TRIBUS
Para quienes quieren ver teatro independiente innovador y profundo, si se atreven a escucharlo.
TRIBUS
“Empiecen a habitar la casa.”Esa es la orden que da el director a sus actores 3 minutos antes de dar acceso al público. Un asistente pasa un sartén con cebolla frita por las butacas para que su olor sea una de las primeras impresiones que se reciban al entrar al lugar. Los personajes inician una conversación en el comedor pues la obra ha comenzado desde antes de que entre el primer espectador. Se está creando la ilusión de la realidad. Esto es teatralidad pura. Es el inicio de “Tribus”.
“Odio que todos vivamos juntos otra vez.”La familia está reunida para la cena. Disfuncional claro, pero se mantiene unida. Con alfileres, sin duda, pero hay balance y equilibrio entre sus diferencias. ¿Sus miembros? Papá, profesor retirado, snob, intransigente, soberbio, impositivo; mamá es escritora y ama de casa, amorosa, relajada, sumisa, fuerte; Daniel, estudiante eterno, mariguano, fracasado, inseguro, iracundo; Ruth es soñadora, intento de cantante, sensible y frágil.
Por último está Billy.
“Sin lenguaje, nuestro pensamiento moriría.”Billy, quien ha vivido protegido por su familia dentro de un mundo que lo ha ayudado a adaptarse y comunicarse pero que ha negado su condición ¿Para beneficio de quién? Cuando se enamora de Silvia, las puertas se le abren a un mundo nuevo, lleno de gente como él, con su misma discapacidad y con su propio lenguaje. Pero… ¿para perjuicio de quién?
Estrenada en 2010 en Londres y en 2012 en Nueva York, “Tribus” de Naina Raine nos adentra, sin ningún tipo de corrección política, al mundo de los discapacitados, de los sordos, para hacernos entender lo duro que es vivir en un mundo que no acepta fácilmente a quien no es como uno.
Este mensaje no es entregado de manera melodramática ni aleccionadora, no. “Tribus” es cruda en obligarnos a escuchar todo lo que encierra el silencio y pide a gritos que evaluemos la manera como todos nos aislamos del resto del mundo. Esta familia es disfuncional, pero sobrevive dentro de sus propias reglas y costumbres, dentro de su propia tribu. Cuando una nueva tribu, simbolizada por la novia sorda de Billy, trata de invadir los esquemas preestablecidos, el castillo de naipes que pretende llamarse familia se desmoronará sin piedad a sus pies.
“El sonido no tiene mucho sentido.”El deseo de crear teatro rompe y trasgrede las convenciones preestablecidas. El teatro ya no tiene necesariamente telones o butacas numeradas o debe realizarse propiamente en un teatro. Cracovia 32 es la dirección de una casa habitada que presta su espacio para la realización de “Tribus” los fines de semana. El comedor y la cocina así como todos los espacios que se utilizan durante la obra son reales y aprovechados a su máximo efecto.
“Está tratando de encontrar su voz.”Esto es parte de la dirección de Diego del Río, quien busca conseguir el mayor realismo posible dentro del montaje con el fin de que el espectador se convierta en un miembro más de esta familia, testigo de la desintegración pero sin poder intervenir. El único elemento que nos recuerda que esto es una obra de teatro y no un fragmento de realidad es una pantalla que nos ayudará a entender el lenguaje de Billy y Silvia cuando así lo considere relevante el mismo director.
“Si eres parte de un grupo, es más fácil sobrevivir”Las actuaciones son sólidas en su mayoría, manteniendo firme la línea del realismo que ha marcado el director. Destaco el trabajo de Askur Meade, como Billy, quien logra sus momentos más emotivos cuando no emite un sólo sonido y el de Adriana Llabrés interpretando a Silvia su prometida, la cual me contagió su desesperación a medida que su lenguaje se distorsionaba y alteraba por la pérdida del sentido. Una discusión entre ellos a señas trepados en una mesa resuena más poderosa que cualquier grito dado por alguno de los otros miembros de la familia.
“No hay peor gueto que esta casa.”Esto no significa que el resto de los actores hagan un trabajo inferior. Rodolfo Arias y Jana Raluy, como los padres de esta tribu, son detestables y entrañables a momentos a medida que sacan sus garras o abren sus corazones. Angélica Bauter se mata en el escenario dando su mejor esfuerzo como Ruth, mientras que José Sampedro les romperá el corazón a medida que, a lo largo de la obra, traiciona, destruye y se desmorona por amor.
“¡No quiero que todo en mi vida sea sordo!”Adjetivos. Esas palabras que usamos para definir y caracterizar a las cosas o a las personas. Estructura gramatical de vital importancia en cualquier lenguaje. La herramienta o el arma con la que describimos el mundo y lo hacemos único o con el cual lo discriminamos, lo aislamos, lo separamos, lo juzgamos.
Sordo, ciego, mudo, judío, cristiano, ateo, gay, blanco, negro, hombre, mujer, rico, pobre, gordo.
¿Dónde encajamos? ¿A qué grupo social, étnico, religioso, sexual pertenecemos? ¿Cuál es mi tribu? He trabajado con ciegos durante los últimos tres años de mi vida dando clases de oratoria y lenguaje corporal y les puedo decir que una de las más grandes lecciones que he recibido es que más allá de cualquier etiqueta, todos somos humanos. ¿A qué tribu pertenezco? A la humana. Todos pertenecemos a ella. Me rebelo en contra de los adjetivos que me separan de los demás. Escuchen lo que “Tribus” les quiere decir. Escuchen.
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DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
DIRECCIÓN: Cracovia 32, San Ángel. Entre Insurgentes y Revolución, a una cuadra del monumento de Obregón y atrás de Galerías Altavista.