TE VERÉ EL AÑO QUE VIENE

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Para quienes quieren ver una comedia romántica que se renueva cada 365 días.

TE VERÉ EL AÑO QUE VIENE

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“¡Estoy felizmente casado!”

El primer encuentro fue en 1951. Una noche lejos de sus respectivos conyugues y una atracción avasalladora fue todo lo que se necesitó para generar una promesa que no se rompería por más de 24 años. Los cambios en la moda y en las ideologías, la guerra y la muerte, el éxito y la pobreza, toda una vida transcurrida entre cada intervalo. Entre las peores y las mejores anécdotas de una esposa despistada y un marido no tan fijado, nacerá una historia de amor ilícita que trascenderá las barreras del tiempo o de lo convencional.

“Pensé que mi compromiso aquí era venir cada febrero.”

El dramaturgo canadiense Bernard Slade escribió en 1975 la comedia romántica “Te Veré el Año que Viene”. En ella, Doris y George, ambos casados, desarrollan una relación amorosa que sólo cobra vida una vez al año mientras supuestamente ella está en un retiro y él visita a un cliente en California. A lo largo de 24 años, los personajes viven toda una serie de cambios en sus vidas, reflejo de la sociedad norteamericana de los 60s o 70s, mismas que afectan su relación como es la guerra de Vietnam. La obra que desarrolla Slade es enternecedora, divertida e ingeniosa en su lectura primera. Sin embargo, es en el subtexto, donde se realiza un paralelo con la realidad que van viviendo a lo largo de las décadas donde la dramaturgia cobra mucha más fuerza, relevancia y profundidad.




“Yo simplemente amo estar aquí, ¿tu no?”

La versión de “Te Veré el Año que Viene” que llega a La Teatrería es con una traducción de el también director José Razo en conjunto con el actor Oz de la Ro. Ciertamente ambos logran capturar el humor de la pieza, incluso su inocencia, pero se limitan a sólo traducir la anécdota sin realizar una adaptación que pudiera conectar con un público mexicano que muy posiblemente no tiene la menor idea de quien fue el político Barry Goldwater o la manera en que Vietnam polarizó a toda una sociedad a finales de los 60s. Por lo tanto, el público disfruta de la anécdota base, se ríe y se entretiene con la relación amorosa entre George y Dori y los conflictos que se generan entre ellos, más no alcanza a apreciar esa muy importante segunda lectura que se podría haber alcanzado con un trabajo de adaptación que fuera asequible para una audiencia mexicana.

“Nuestra relación no se basó en una noche casual.”

Justo en el momento en que George y Doris se dan el primer beso entra una música romántica, casi podría decirse cursi, que da paso a la primera transición de tiempo en la obra. Estas entradas musicales se repiten en momentos clave, exacerbando el melodrama e ilustrando la acción más que apoyándola. El director José Razo apuesta por presentar un montaje lindo, divertido y carente de mayores pretensiones. “Te Veré el Año que Viene” funciona dentro de la ya antes mencionada primera lectura, una en la que el público se encariña con ambos personajes y suspira con su romance, aun cuando el ritmo no se sostiene a lo largo de las dos horas que dura la obra, en parte a causa de cambios de escena demasiados largos. Aunado a esto, la escenografía llega a sentirse un tanto abigarrada en tan pequeño espacio, forzando a los actores a tomar un escalón cada vez que tienen que pasar el piano de la sala, entorpeciendo el libre flujo de la acción. Se destaca diseño de vestuario a cargo de Andrea Larios Padilla quien captura con precisión cada época por la que transita la obra.




“He encontrado la manera de ser feliz.”

Al inicio del montaje, Doris es una típica ama de casa desesperada de los 50s que ha disfrutado su desliz. Más adelante, se transforma en una mujer muy embarazada, en una hippie rebelde y hasta en una exitosa empresaria. Cada una de estas transformaciones se realiza con ligeras, pero honestas variaciones de matices por parte de Jimena Merodio, dando como resultado el punto más interesante y destacable de toda la propuesta. A su lado, Oz de la Ro da vida a un George de voz engolada y cuyas emociones se basan más en la forma que en el fondo, un trabajo que requiere mucho más rigor desde en el simple hecho tocar el piano con un poco mayor de verosimilitud.

“Por primera vez quería un final feliz.”

Yo confieso ser un romántico empedernido, alguien que cree que el amor puede vencerlo todo y que es capaz de trascender cualquier tipo de barrera que la sociedad imponga. Es en ese punto donde encontré placer viendo “Te Veré el Año que Viene”. Ese pequeño cursi que llevo dentro quería ver a George y Doris triunfar en su amor, esperaba con ansia qué nuevos retos tendrían que superar con cada año que pasaba. Bernard Slade escribió una diferente historia de amor, una que engancha y encanta. Con eso me quedo, con la esperanza de que en un cuarto de hotel de California se siguen encontrando esos dos amantes hasta la eternidad.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Te Veré el Año que Viene”

DRAMATURGIA: Bernard Slade

DIRECCIÓN: José Razo

ACTUA: Jimena Merodio y Oz de la Ro.

DÓNDE: La Teatrería.
DIRECCIÓN: Tabasco 152, Colonia Roma.

CUÁNDO: Lunes 20:30 horas. Hasta el 17 de Diciembre.

COSTO: $400, $300 y $250. Boletos en taquilla y www.lateatreria.com

DURACIÓN: 120 minutos con un intermedio de 10 minutos.

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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