AVENIDA Q
Para quienes quieren ver uno de los musicales más graciosos en la historia de Broadway
AVENIDA Q
“Nunca debí contratar a un monstruo.”En 1969, el visionario Jim Henson se unió a un equipo de soñadores para crear uno de los programas más revolucionarios en la historia de la televisión, “Plaza Sésamo”. La característica que lo diferenciaba de todos los demás programas para niños de esa época era la peculiaridad de utilizar unas marionetas denominadas “Muppets” para que los niños pudieran comunicarse de forma más abierta que con los humanos. Desde entonces los Muppets, con Kermit, Beto, Enrique, Miss Piggy y el Monstruo Comegalletas, entre otros, han revolucionado la educación y el entretenimiento infantil y, en ocasiones, el adulto.
“Todo en la vida es sólo por hoy.”En 2003 se estrenó un musical que, como claramente se especifica en el programa de mano, no tiene ninguna asociación con Jim Henson ni con los Muppets. “Avenue Q” llegó a los escenarios con una exquisita farsa satírica que, literalmente, se pitorrea de todos los conceptos detrás de ese programa de televisión. “Plaza Sesamo” es donde los niños aprenden el alfabeto, las letras, a compartir y conceptos como adelante, atrás y alrededor. En “Avenida Q” los adultos aprenden sobre homosexualidad, mediocridad, pornografía y racismo. Un contraste irresistible e hilarante.
“Todos somos algo racistas.”A diez años de su estreno en Broadway, “Avenida Q” regresa a México, después de haberse estrenado hace cinco años, en el Teatro Cabaret Voila Acoustique del Centro Comercial Antara.
Yo confieso que tenía muchísimas dudas sobre este nuevo montaje de “Avenida Q”. Después de entrevistar al productor Virgilio Solorio, al director Bruno Carrera y a la actriz Melissa Hallivis mis dudas no se apaciguaron, al revés, se incrementaron. Sencillamente, no estaba seguro de que lo iban a lograr. El riesgo me parecía enorme, la experiencia de los involucrados poca y, en general, parecía todo estar montado con alfileres.
Uno de los puntos que más me preocupaban al ver este nuevo montaje de “Avenida Q” era la traducción. Es un trabajo de suma dificultad pues el texto original está lleno de modismos y referencias a la cultura anglosajona. El trabajo hecho por Bruno Carrera y Melissa Hallivis es muy bueno, con algunos momentos de genialidad. Pedir dinero para el pasaje a Puebla sin duda fue uno de los momentos más graciosos de la noche. Sin embargo, pienso que algunas referencias no serán captadas por un cierto demográfico del público un poco más adulto y se debería cuidar el audio para que algunos grandes chistes no sean ahogados por la música.
“¡Qué chinga ser yo!”La dirección de Bruno Carrera se apega mucho a la versión original de Broadway, con algunos detalles mexicanizados bien acertados. El que Nicky salga a pedir su calaverita cuando en el original es limosna son detalles que hacen este trabajo aún más divertido. El espacio de cabaret ayuda también a una mayor interacción con el público que se aprovecha en ciertos momentos clave del musical. No todo es perfecto. Como ya he mencionado en diferentes ocasiones, el ritmo es el elemento que más se debe de cuidar en la puesta. El escenario queda vacío, oscuro y en silencio en algunos momentos de transición entre escenas que sólo logran que mi atención se desvíe a pedir otro trago en lugar de seguir hipnotizado en la obra. La maldición que aqueja a la mayoría de los directores tiene que ser muy bien cuidada sobre todo, en un musical. Aún así, me encanta la idea de que no hayan mutilado una sola línea del original como sucedió hace cinco años cuando se atrevieron a quitar la magistral canción “Schadenfreude”.
“Mientras más lo amas, más quieres matarlo.”El elenco detrás de “Avenida Q” entiende y consigue uno de los propósitos más importantes de la obra: ser invisibles. El público tiene que centrar su atención en los puppets y no en los actores que los están manipulando. Puedo decirles que la gran mayoría del tiempo uno se olvida de que hay un humano detrás de cada marioneta pues sencillamente estamos viendo a Kate Monster, a Trekkie Monster, a Nicky o a Rod y no a Melissa, José Carlos o Galo.
“Si fueras gay.”Una vez dicho esto, hay que aplaudir el trabajo realizado por José Carlos Leyva quien logra dar vida, personalidad y carácter a su Princeton y a su Rod más allá de lo que está en el libreto. En el montaje original de México esta responsabilidad cayó en el ahora famosísimo Luis Gerardo Méndez y les puedo decir con toda honestidad que José Carlos no le pide nada a nadie.
“Veo porno en el internet.”También aplaudo el trabajo de Melissa Hallivis, quien claramente se la está pasando sensacional en el escenario como Kate Monster y Lucy la Zorra. Me habría gustado que luciera su voz un poco más al final del primer acto, pero toma la decisión de sacrificarla en favor de la voz de su personaje. Válido. También destaco el papel de Mario Heras como el superintendente de Avenida Q, quien consigue las risas con un papel por demás difícil.
“En mercado volátil, única inversión segura es porno.”Soy declarado fan de “Plaza Sésamo” desde que tengo uso de memoria. Mis amigos siempre me han dicho que tengo cara y personalidad de Muppet. Viajé a Nueva York con el único propósito de ver “Avenue Q” y sencillamente quedé prendado de su humor y su ingenio. La “Avenida Q” que se está presentando en Voila cumple con las promesas, satisface mi eterno apetito por puppets y me arranca una sonrisa cada vez que recuerdo a Nicky hablando de su hija con muletas. Una de las grandes tristezas del teatro es que termina. “Avenida Q” está hoy en México, se tiene que ir a ver.
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