CUPO LIMITADO
Para quienes desean reírse de uno de los temores más comunes de la vida diaria: quedarse atrapado en un elevador
CUPO LIMITADO
“¡Abran!”
Hoy es una mañana entre semana como cualquiera en un edificio en la colonia Del Valle en 1986. Una abuela con su nieta y el mandado del mercado se suben al elevador de su edificio, como lo hacen seguramente todos los días. Lo mismo hizo la señora que no sale de casa sin el rosario, una pareja de jovencitos imberbes un tanto cachondos, un tuberculoso, perdón, un señor con enfisema que no tienen empacho en toserle a la gente encima, una muy imprudente sirvienta, como se les llamaba en los 80s, que dejó algo más que la olla en la lumbre y una profesionista con muchos secretos guardados en la bolsa. Todos se subieron al elevador esa mañana… dos más de los que se permiten… y se fue la luz. Al bajar, ninguno volverá a ser igual.
“¿Por qué no se mueve?”
Tomás Urtusástegui es considerado como uno de los más emblemáticos y prolíficos dramaturgos mexicanos de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Con una capacidad deslumbrante para capturar la realidad y traducirla a la escena en cualquier género, dramático o cómico, en teatro para jóvenes audiencias o en pastorelas, Urtusástegui dio catedra en vida de cómo escribir para las audiencias, de cómo, sin importar el tema que abordara, nunca se olvidaba de su propósito de provocar reacciones en quienes espectaban sus obras. Esto se aprecia con claridad en “Cupo Limitado”, una de sus obras más representadas tanto a nivel profesional como escolar, donde la simple premisa del qué pasaría si ocho personas se quedan atrapadas por espacio de una hora en un elevador se convierte en una mordaz, hilarante y escatológica mirada a la forma tan fácil en que el humano se convierte en bestia al verse cara a cara con sus miedos y demonios, con una situación totalmente fuera de su control, al sentirse atrapado sin salida y la única opción para salir adelante es la ley del más fuerte.
“¿Ya apretaste el que dice alarma?”
Apretar el botón mil veces, gritar por ayuda, pedir amablemente que no se muevan los demás tanto o rezar para que San Antonio los salve es tan sólo el principio. A medida que los minutos pasan, la claustrofobia se apodera de algunos, la desesperación ciega a otros, y peor aún, las ganas de orinar dan inicio a una batalla que posiblemente se pierda. Con cada nuevo problema que surge, con cada nueva psicopatía que cada uno de los ocupantes del elevador revela, ya sea un horrendo clasismo, un ligero problema de adicción, o quizá la incapacidad de salir de casa sin estar armada, la tensión aumenta hasta niveles insostenibles. Más allá de una premisa que conecta de inmediato con un miedo básico que todo aquel que vive en una ciudad experimenta cada vez que se sube a un ascensor, “Cupo Limitado” consigue balancear con destreza un muy ácido sentido del humor con la generación de tensión dramática, ambos elementos in crescendo hasta generar tanto una profunda incomodidad, como sendas carcajadas en las butacas. Pasar de una amable petición a la calma a un verdadero deschongue es cosa de un abrir y cerrar de ojos, de un rezo comunitario a que estallen los jitomatazos, literalmente, es producto de mucha risa, eso sin duda. Más el espejeo es real, el horror que muestra es grotesco, y es ahí donde se encuentra la verdadera genialidad del maestro Tomás Urtusástegui.
“Quiero hacer un llamado a la cordura.”
