SONATA DE OTOÑO

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Para quienes entienden que la relación madre-hija también incluye el odio.

SONATA DE OTOÑO

 
“Hay un abismo entre sentimentalismo y emoción.”
 

Siete años han pasado desde que madre e hija se vieron a los ojos por última vez. El tiempo ha transcurrido pero las heridas no han sanado en lo más mínimo, continúan supurando, sangrando, doliendo. Una carta, una invitación, traerá el pasado cara a cara con el presente para sacar a la luz qué tanto el ser humano puede ser una criatura egoísta, absorbida por sí misma, capaz de rechazar al producto de su propio vientre. Su madre las abandonó, o al menos eso es lo que Eva piensa, y no hay nada que se pueda decir que calme su ira. Siete años han pasado y tal vez siete más deban pasar para que las heridas apenas comiencen a cerrar. Nunca lo harán.

“Para ti yo era una muñeca con la que jugabas cuando tenías tiempo.”
 

“Sonata de Otoño” es una de las películas más emblemáticas en la filmografía del renombrado director sueco Ingmar Bergman. Estrenada en 1978 y estelarizada por Ingrid Bergman y Liv Ullman, la historia de odios y rencores de Charlotte y Eva es ahora adaptada para la escena por Ignacio Ortiz Cruz, quien también la dirige. La dramaturgia es limpia y directa, sin mayores aspiraciones que las de mantenerse fiel al original, potencializando el dramatismo tan terrible que existe en la relación madre-hija de las protagonistas. Los diálogos, contenidos en un principio y desencajados y punzantes a medida que la realidad se desmadeja en todo su horror, resultan precisos, directos, hirientes y maravillosos en su habilidad de mostrar la capacidad de herir y el rencor que guarda el ser humano.

“Nunca he podido con la gente que es inconsciente de sus motivaciones.”
 

La dirección de Ortiz Cruz es de gran congruencia con el texto al mantenerse limpia y sencilla, permitiendo que la palabra tome el centro de la atención y que nada se interponga con ella. El diseño de escenografía fue elaborado por las talentosísimas Auda Caraza y Atenea Chávez, el cual refleja la enorme distancia que existe entre Eva y Charlotte, entre esposo y su mujer, entre una hija enferma y su madre, con un simple tablado en diagonal y un piano en una de las plataformas elevadas del lugar. La iluminación a cargo de Patricia Gutiérrez Arriaga consigue efectos similares, al inundar la sala de tonos gélidos azules, a medida que el enfrentamiento descarnado familiar se sale de control. Sin duda, un trabajo técnico redondo que empodera la premisa creada para “Sonata de Otoño” desde su misma incepción por Bergman.

“No tuve valor de prevenirla, así que todo salió mal.”
 

La imagen de Charlotte tocando el piano desde las alturas, mientras que su hija escucha llena de dolor y rabia contenida desde abajo, dándole la espalda, es sencillamente poderosa, provocando un vacío en el estómago. Esta escena sirve como ejemplo de la magistral interpretación que Aída López consigue al apoderarse por completo del personaje de Eva. Toda una vorágine de sentimientos: odio, rencor, desesperación, cansancio, amor, tristeza, se encuentran en constante movimiento, una verdadera tormenta en el interior de Eva y cada uno de ellos se puede ver en el trabajo de Aída, ya sea en su hablar o en su silencio, en sus manos o en sus caminar. Desafortunadamente, “Sonata de Otoño” es un diálogo y no un monólogo, ya que Aída carga con absolutamente toda la fuerza emocional de la obra cuando madre e hija se confrontan. La labor de José Carlos Rodríguez y de Edna Figueroa (quien alterna funciones con Diana Ávalos) como Viktor y Helena, esposo y hermana de Eva respectivamente, cumple eficientemente con potencializar el patetismo que existe entre Charlotte y Eva.

“La desdicha de la hija será el triunfo de la madre.”
 

“Sonata de Otoño” es un trabajo de hermosa manufactura que alcanza grandes brillos gracias a la enorme capacidad de una de sus actrices principales. A medida que las apariencias se descomponían y la putrefacción interna salía a flote, me encontraba anclado a mi asiento, presa de la mirada de Eva, inundada por esa luz helada. Ignacio Ortiz Cruz ha creado una adaptación precisa de una obra maestra de la cinematografía, capaz de elevar la monstruosidad humana a una pieza de arte. Me quedo con eso, hago a un lado lo que claramente no funciona, en espera de verla en un futuro con todo su absoluto potencial, cuando exista un verdadero diálogo emocional y vibrante entre madre e hija.

 

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

 

OBRA: “Sonata de Otoño”
DRAMATURGIA: Ingmar Bergman
ADAPTACIÓN Y DIRECCIÓN: Ignacio Ortiz Cruz
ACTÚAN: Aída López, Patricia Marrero, Diana Ávalos, Edna Figueroa y José Carlos Rodríguez.
DÓNDE: Teatro El Granero dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte S/N. Detrás del Auditorio Nacional.
CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingos 18:00 hrs.
COSTO: $150 entrada general. Boletos en taquilla y ticketmaster. Aplican descuentos. Los jueves el boleto cuesta $30.
DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuentan con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra.
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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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