ELEFANTES
Para quienes quieren emprender un vuelo en globo hacia una dolorosa realidad.
ELEFANTES
Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
“El gran elefante, la bestia volando sobre el mundo.”
El globo está a punto de levantar el vuelo para conquistar el viento, la inmensidad de la nada, para convertirse en dueño y señor del reino de los elefantes voladores. Sin embargo, antes de soltar los amarres y dejar la tierra atrás, habrá que ver que es lo que quiere esa extraña mujer de aspecto un tanto familiar, que lleva una maleta y que pareciera que quiere ser parte de tan única travesía. Si alguna vez hubo un lazo entre el capitán y ella, él ya no lo recuerda. Mejor dicho, escoge hacer a un lado esos recuerdos, fingir el olvido y empezar a navegar en un viaje con destino a ningún lado.
“Voy a seducir al viento con mi dicha.”
La disfuncional relación entre un padre y su hija, el deseo de escapar de una vida que sencillamente no es buena y el dejarse llevar por los aires de la imaginación para dejar atrás la realidad y el pasado son algunos de los temas que el escritor Cristian David toca en su más reciente obra de corte quijotesco “Elefantes”. Este melodrama con ligeros toques absurdistas lleva al espectador a emprender un viaje en globo aerostático comandado por un hombre que ha decidido olvidarse del mundo de los hombres para dejarse llevar por su propia “locura” y a lado de una mujer simplemente buscando algún tipo de conexión con quien alguna vez fue su padre.
“Usted no puede subir a mi globo.”
Con toques surreales y a la vez lúdicos, con un profundo aroma a nostalgia y a melancolía y con un una loable construcción de dos personajes que se perciben como tangibles e inexistentes a la vez, Cristian David logra que el asistente de “Elefantes” se compenetre con una anécdota que en un principio se antoja como entrañable, incluso graciosa, y que a partir de un par de giros de tuerca en la historia se vuelve patética y lamentable.
“¿No se extraña la gente acá?”
Lo primero que impacta al público en “Elefantes” a nivel escénico es el bello trabajo de escenografía realizado por Alejandro Magallanes junto con la compañía Idiotas Teatro convirtiendo el escenario en el hangar donde se halla el decadente globo aerostático donde sucede toda la historia. A esto se une un hipnótico trabajo de musicalización por Juan Pablo Villa, el vestuario de Azucena Galicia y la iluminación de David Castillo, todo esto bajo la dirección de Fernando Reyes Reyes quien logra conjuntar todos estos puntos para crear un montaje que asalta los sentidos de forma exquisita. A nivel dramático, la propuesta se elevará por los cielos una vez que el ritmo se encuentre en mejor armonía con el tono de la obra y se sienta una verdadera cohesión entre todos y cada uno de los elementos que conforman la obra.
“”La soledad es buena… pero no a su edad.”
El objetivo de “Elefantes” debería ser el de convertir al espectador en cómplice absoluto del viaje que emprenden capitán y asistente, padre e hija, para así poder llevarlo de la mano por un muy doloroso camino hacia el abandono que pretende dejar a uno completamente devastado. Esto se podrá lograr una vez que las actuaciones del mismo Fernando Reyes Reyes y de Lucía Pardo se encuentren justamente en esa línea de vulnerabilidad, de verdad absoluta, de compenetración total con la tan patética situación que ambos personajes están viviendo aun cuando aparenten felicidad mientras surcan los cielos. Sin embargo, resulta de gran admiración el trabajo que ambos actores realizan durante la primera parte de la obra, cuando la ilusión y las apariencias son lo que dominan el vuelo. Estoy convencido de que este equilibrio actoral se conseguirá en poco tiempo en cuanto Reyes y Pardo se atrevan a verdaderamente herirse junto con sus personajes.
“En un principio, el cielo estaba lleno de elefantes.”
Que fácil sería dejar todo atrás, olvidar lo que nos duele, decirle adiós a las responsabilidades y simplemente dejarse llevar por el vuelo de los elefantes que nos observan desde arriba. Sin embargo, la realidad es que aquí estamos, tratando de conectarnos con quienes amamos, de alguna manera o de otra, para poder tomarnos de la mano y caminar juntos hacia el futuro. Yo confieso que no llegué a conocer a mi padre lo suficiente antes de que él se convirtiera en una estrella. Quizás porque yo era demasiado chico cuando murió, quizás porque él estaba demasiado ocupado en su despacho de contadores, volando en su globo aerostático de números e impuestos. Esa falta de unión entre él y yo es algo que lamento todos los días, es algo que me hace falta hoy en día, es algo que ya nunca tendré, pero siempre puedo mirar al cielo e imaginar que está allá a lo lejos, volando entre elefantes.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Elefantes”
DRAMATURGIA: Cristian David
DIRECCIÓN: Cristian David y Fernando Reyes Reyes
ACTUAN: Lucía Prado y Fernando Reyes Reyes
DÓNDE: Teatro La Capilla
DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.
CUÁNDO: Domingo 18:00 hrs.
COSTO: $200 entrada general. Aplican descuentos.
DURACIÓN: 45 minutos sin intermedio
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.