El visualmente muy pequeño elevador de paredes de reja metálica está posicionado en vertical para permitir que el espectador tenga la mayor amplitud de mirada posible sobre lo que está pasando en su interior, no sólo al frente sino al fondo. Mientras que unos amantes de besuquean, se puede ver a la conservadora rezando, al enfermo tosiendo, a la anciana teniendo un ataque de pánico que le impide respirar, a cada uno de los personajes viviendo sus crisis personales. Luego de un desmayo, uno de los ocupantes tiene un movimiento estomacal poco afortunado lo que provoca sendas arcadas en una de las más neuróticas pasajeras. El sentimiento de encierro, de asco, y de incomodidad se transmiten a los espectadores quienes reaccionan con risas nerviosas a momentos, en otros con carcajadas, en algunos con franca repulsión, sorpresa o una necesidad de escapar de la pequeña sala teatral. Escénicamente, “Cupo Limitado” cae en las capaces manos de Salvador Núñez, responsable de la exitosa Sor-presas Amén. Como director, Nuñez diseña una escenografía que recrea el fatídico elevador que permite una isóptica clara para todos los presentes. Asimismo, elabora una coreografía de movimiento escénico que da espacio a que los ocho actores encerrados se puedan mover con aparente facilidad por el espacio y así crear la ilusión de accidentes, pleitos, momentos escatológicos y hasta desmayos y fajoneos. Sin embargo, su mayor acierto se halla en su ritmo cómico, en su capacidad de conseguir hilaridad de el mero acto de abrir una bolsa con cuidado para meter un kleenex, o con la explosión de una verdura. Gracias a este ritmo y el cuidadoso tono que evita el pastelazo es que la obra alcanza altos niveles de diversión antes de congelar la sangre con un sorpresivo y violento final.
“¿Quién iba a decir que moriría en un elevador?”
Al descubrir que su nieta está comiendo una manzana a escondidas, la abuela no tiene el menor reparo en darle unos cuantos manazos. Con igual facilidad insulta horrendamente a la mujer que trabaja limpiando departamentos, finge estar al borde del desmayo o pide ser humillada por las injurias que ha cometido encerrada en ese elevador. La puesta en escena de “Cupo Limitado” cuenta con un elenco conformado por Carmen Vera, Maru Villa, Gerry Gova, Majo Zamora, Dacya Dom, Vivi Trabulse, Pepe Ángeles, Carlos Hernández, Ivanna Ocampo y Julia Llamaz (alternando funciones). La obra se beneficia enormemente por la presencia de Carmen Vera quien, por cierto, está celebrando este agosto 40 años de carrera artística. Sus evidentes tablas en el escenario, su capacidad para el ridículo, y su desbordante energía compensan en gran medida las interpretaciones estereotípicas, limitadas o llanamente básicas que otros miembros del elenco muestran, producto de un proceso formativo actoral todavía en maduración.
“Lo importante no es lo que llevamos sino lo que nos falta.”
Recuerdo haber visto “Cupo Limitado” en esa afamada primera temporada en el ahora desaparecido Foro de la Conchita. Recuerdo el asco y las carcajadas, el maravillarme ante tan sencilla pero genial premisa, ante la angustia que se contagiaba y ante el asombro del tan inesperado final. Desde entonces Urtusástegui ha sido uno de mis autores mexicanos favoritos, mi amor por su dramaturgia cimentada aún más por un hilarante montaje de su Drácula Gay en la Carpa Geodésica. Gracias Salvador Núñez por devolverlo a la escena mexicana, un espacio donde su nombre nunca debería de faltar.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Cupo Limitado
DRAMATURGIA: Tomás Urtusástegui
DIRECCIÓN: Salvador Núñez
ELENCO: Carmen Vera, Maru Villa, Gerardo Gova, Majo Zamora, Dacya Dom, Vivi Trabulse, Pepe Ángeles, Carlos Hernández, Ivanna Ocampo y Julia Llamaz.
DÓNDE: La Teatrería Sala B
DIRECCIÓN: Tabasco 152, Colonia Roma Norte.
CUÁNDO: Sábado 18:00 horas. Hasta el 31 de Agosto 2024.
COSTO: $300. Disponibles en taquilla y Boletos | Cupo Limitado | LaTeatreria (boletosenlinea.events)
DURACIÓN: 60 minutos
DATOS DEL TEATRO: No cuenta con valet parking o estacionamiento.