Un dispositivo teatral con actualizaciones. Entrevista a Mariano Olivera de Convoy Teatro sobre la obra Máquina Mundo: Barbie

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Un dispositivo teatral con actualizaciones. Entrevista a Mariano Olivera de Convoy Teatro sobre la obra Máquina Mundo: Barbie

Fernando Martín Velazco

Convoy Teatro ha construido un lenguaje escénico donde el cuerpo, la tecnología y la experiencia digital conviven en escena. Fundada en 2017 por Mariano Olivera, la compañía nació tras su participación como Joven a la Muestra en la MNT 2016, en San Luis Potosí. Aquella experiencia marcaría el origen de una línea de trabajo centrada en la experimentación escénica y en la colaboración con artistas formados en la Universidad de las Artes de Yucatán (UNAY).

El primer montaje del grupo fue Roma al final de la vía, de Daniel Serrano. El deseo de generar una voz propia llevó a Olivera y a sus compañeros —Diego Cano en diseño sonoro y Paris Fernández en iluminación— a desarrollar, en 2018, Máquina Mundo L, una primera exploración de lo que después sería el eje conceptual de la compañía.

Creamos el concepto escénico de Máquina Mundo. Era una idea relacionada con el concepto de Mario Cantú de crear mundos en escena y que coincidía con inquietudes que yo tenía. Se las compartía al intérprete o la intérprete, y las traducía con sus propias inquietudes y sobre eso empezábamos a trabajar. Así creamos en 2018 Máquina Mundo L, en la cual también trabajaron Paris y Diego Cano. Fue una primera versión de Máquina Mundo y resultó en muy buen puerto […], pero me interesaba mucho seguir desarrollando el concepto —quizá como trilogía—, porque lo que proponemos como escena es nuestra relación con las máquinas.

En 2020, durante la pandemia, Convoy Teatro participó en la Incubadora de Proyectos de La Capilla, donde el aislamiento propició una descentralización que permitió a grupos del interior del país acceder a procesos de formación y experimentación virtual. Un año más tarde, el proyecto fue seleccionado por Taking the Stage MX (British Council México, La Teatrería y Teatro UNAM), un laboratorio de creación escénica contemporánea. Allí, el equipo conformado por Olivera, Gabriela Jiménez y Diego Cano consolidó las bases de lo que después se convertiría en Máquina Mundo: Barbie.

A inicios de 2022, Anita Reyes Butrón transformó los conceptos trabajados durante ese laboratorio en una dramaturgia más sólida: en que hubiera historia, conflicto, no solo temas. Lo que teníamos eran inquietudes sobre la premisa ‘¿cuál es nuestra relación con lo digital, las máquinas, las redes sociales?’. Esas inquietudes se vertieron en el texto de Anita.

El resultado fue un monólogo protagonizado por una joven llamada María que en el universo digital se convierte en Barbie. La pieza, interpretada por Gabriela Jiménez, combina la actuación presencial con la proyección en tiempo real del contenido de su teléfono móvil, para generar diálogo entre cuerpo, pantalla y público: Alexa [la asistente de Amazon] también está en tiempo real. Nos metimos a conocer toda la configuración posible con Alexa. Más allá de estar conectada a internet, la configuramos para que responda a lo que necesita la dramaturgia o la historia. Es darle los comandos exactos —las palabras exactas— y Alexa responde. Está en vivo […]. En video, lo que usamos es proyección de pantalla: el celular. Todo lo proyectado es del celular. […] Invitamos al público a que comparta en tiempo real, que comente, que participe. Traspasa lo que ocurre en escena a lo virtual y queda un registro de las funciones: el público sigue comentando después. Eso le ha dado eco, una “huella digital” que ha dado mucha vida al personaje. Gabi/Barbie se han vuelto un poco una sola. Ella utiliza mucho ya esta cuenta y, a veces, esa frontera se borra. Ahí lo verán.

