Por Juan Carlos Araujo | 27 septiembre, 2013 0 Comentarios

Para quienes quieren ver la deshumanización corporativa en ácido

HORROR MÓVIL

 

“No hemos creado un nuevo producto en seis meses.”

 

Nos encontramos en las oficinas de Dakutec, empresa dedicada a la telefonía celular. Nos encontramos en una época de cambios y de reajustes. Nos encontramos ante una posible fusión con un conglomerado mucho más grande y todos pueden perder su trabajo. Nos encontramos con “Horror Móvil”, la obra más importante de Juha Jukela , uno de los dramaturgos finlandeses más relevantes de nuestra época que, tras un exitoso estreno el año pasado en El Granero y una serie de presentaciones dentro del Festival Dramafest 2012, llega ahora a uno de los escenarios de mayor prestigio de la ciudad, el Foro Shakespeare. 

“No vale la pena meter una serpiente dentro de una escopeta.”

 

Tras una ausencia, debido a un colapso nervioso, Theri, la directora de Dakutec, ha vuelto al trabajo y regresa llena de energía y con nuevas ideas para llevar la empresa hacia nuevos horizontes. En una junta con Seppo, el ejecutivo de mercadotecnia y el diseñador Mikke, ella expondrá su nueva visión espiritual donde los nuevos valores empresariales se alinearán a su nueva alfombra y a las enseñanzas de Gandhi.

¿Cómo?

Así es. El mahatma funge como el quinto personaje de la obra, quien se encarga de una importante porción del humor ácido que desangra la obra. La alfombra es un simple pedazo de telas unidas que servirá como símbolo de todo lo que está mal en la empresa; pregúntenle a Seppo, si no me creen. Para una dosis extra de humor negro, el Premio Darwin, entregado a quien muere de manera estúpida, se hace presente y nos hará reflexionar sobre posibles candidatos a dicho honor.

 “Pase lo que pase, no olvidemos a Gandhi.”

 

Este planteamiento ya es suficiente para mantener la atención de todos, pero si a esto le sumamos que Tarmo, el Director de la Mesa Directiva, anuncia una posible fusión con el conglomerado Plan B, si no logran tener una idea innovadora dentro de las próximas dos semanas, el resultado es el desencadenamiento de todos los temores, inseguridades e incluso locura, dentro de cada uno de los afectados.

El director Mario Espinosa ofrece con «Horror Móvil» un concepto visual muy interesante al lograr mostrar en un mismo espacio una sala de juntas de la empresa, un vapor sauna en la casa de campo del jefe y un excusado. Ver a los tres empleados destrozarse y desmoronarse al tiempo que el jefe está lánguidamente descansando en su sauna deja en claro muchos de los conceptos que critica la obra sin necesidad de muchas explicaciones.

“¡Soy economista, no me interesan los valores!”

 

Las actuaciones en “Horror Movil” están al servicio de la visión del director. En un  proceso de descomposición ante la presión a la que se encuentran sometidos, los personajes empiezan a desarrollar toda una serie de tics y manías que se vuelven desesperantes a medida que la obra avanza. Caben destacar los trabajos de Marina Vera como Theri y de José Carlos Rodríguez como Seppo, quienes llevan con desenfreno sus personajes hasta las últimas consecuencias del estrés, la angustia, la desilusión o el enojo. Una mezcla de realismo y caricatura que a veces confunde pero en su mayoría resulta fascinante.

“Prefiero matarme antes de crear mierda.”

 

Raúl Briones como el diseñador Mikke termina siendo un complemento y un títere ante los estímulos recibidos por los otros dos miembros de la empresa que lo manipulan y mangonean dependiendo de sus necesidades. Briones cumple efectivamente con su personaje que no siento dé para más. Juan Carlos Beyer como el patrón, maneja un rol sumamente intrigante, ya que la gran mayoría de la obra se la pasa descansando y “relajándose” en el spa de su casa. Qué tan fácil o difícil resulta actuar esas largas escenas acostado y tomando vapor mientras el caos se desmadeja a su alrededor es una pregunta que despierta mi curiosidad.

“Esta alfombra representa al Dakutec más humano.”

 

Debo confesar que esta elección de creación de personajes, entre realista e histérica, me resultó muy interesante en un principio y muy efectiva al final. Sin embargo, siento que se abusa de este recurso y termina cansando un poco pues el ritmo de la obra se ve afectado por lo mismo. La propuesta es clara y bien ejecutada, pero exige un tanto de paciencia del público asistente.

Adicionalmente, hay una decision que sencillamente no entiendo. El que una obra sea escrita en una zona geográfica no significa que tenga que quedarse varada en ella por siempre. Dejar la obra situada en Finlandia y mantener los nombres de los personajes originales me parece una forma muy sencilla de distanciar al público de la situación presentada. No hablo de tropicalizar la obra, sencillamente de traspolar la situación a la realidad de los asistentes para conseguir un mejor reflejo con lo que está aconteciendo.

“Ya sé que esta es una lluvia de ideas muy estúpida.”

 

El resultado final es positivo dentro de una propuesta que, más allá de hablar de nuestra obsesión con la telefonía o hacer una crítica al sistema corporativo que existe en el capitalismo, “Horror Móvil” explora la fragilidad de la psique humana cuando se encuentra en situaciones fuera de su control. Gandhi no es capaz de salvar a nadie, como tampoco lo hará ningún tipo de racionalización o intelectualización y mucho menos la alfombra. Lo que se está viviendo es una situación visceral y emocional que lleva a sacar lo más bajo, primordial o primitivo de cada uno de los personajes. Cada uno de ellos descubrirá si tiene lo necesario para sobrevivir en la jungla del mundo laboral. No todos lo harán. Por cierto, si quien lee este artículo trabaja en Nokia, se va a reír un poquito más. ¿O tal vez no?

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