EL SHOW DEBE CONTINUAR

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Para quienes desean aplaudir de pie a un enano saltarín que sobrevivió 186 shows.

EL SHOW DEBE CONTINUAR

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Yo he sabido que quería ser actor desde que tenía 5 años.”

Desde niño, Jeff entendió que su destino sería el escenario, las marquesinas con su nombre en letras enormes, la fama, las ovaciones de todos sus fans. Lo que la realidad le mostró fue una gira a bordo de una combi desvencijada para representar al duende Rumpelstiltskin en escuelas primarias por toda la república mexicana. Entre hoteles de dudosa calidad, niños histéricos, maestras de gustos muy particulares, y restaurantes en medio de la nada donde la Doña podría aparecerse, un joven actor descubrirá lo que en verdad significa salir al final de la función a dar gracias luego de que cae el telón.

“No me encanta el teatro infantil.”

Basándose en sus propias experiencias personales, el actor canadiense Jeff Leard desarrolla un muy cómico, pero a la vez conmovedor unipersonal intitulado “El Show debe Continuar” sobre las vicisitudes que muchas deben vivir aquellos que viven del teatro, principalmente cuando se está de gira. La angustia ante una niña en primera fila que acaba de orinarse, el tener que lidiar con los compañeros actores, uno más particular que el otro, la presión por parte del dueño de la compañía por no cancelar una sola función en todo el año, o tener que bailar en cada función una ridícula canción sobre huevos, son tan sólo algunas de las situaciones a las que el personaje de Jeff se tiene que confrontar durante un proceso que lo llevará a cuestionar sus decisiones de vida, al mismo tiempo que el público no para de carcajearse desde las butacas. Es justo en el patetismo de las situaciones que vive el personaje, hilarantes sin duda, pero profundamente dolorosas para él, que se transmite el mensaje final de la obra con contundencia, uno que habla de pasión, entrega y verdadero amor por lo que se hace, sobre todo cuando se anuncia la tercera llamada ya sea en uno de los más grandes teatros del mundo, o en un miserable auditorio de cemento en un poblado en quién sabe dónde.




“Humildemente soy el mejor actor que ha pisado esta compañía.”

Un típico gobernador que se cree el verdadero protagonista del evento, una directora de escuela que exige que las reglas del colegio se mantengan en todo momento, a pesar de cualquier problema que se presente, un trágico evento, que desafortunadamente pasa demasiado seguido en nuestro país, que altera por completo la función de ese día. Uno de los puntos destacables en “El Show debe Continuar” es la precisa manera en que el texto canadiense ha sido adaptado a la realidad local, no sólo en su narrativa, sino en su mismo humor. Cuando una mesera altiva y de ceja parada le grita a su esposo Agustín para que arregle la luz en un restaurante a oscuras, el público no puede dejar de carcajearse ante tan evidente referencia a una de las más grandes divas de la pantalla grande mexicana.

“Sin vestuario no hay prota, y sin prota no hay obra.”

Con gruesas telas de diferentes estampados colgadas a lo largo de todo el fondo del escenario, de inmediato se remite a un teatro renacentista de antaño. Con cartón se hace la máscara de una rígida profesora, con una enorme peluca rizada revive el afamado y un tanto ridículo pinto Bob Ross, con elementos de teatro de sombras se da vida a una inspiradora parvada de pájaros. Uno de los elementos que hacen de “El Show debe Continuar” una opción delectable para el asistente se encuentra en la dirección de Eduardo Soto, quien no sólo acentúa con enorme ingenio la comedia inherente en la dramaturgia a través de un preciso tono y ritmo a lo largo del montaje, sino que además utiliza toda una variedad de lenguajes escénicos capaces de arrancar verdaderas carcajadas. De tal manera, un encuentro entre el protagonista y una maestra con un muy particular fetiche se vuelve hilarante al momento en que se juega con las luces para establecer la roja pasión de la docente y una icónica canción de los ochentas con saxofón se escucha una y otra vez. Cada elemento en la puesta en escena, teatro de papel, máscaras o sombras, alternancias entre la farsa y la más seria comedia, todo ello es utilizado con presteza y relevancia por el director para entregar un trabajo contundente y profundamente divertido. Este logro sería imposible sin el apoyo de todo un equipo que incluye a Mario Serralde en el diseño de iluminación, Verónica Maya y Carlos Soto en diseño de vestuario y escenografía, y la música original de Eduardo Soto, entre muchos otros.




“Hola señor actor, estamos muy emocionados de ver su obra de teatro.”

Con tan solo una pechera de tela color hueso con diversos pliegues, Marcos Radosh se transforma en Jeff, el actor frustrado que no es precisamente un fan del teatro infantil, en el viejo pero muy comprometido Murphy al ponérsela en como barba, o en la muy centennial Amanda, ahora con la pechera como peluca en la cabeza. Cada uno de estos personajes están claramente definidos, ya sea desde la comedia, la frustración, o la más completa honestidad. “El Show debe Continuar” es sin duda un vehículo para desplegar de lleno las capacidades actorales de Radosh, quien sostiene este unipersonal desde la comedia como de la fractura, haciendo gala de un rango impresionante que quizás a primera vista no sea tan notorio dado el alto nivel de comedia que maneja. Ya sea personificando a la Félix con una lámpara de mano, a una astronauta con el simple mover de una boca de cartón de arriba abajo, o siendo él mismo al final de la presentación, Radosh deja en claro que es mucho más actor que lo que hasta este momento había permitido mostrar.

“Por una corta hora pudieron reír.”

No tengo la menor idea de qué tanto disfrutaban u odiaban aquellos actores que aplaudí en mi niñez representar para un montón de escuincles mal portados en el auditorio de mi escuela. Pero lo que sí tengo seguro, algo que en definitiva puedo asegurar es que sembraron una semilla en mí que en algunos años floreció en mi profundo amor por el teatro. Gracias a todos ustedes actores y actrices que se disfrazaron de príncipes o brujas, gracias a todes aquelles que sudaron horriblemente en esas inmensas botargas, gracias a ustedes… hoy soy parte del teatro. Gracias.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: El Show Debe Continuar

DRAMATURGIA: Jeff Leard

DIRECCIÓN: Eduardo Soto

ELENCO: Marcos Radosh

DÓNDE: Teatro La Capilla

DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.

CUÁNDO: Sábado 18:00 horas. Hasta el 29 de Octubre 2022.

COSTO: $350 entrada general. Boletos en taquilla y en El show debe continuar – Boletópolis (boletopolis.com)

DURACIÓN: 75 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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