El proceso actoral implicó ensayar y montar un dispositivo que alteraba por completo las convenciones de la escena. La actriz debía mantener una presencia viva ante el público mientras interactuaba con la pantalla y el teléfono: Era primordial que el celular y la actuación jugaran durante toda la obra. En casa, en la realidad, se puede estar en un momento de depresión fuerte —como sucede con Barbie— y en redes aparentar felicidad absoluta a costa de todo.

El estreno de Máquina Mundo: Barbie coincidió con el auge global de la película Barbie, hecho que amplificó el impacto de la obra en redes y expuso al equipo a situaciones que resonaban directamente con su contenido: Al compartir en redes […] cobró más relevancia porque la gordofobia se develó completamente. Está la evidencia en redes: comentarios muy fuertes y violentos hacia el físico de la actriz —ahí ya se volvía la actriz, no el personaje. […] Hablamos y pensamos si poner pausa. Esto reafirmó la importancia del relato de la obra —que sigue vigente—: cómo nos apreciamos, cómo nos identificamos y cómo creamos esa ‘otra cosa’ en redes.

El montaje incluye un texto final de un caso real ocurrido en Yucatán, relacionado con la difusión no consentida de imágenes íntimas. Este hecho permitió enlazar la ficción con la Ley Olimpia, aprobada en 2020, y subrayar la persistencia de la violencia digital en la vida cotidiana: Nos comunicamos con esta persona porque ya había compartido textos en redes denunciando. Algunos nos parecieron pertinentes para utilizarlos y nombrarlo en escena, decir que sigue ocurriendo. […]. Hacemos hincapié en que ese último texto es de esa persona. Lo utilizó para visibilizar lo que está viviendo pues sigue en la lucha, lo cual aún con las leyes vigentes sigue teniendo tantas trabas […]. Viéndolo a la distancia, es penoso y tristemente sigue ocurriendo.

La obra ha tenido un eco significativo entre el público joven. Además de reproducir en escena algunas de las tendencias que marcan la experiencia digital de estas generaciones —los bailes de TikTok, por ejemplo—, la obra empatiza con estos públicos con temas como la ruptura del noviazgo en la adolescencia y cómo esto da pie a situaciones de violencia digital, así como a las expectativas que genera tener la atención centrada continuamente en estas plataformas: si preguntas a un adolescente qué quiere ser de grande: un porcentaje dirá “influencer”. Se han vuelto las estrellas. Volverse viral —hacer todo por volverse viral— es muy trascendente. Están en búsqueda de eso por distintos caminos, buscan trascender en redes.

Después de más de cuarenta funciones, Máquina Mundo: Barbie llega a la 45 Muestra Nacional de Teatro como una obra en permanente transformación, lo que se desprende de la propia naturaleza de los recursos y programas que forman parte de su dispositivo escénico: “ya con el iPhone que hoy salió (17)… se actualiza. En su momento me daba miedo que se viera lejano el tiempo de pandemia: en 2023 era el ‘boom’; en 2024, todavía, pero… ahora (2025), con la revolución de IA y otras tecnologías, nos preguntábamos si seguiría siendo pertinente. Creo que sí lo es, pero por otras razones: en tecnología, nos vamos apropiando de nuevas ideas. También, como “influencer”, tienes que estar en el trending topic; intentamos mezclar entre romper la cuarta pared y volver a la ficción; romper y volver. Eso ayuda a aterrizar la obra en el aquí y ahora y también regresar a 2020-22. Sí, nos seguimos actualizando y la obra se sigue actualizando. De alguna forma, estamos trabajando para presentar una versión aún más poderosa para la Muestra Nacional. Sigue transformándose y adaptándose. Con las actualizaciones… estamos presentando “MáquinaMundo.17”.

Ve la entrevista completa en: https://youtu.be/SFP19LH9RKw?si=hoDGFVLDiP4VMNx9

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