Por Juan Carlos Araujo | 25 enero, 2014 1 Comentario

Para quienes gustan del cine noir argentino.

TÓCALA DE NUEVO, CACHO

 

“Poca paga, pero era lo único que tenía entre manos.”

 

Los acordes al piano son por demás conocidos y de inmediato nos remiten a una época. Un tiempo donde los hombres eran feos pero formales, las mujeres fumaban lánguidamente sus cigarrillos con boquilla y los asesinatos eran cosa de todos los días. Segismundo Bogart, detective privado, ha sido contratado para encontrar al asesino de Cacho Bongeovanni y encontrar el anillo que llevaba consigo. Una investigación que lo conducirá por los más bajos caminos de la pasión y a confrontar su verdadera identidad.

“Mi marido desapareció hace un mes.”

 

El cine negro o film noir es un género cinematográfico desarrollado en Estados Unidos durante la década de los cuarentas y que obtuvo su auge a principios de los cincuentas. Estas películas de temas policiacos dieron vida a los clásicos detectives de la pantalla grande y a la imagen de la llamada “Femme Fatale”. Este género también tuvo mucha fuerza en otros países como Francia y, en Latinoamérica, en Argentina.

“¿Quién tenía motivos para matar a Cacho?”

 

Es aquí donde comienza la historia de “Tócala de Nuevo, Cacho” de Óscar Tabernise y Enrique Morales. Un clarísimo homenaje al cine noir argentino que, a tono de farsa, nos presenta al clásico detective enamorado de la imagen creada por Humphrey Bogart en “Casablanca”. Ocho personajes femeninos, más caricaturescos que cómicos, se enfrentan a este detective que, siguiendo las reglas del cine noir, por más que intente escapar a su destino, terminará siendo víctima de él y de paso provocándonos la risa.

“Vos también eras amante de Cacho?”

 

Uno de los pecados más comunes entre los que se dedican al arte es el creer que todos hablamos el mismo idioma, que compartimos las mismas pasiones. Yo me pregunto en verdad que tanta gente del público asistente sabe que es el cine noir, cuáles son sus características y, sobre todo, que tuvo un fuerte auge en Argentina. Nunca se nos explicó realmente por qué el detective Segismundo Bogart, intepretado por Guillermo Jair, es argentino, resultando en un público confundido y que el personaje terminara cansando con su acento a menos de diez minutos de comenzada la función, en lugar de que nos resultara encantador. Ciertamente, se nota el amor a este tipo de películas por parte de los creadores, y  el homenaje está sumamente bien conseguido. Sin embargo, no estoy completamente convencido de que esto se trasmita efectivamente a quienes atienden a ver el espectáculo. 

“Era una gata en celo.”

 

El verdadero atractivo de “Tócala de Nuevo, Cacho” recae completamente en Adriana Reséndiz, quien se entrega de lleno a una colección de personajes, uno más ridículo que otro, para presentarnos un verdadero bufete de perversiones sexuales.  Con cada transformación, desde la femme fatale pasando por la criada, la niñita, la madre y hasta llegar a la gallina, entre otros, Adriana se divierte enormemente con cada transformación que nos lleva por un camino que resulta desconcertante a momentos, inquietante a otros, pero siempre entretenido. Con cada nuevo vestuario, cada botarga o cada pluma que aparecía sobre ella, no sabía si entrar en shock, ofenderme o simplemente reírme muchísimo.

“Eres un imbécil, pero me gusta.”

 

“Tócala de Nuevo, Cacho” es un homenaje que probablemente no sea apreciado en su totalidad por quienes asistan a verla. Sin embargo, si se decide entrar al juego, uno se sorprenderá con una muy ligera y al mismo tiempo perversa farsa que simplemente nos quiere hacer reír con una perturbadora historia de detectives. El cine noir argentino no es para todos, pero estoy seguro que muchos se divertirán.

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