñosos colmillos. La electricidad recorre su cuerpo, sus venas han sido arponeadas por agujas que traen paz y, entre espejos distorsionados, quizás logre encontrar la verdad de lo que se ha convertido su condena en la tierra.
“Intento gritar pero de mi boca sólo sale humo.”
El dramaturgo Mauricio Martiarena se adentra en los más oscuros rincones de una mente que ha dejado la cordura atrás para explorar las razones del por qué un ser humano es capaz de aniquilar a quien dice amar, destruir una serie de vidas en favor de su egoísmo sentimental y los mecanismos que se utilizan para alejarse de la verdad. “Infierno” es un monólogo que demuestra que cuando las palabras son lo suficientemente poderosas, no se necesita de mucho tiempo para poder impactar al público y robarle la paz mental con una verdadera historia de terror que tristemente no está muy alejada de la realidad.
“Yo sé diferenciar entre las sombras y la verdad.”
A partir de la creación de un personaje tanto monstruoso como fascinante, “Infierno” lleva de la mano al espectador por un laberinto que reside en el cerebro de un verdadero psicópata, dejando que su imaginación vuele sobre lo que se esconde detrás de la anécdota. ¿Se encuentra en el limbo? ¿Acaso en el inframundo, una cárcel, un espacio surreal o meramente un hospital psiquiátrico? A pesar de que el texto resulta un tanto sobre explicativo hacia el final de la obra, revelando una cierta condescendiendo hacia el público, Martiarena ha construido un juego de palabras de gran inteligencia que provoca que cada uno de los presentes vaya hilvanando su propia historia, al mismo tiempo que va revelando poco a poco los detalles de lo que realmente ha acontecido, un acto innombrable que seguramente rebasará el imaginativo de cualquiera.
“Ella es el inicio de mi caída libre.”
El director Dettmar Yañez, a quien recién aplaudimos por su trabajo en “Los Idiotas” en el mismo Espacio Urgente 1 (crítica en www.entretenia.com), entrega en “Infierno” una visión directa y concisa de la obra, haciendo uso de un mínimo de recursos escénicos, para permitir que sean el texto y la actuación lo que brille sobre el escenario. Sin embargo, la utilización de ciertos recursos como unas telas en cada extremo del espacio, así como unas cuantas velas y una navaja, permiten la creación de cuadros verdaderamente memorables por su fuerza teatral. En la medida en que el trabajo de iluminación sea más pulcro y ensucie menos la escena, se podrá alcanzar un mayor impacto sobre el espectador quien podría verse distraído por una sobresaturación de cambios de luz que resultan innecesarios.
“No puedo volver al pasado ahora que conozco mis acciones.”
“Infierno” alcanza a provocar al público, revolverle el estómago y hacerlo sentir fascinado y repudiado al mismo tiempo gracias al muy comprometido trabajo de Rodrigo Magaña quien sorprende por su habilidad para congraciarse con los asistentes, volverse casi entrañable y objeto de conmiseración, al mismo tiempo que se revela como un ser que no merece ni una pizca de piedad. Al presentarse casi de manera casual y desenfada con el público, al mismo tiempo que habla de sombras y demonios, Magaña enreda a los asistentes en una red creada por la propia mente del personaje donde la cuarta pared no existe, donde se confronta cara a cara con cada uno de los presentes, para culminar en un baile desquiciado donde la electricidad vibra por toda la sala en un ir y venir del actor en un acto climático que roba el aliento por la honestidad y talento que demuestra. Más allá de un texto interesante y una dirección capaz, “Infierno” impacta y se graba en la mente de quienes asisten gracias a la labor de Magaña.
“No hay nada más cruel que recordar.”
De alguna manera o de otra todos vivimos en un infierno, pues nadie está libre de culpas, pecados, remordimientos o pesares. En la mente de cada uno de nosotros habita una serpiente roja que se enrosca en nuestros pensamientos, en las perversiones que escondemos, los deseos más oscuros, las tentaciones que quisiéramos no rechazar. Somos humanos y como tal, estamos condenados al infierno. Sin embargo, hay quienes luchan por ser mejores, por no sucumbir ante la manzana, por apagar las velas y dejar que la niña siga su camino sin tener que ser salvada por nadie, evitado así el veneno de la víbora que acabará con cualquier traza de felicidad.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Infierno”
DRAMATURGIA: Mauricio Martiarena
DIRECCIÓN: Dettmar Yañez
ACTÚAN: Rodrigo Magaña
DÓNDE: Espacio Urgente 1 dentro de Foro Shakespeare
DIRECCIÓN: Zamora 7, Colonia Condesa. A dos cuadras del Metro Chapultepec.
CUANDO: Lunes 20:45 hrs.
COSTO: $150 entrada general. Boletos en taquilla y ticketmaster.
DURACIÓN: 45 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Foro Shakespeare no cuenta con valet parking, pero hay un estacionamiento a lado.