AGNES DE DIOS

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Para quienes desean descubrir los terribles secretos que se esconden en un convento donde los milagros pareciera que aun existen.

AGNES DE DIOS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Este es un caso de homicidio simple, no de asesinato.”

El bebé fue hallado muerto, su cordón umbilical amarrado al cuello, en un bote de basura. La madre, una monja cuyo pasado fue un verdadero infierno, aunque su voz pareciera provenir desde el mismísimo cielo, no recuerda nada en absoluto, ni de la concepción, ni del parto. Bajo el manto de querer salvar la mente, o el alma, de una joven, atormentada una psicóloga y la madre superiora del convento se enfrentarán cara a cara entre el humo del cigarro hasta encontrar una verdad que ninguna de las dos está preparada para escuchar.

“Quieres que hablemos del bebé, ¿verdad?”

Basándose en hechos reales, el dramaturgo norteamericano John Pielmeier escribió la obra de suspenso “Agnes de Dios” en 1979. Desde entonces, la historia de una monja aparentemente tocada por Dios, y todos los esfuerzos por descubrir la verdad detrás de su “milagroso” embarazo, ha gozado de enorme éxito. Tanto en Broadway, como en México en su producción original de 1984 con Blanca Guerra, Marga López y María Teresa Rivas, hasta una magistral versión cinematográfica estelarizada por Jane Fonda, cada una de las producciones de la puesta en escena ha sido aplaudida y admirada por la evidente capacidad del autor para generar verdadero suspenso a partir de diálogos tanto ingeniosos como poderosos en voz de tres muy complejos personajes femeninos dominados por sus propios demonios del pasado.




“Usted está aquí para diagnosticar, no para sanar.”

Atormentada aun por la fatídica muerte de su hermana Marie a causa de la negligencia que vivió en un convento, la psicóloga encargada de evaluar el estado mental de la joven Agnes se ve en la encrucijada entre tratar de entender a su paciente y juzgar duramente a toda la iglesia católica. Por su parte, la madre superiora se debate entre proteger a Agnes, una casi santa a sus ojos, mantener todos sus secretos lejos de esa doctora empeñada en destruir la mente de su protegida, y ayudar en desentrañar que fue lo que realmente esa fatídica noche en que la sangre corrió en el convento. Finalmente, traumatizada por los nefandos actos de una madre alcohólica y drogadicta, completamente ignorante del mundo más allá de las paredes del convento, y obsesionada con ideas religiosas un tanto exacerbadas, la tímida Agnes deberá romper con todos sus traumas para poder contemplar la idea de que Dios no es la respuesta a todo, y así enfrentar la muy dura realidad. Dentro de un muy bien entretejido misterio, en el que el espectador está verdaderamente al filo de la butaca ansioso por descubrir quién fue quien mató al bebé, “Agnes de Dios” esconde una poderosa crítica a la iglesia católica, a sus prácticas que promueven la ignorancia, el miedo, e incluso son capaces de poner en peligro la vida de sus devotos seguidores. Es en este discurso que la obra de Pielmeier encuentra su pertinencia a más de 40 años de haber sido escrita, aunado a ser una obra que ciertamente empodera la figura femenina tanto en el personaje de la madre superiora como de la Doctora Livingstone.

“Sufrir es hermoso, yo quiero ser hermosa.”

Al entrar a la oficina de la psicóloga, tanto Agnes como la madre superiora cruzan una cortina del lado izquierdo del escenario, caminan por un pasillo imaginario hacia la derecha, y luego al frente, un trazo forzado e innecesario que entorpece el flujo de la acción. En algunos momentos de mayor suspenso, la iluminación se torna rojiza, indicación ilustrativa que pareciera instruir al público sobre lo que está a punto de suceder como si no pudiera entenderlo por su propia cuenta. Al llegar el momento catártico de la historia, en el cual Agnes revela todo lo que sabe bajo los efectos de la hipnosis, sus manos de revelan cubiertas de sangre, truco efectista que rompe con el realismo general de la puesta en escena. La narrativa de “Agnes de Dios” es innegablemente interesante, atrapa al público inmediatamente, requiriendo por ende un ritmo ágil y fluido cimentado en el realismo. La dirección que establece Óscar Casanova consigue cabalmente el mencionado ritmo, aun cuando en términos escénicos no se llega a los mismos resultados. Los trucos efectistas, la iluminación ilustrativa, y los trazos obligados que se alejan de las convenciones teatrales propios de la ficción acercan en ciertos momentos el montaje a un melodrama , y lo alejan del tan necesario realismo que la obra demanda para alcanzar su verdadera contundencia.




“No podía ser justa ni objetiva, ¿o sí?”

Luego de haberse enfrascado en una discusión donde psicóloga y monja terminan gritando, cada una defendiendo sus muy particulares puntos de vista sobre la situación de Agnes, las dos mujeres son capaces de sentarse, fumar un cigarro y discutir qué tipo de tabaco fumarían los santos en el pasado. Mientras que la madre superiora se erige como toda una figura de autoridad moral, sólo para ser confrontada con sus propios secretos, la Doctora Livingstone tiene que aceptar que, a pesar de ser una profesional en temas de salud mental, su propia historia le impide tratar el caso de Agnes con el más absoluto profesionalismo. El punto donde “Agnes de Dios” encuentra su mayor fortaleza es en las actuaciones de Carmen Vera y Xochitl de la Concha como la madre superiora y la psicóloga, respectivamente. Mientras que Vera alcanza niveles muy altos de realismo, claramente cimentados en proyectar sus emociones desde la entraña, de la Concha es capaz de parase en el mismo nivel que su contraparte, a pesar de a momentos caer en el sentimentalismo melodramático en escenas donde se dirige al público. El elenco lo completa Paulina Bringas quien consigue resultados solventes en la personificación de la joven monja.

“Existe un final feliz para cada historia.”

Yo confieso ser ferviente admirador de “Agnes de Dios”. Tuve la fortuna de ver el montaje de 1984 cuando apenas tenía diez años y desde entonces quedé completamente cautivado. Muchas veces he disfrutado de la película, misma que aún tengo en DVD, incluso tengo el audiolibro, mismo que he escuchado más de 20 veces a lo largo de mi vida. Reencontrarme en el escenario con Agnes, la madre superiora y la Doctora Livingstone es sentarme a escuchar a viejas amigas decir diálogos que me sé de memoria, es ver de nuevo a personajes que he seguido durante 39 años de mi vida en su búsqueda por la verdad, es recordar por qué en el teatro una verdaderamente buena historia nunca envejece, siempre es digna de volver a ser contada.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Agnes de Dios

DRAMATURGIA: John Pielmeier

DIRECCIÓN: Óscar Casanova

ELENCO: Carmen Vera, Xóchitl de la Concha, Ale de la Rosa y Paulina Bringas.

DÓNDE: Teatro La Capilla

DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.

CUÁNDO: Jueves 20:00 horas. Hasta el 24 de Agosto 2023.

COSTO: $350 entrada general. Boletos en taquilla y en AGNES DE DIOS – Boletópolis (boletopolis.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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