CLAUSURA DEL AMOR

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Para quienes entienden que cuando una relación termina siempre hay sangre.

CLAUSURA DEL AMOR

Por Juan Carlos Araujo

Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (@RiAlCastillo)
 
“Hasta aquí llegamos mi amor.”
 

Hoy termina todo. El cuerpo que alguna vez lo excitó tanto, la voz que antes los embebía con su hermoso tono, los momentos que crearon recuerdos supuestamente eternos, los viajes donde se prometieron tantas cosas, las risas y las lágrimas, los paseos y las noches en cama, los hijos y los sueños, hoy ya no significan absolutamente nada. Lo único que queda es una ira contenida, un sinfín de reclamos, un discurso furioso que grita con rabia la necesidad de ser vomitado antes de partir para siempre con una silla de rosas bordadas entre las manos. Claro que esto no será tan fácil como él pensó. Ella también tiene una opinión al respecto y, antes de que la sangre corra libremente, víctimas de todas las heridas que se han provocado durante tantos años de estar juntos, ella va hablar también, y la va a tener que escuchar, le guste o no.

“La vida no es una canasta de fresas.”
 

El final de una relación afectiva rara vez es un acto civilizado. Los reclamos que se han guardado durante mucho tiempo salen a flote al igual que los deseos reprimidos, las incomodidades, la falta de afecto y aún menos de deseo, el cansancio y el fastidio, la rutina desesperante. Todos estos malestares dichos con ira, desesperación y un sentimiento de urgencia son parte integral de “Clausura del Amor” del dramaturgo francés Pascal Rambert, donde se cuestionará la naturaleza del amor a partir de todo lo que se tiene que decir cuando este ha dejado de existir.

“Lo que sientes es sólo una herida narcisista.”
 

Utilizando una estructura dramatúrgica arriesgada y fascinante, Rambert presenta a una pareja justo en su momento de quiebre, donde no habrá diálogos, sino dos monólogos en sucesión. El primero es entregado por él, aquel que quiere dar término a dicha relación, con el ímpetu de un caballo desbocado, con el salvajismo de una daga hundiéndose en el cuerpo, con la crueldad de quien ya no siente nada por alguien. Una vez terminada esta perorata fúrica, y tras un momento de respiro para que el espectador se reponga de tan brutal ataque, la réplica por parte de ella es lanzada con la misma fuerza y dolor con el que fue recibido ese primer ataque. En ambos monólogos Rambert logra capturar con escalofriante veracidad el nivel de crueldad y bestialidad a la que es capaz de alcanzar una persona cuando lo único que desea es ya no estar con esa persona a quien prometió amar hasta que la muerte los separe.


“¿Te das cuenta de lo que matas cuando matas lo que nos construía?”
 

Una propuesta dramatúrgica de este calibre requiere de una dirección limpia, sin grandes aspavientos, que permita que sean las palabras, la fuerza del mensaje, lo que realmente haga mella en el espectador, logrando que tan duro mensaje llegue a resonar en su mente tiempo después de acabada la función. Hugo Arrevillaga, experto manipulador de emociones en su público, entiende este punto a la perfección, enfocándose en el trabajo actoral de la pareja involucrada que en un trazo escénico que pudiera llegar a obscurecer el mensaje. La propuesta escénica en “Clausura del Amor” resulta exitosa, sobre todo a partir del aprovechamiento del espacio escalonado disponible en La Gruta, y de mantener el ritmo de la obra medido con gran precisión para máximo efecto de ambos monólogos. Un trabajo elegante y discreto en cuestiones de iluminación, sonorización y escenografía apoyan a que el trabajo de dirección de Arrevillaga cobre mayor contundencia.

“Esto no va a ser unilateral.”
 

El reto que presenta “Clausura del Amor” a nivel actoral es verdaderamente complejo. Por un lado cada uno de los actores tiene que entregar un monólogo de cuarenta minutos de duración aproximadamente, que exige un nivel de energía que no permite en lo más mínimo las medias tintas; por el otro, esto significa que, de igual manera, durante cuarenta minutos cada uno de los involucrados debe de estar en escena reaccionando a lo que se le está diciendo, a todas las fallas que se le imputan, a cada uno de los ataques, en absoluto silencio. Antón Araiza, quien demuestra con cada nuevo proyecto ser uno de los actores más capaces dentro de la escena actual, se deja llevar con lujuria por la furia de su mensaje de adiós para ser poco a poco derrumbado una vez que le llega su turno de escuchar la réplica. Arcelia Ramírez, quien anteriormente trabajó con Arrevillaga en “Antes te Gustaba la Lluvia”, sorprende con la gran calidad de su trabajo ya que, tras recibir estoicamente toda la serie de ataques que Antón tiene para ella, se lanza con pasión a su respuesta, dejando fríos a los espectadores quienes dejan de respirar, se conmueven, proyectan o incluso ríen ante los argumentos que presentan. Definitivamente “Clausura del Amor” es un trabajo encomiable y poderoso gracias al enorme talento de ambos actores en manos de un director capaz de sacar lo mejor de cada uno de ellos.

“Me quedo con toda esa vida que tú quieres olvidar.”
 

A lo largo de mis cuarenta años he vivido el desgastante proceso de un divorcio, una separación a causa de una traición y un sinnúmero de intentos fracasados por estar con alguien. En cada uno de esos casos el adiós no fue fácil. Gritos, llantos, súplicas, humillaciones, depresiones, hasta amenazas y violencia han sido parte del final en estas lamentables historias de mi pasado. Toda relación tiene un final, toda historia de debe llegar a su última página. Espero que el camino que estoy recorriendo ahora con la persona que amo tenga su último capítulo cuando seamos un par de viejitos llenos de achaques, todavía con el deseo de tomarnos de la mano, siendo un nosotros,  y no con pisadas llenas de sangre alejándose para nunca más volverse a ver.

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Ricardo Castillo Cuevas: entreteniafoto@gmail.com

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: “Clausura del Amor”
DRAMATURGIA: Pascal Rambert
DIRECCIÓN: Hugo Arrevillaga
ACTÚAN: Arcelia Ramírez y Antón Araiza.
DÓNDE: Teatro El Granero dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Paseo de la Reforma y Campo Marte S/N.
CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs.
COSTO: $150 entrada general. Boletos en taquilla y ticketmaster. Aplican descuentos.
DURACIÓN: 85 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuentan con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra.
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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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