ELEKTRA Y LOS PÁJAROS
Para quienes quieren ver una tragedia griega posmodernista bajo condiciones únicas.
ELEKTRA Y LOS PÁJAROS
“Aún no he perdido el juicio.”Elektra sufre y su dolor no es poco. Su padre ha muerto a manos de la mujer que la engendró y quien ahora comparte su lecho con el hombre que blandió el hacha. Elektra ha sido humillada, reducida a ser esclava y servir a quienes tanto odia mientras que su hermana goza de los privilegios otorgados de cuna. Elektra desespera pues se dice que su hermano ha perecido y la única esperanza de justicia ha quedado en una urna llena de cenizas. Elektra quiere venganza y nada ni nadie la ha de detener de satisfacer su sed. El orden dictado por los dioses se reestablecerá cuando la sangre de los impíos corra por las escalinatas del palacio.
“Con tus desgracias no engendres otras desgracias.”Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Hace cuatro años el dramaturgo y director Xavier Villanova se tomó muy a pecho aquel refrán popular con una idea de sorprendente sencillez, pero de enorme efectividad: llevar sus obras de teatro a casas o departamentos de forma itinerante para ofrecer una experiencia teatral totalmente nueva, única e irrepetible. Es de aquella simple premisa que nace lo que hoy se conoce como el Movimiento Íntimo para Departamentos, liderado por su más reciente montaje “Para Eliza” (crítica en www.entretenia.com). Sin embargo, la primera obra que surgiera de esto fue “Elektra y los Pájaros” que ahora renace para nuestra fortuna.
“¿No te das cuenta? ¡Eres mujer, no varón!”La línea entre lo masculino y lo femenino se ha perdido, los límites que dividen al público del actor desaparecen y la realidad y la ficción se entrecruzan. Basada en la tragedia clásica de Sófocles, “Elektra y los Pajaros” toma la anécdota del asesinato de Agamenón a manos de su esposa Clitemnestra, quien a su vez es asesinada por su hijo Orestes, para deconstruirla y recrearla en algún departamento de la ciudad, donde únicamente dos actrices nos presentarán el teatro griego como jamás lo hubiera imaginado.
“Abandonada y sola se revuelve Elektra.”Jugar con la tragedia griega es similar a jugar con Shakespeare: o se hace bien o mejor ni acercarse. Xavier Villanova tiene agallas al adaptar uno de los más grandes clásicos de Sófocles y el resultado es fascinante en tanto forma como fondo. Una mesa, dos sillas y una lámpara perfectamente bien posicionada son todos los elementos necesarios para que se logre una atmósfera íntima mientras Elektra sufre sus desgracias o terrible cuando Clitemnestra muestra su hediondo veneno. Siempre me sorprende cuando un creador es capaz de reinterpretar elementos simples, como una sombra proyectada en la pared, para tomar tintes mucho más allá de lo que parecieran ser. En el escenario hay dos actrices, pero entre las sombras habitan muchos demonios.
Viviana Amaya y Rosalinda Esparza son las dos actrices a cargo de “Elektra y los Pájaros”. Dos tonos y estilos diferentes de actuación probablemente a petición del director, se confrontan en el escenario para lograr un resultado desconcertante en un inicio pero fascinante a medida que estas dos mujeres nos envuelven en su historia. Mientras que Rosalinda se encarga exclusivamente de Elektra, consiguiendo compenetrarse con el papel de forma más realista, dentro un montaje que no lo es, Viviana se encarga de todos los demás personajes: Clitemnestra, Orestes Crisótemis, etc. bajo una interpretación más cercana a la fársica que a cualquier otra.
“Si fueras más discreta, cuan bella fueras.”Texto, dirección y actuación se vuelven una unidad congruente donde pareciera que no hay ni pies ni cabeza. Xavier Villanova está cambiando las reglas y, aun cuando le falta camino por recorrer, este inicio tiene pies firmes y bien plantados. No todo es perfecto, claro que no. Elementos puramente efectistas, buscando una cierta reacción en el público, sólo lograron distraerme. La obra es un tanto pretenciosa desde génesis y también se puede percibir. Aquellos que no tengan noción de lo que van a ver corren el riesgo de sentirse muy perdidos y Xavier no tiene planeado dar explicaciones. Sin embargo, para quienes disfrutan de un teatro inteligente, bien hecho, de propuesta y que trasgrede lo establecido encontrarán en “Elektra y los Pájaros” una platillo de gran delicadeza, con ciertos ingredientes amargos, pero que deja un exquisito sabor final en el paladar.
“Un muerto con un muerto tiene que pagar.”Tenía más de quince años de no tocar mis libros de teatro griego. Inmediatamente después de ver la obra, desempolvé mi colección “Sepan Cuántos…” de Porrúa y revisité «Electra» para tener una visión más completa antes de escribir una sola palabra. En una época donde lo más valioso es el tiempo, le dediqué a «Elektra y los Pájaros» muchas horas más de las que duró el montaje para sumergirme en su mundo. Mejor recomendación que esta no puedo dar.
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DATOS GENERALES
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