RAMIRO, EL AVE QUE VIAJÓ A LA LUNA

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Para los que quieren que sus hijos vean una obra ambientalista a bordo de un ave libre y feliz.
 

RAMIRO, EL AVE QUE VIAJÓ A LA LUNA

 
Por Alejandro Velázquez (@velalejo)
Fotografías: Cortesía de Enrique Chimal
www.entretenia.com
 
“De repente pensé en todas las veces que tiré basura y no me di cuenta.”
 
Natalia sueña con volar pero ella no tiene alas como las que embellecen y transportan a su amigo Ramiro, una hermosa ave migratoria que ha viajado por todo el mundo conociendo distintas lenguas y climas. Acompañados de estos dos mejores amigos, niños y adultos emprenderán un vuelo a través de las anécdotas que han marcado la vida de tan simpático plumífero camarada. Los únicos requisitos para emprender este colorido viaje consisten en buscar lo que a cada uno le hace más feliz y respetar a los seres maravillosos que pueblan la vegetación de nuestro planeta.
 
“Uno es feliz si hace lo que más le gusta.”
 
“Ramiro, el Ave que Viajó a la Luna” es una obra de teatro que toma como temas principales el cuidado al medio ambiente y la libertad de la que gozan los niños para hacer lo que más les gusta. El público conocerá a Natalia, una niña que sueña con volar al igual que lo hace Ramiro y quien, aun cuando es libre, encuentra peligro en las ciudades y en aquellos lugares donde el Hombre domina. Gracias a la convivencia entre ella y su amigo con alas, Natalia aprende que la vida de Ramiro es tan valiosa como la suya.
 
“Si lo que más deseas es volar pues a volar.”
 
Mónica Álvarez, la escritora y directora de “Ramiro, el Ave que Viajó a la Luna”, nos muestra una historia sencilla y sin grandes pretensiones la cual, aunque no tiene un conflicto sustancial, logra que el espectador pase un rato muy agradable y entretenido acompañado de enseñanzas y moralejas con personajes divertidos. La presencia de juegos así como de preguntas que buscan motivar el espíritu inquieto y aventurero en los niños logran que la obra también sea didáctica, elemento que siempre agradecen los papás, quienes están en una constante búsqueda por nuevas formas de alimentar conciencia ambiental a sus hijos.
 
“Nací para volar, para estar en libertad.”
 
La dirección de Mónica logra ambientar las escenas de forma efectiva con intervenciones musicales muy bien presentadas y desarrolladas en los momentos que lo ameritan. Escuchar la canción “Boogie Nights” de The Heatwave mientras Ramiro está conquistando a una polluela resulta encantador, además de algunas otras canciones que fueron interpretadas en vivo por los actores. Aunado a la música, cabe destacar el embellecimiento del escenario a partir de elementos muy sencillos pero que cumplen su función óptimamente. La combinación de estos dos planos consiguen sensaciones que van acorde a las emociones que los personajes proyectan; en particular el atardecer que disfrutan las aves arrejuntadas en las ramas de los árboles es uno de los momentos más cálidos de la obra. También se aplaude que  se lleve al espectador a participar en distintas actividades para luego retomar la historia de manera fluida.
 
“La luna cuida nuestros sueños.”
 
En cuanto a las actuaciones, Yosahandi Vega y José Pescina (quienes alternan con Zabdi Blanco y Sol Sánchez) realizan una labor merecedora de sus aplausos al final de la función, pues forman una nutrida colaboración en equipo donde se aprecia su gozo en el escenario y la caracterización bien labrada de sus personajes. Así como vemos a Yosahandi transformarse en una Natalia de tierno carisma, con la jovialidad y la inocencia necesarias para interpretar a una niña, José Pescina, en la misma sintonía, juega con su personalidad para dar vida a Ramiro, un ave con espíritu optimista. Ambos caracterizan loablemente a otros personajes secundarios pero muy graciosos como los caracoles que hacen carreritas porque se están mojando.
 
“Nadie debería tener barreras, que nadie te impida hacer lo que más quieres.”
 

Considero importante que el teatro infantil trate temas por los que hay que preocuparse pero de manera menos aleccionadora como sucede comúnmente en otros medios de comunicación. “Ramiro, el Ave que Viajó a la Luna” es una buena obra que logra transmitir un aire de esperanza y alegría a través de sus dos ideas centrales: buscar hacer lo que nos gusta y el cuidado del medio ambiente. Los adultos deben ser cuidadosos a la hora de plantear un mundo sin barreras a los niños, ya que de hecho siempre las habrá, siendo dos de ellas el cambio climático y los recursos energéticos que se agotan diariamente. Para hacer lo que nos gusta en un futuro, primero hay que pensar en cómo podemos alcanzarlo sin afectar demasiado el ecosistema en el que vivimos pues de él dependeremos. Esta obra busca un equilibrio entre estos dos conceptos, por lo cual creo que vale la pena aprender a volar sin destruir el mundo del que despegamos, tal como lo haría Ramiro.

 
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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

 

OBRA: “Ramiro, el Ave que Viajó a la Luna»
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Mónica Álvarez
ACTÚAN:  Zabdi Blanco, José Pescina, Sol Sánchez y Yosahandi Vega.
DÓNDE: Foro «El Bicho»
DIRECCIÓN: Colima 268, esquina con Insurgentes. Estación de Metrobus Durango.
CUÁNDO: Sábados y Domingos 13:00 hrs.
COSTO: Cooperación voluntaria.
DURACIÓN: 40 min.
DATOS DEL TEATRO: Un foro independiente en el corazón de la Roma que apuesta por un teatro diferente e innovador. No cuentan con lugar para estacionarse, pero hay estacionamientos públicos en el área.

 

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"Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao. Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao. Los cacaos de los cacahuetales no dan cacahuetes, sino cacao." –Eugène Ionesco, "La Cantante Calva"–

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