RICARDO III 0.1
Para quienes quieren ver otra cosa que NO sea Ricardo III.
RICARDO III 0.1
“Yo soy Ricardo aborto rey, escuchen mis palabras.”William Shakespeare, el más grande dramaturgo de todos los tiempos, se ha convertido en una figura mítica y casi intocable, a menos que sea por manos expertas y conocedoras que lograrán imprimir el respeto necesario a tan hermosas palabras llevadas al escenario. Ahora, no hablemos si se trata de alguna de sus obras históricas como lo es “Ricardo III”, porque entonces habrá que sumar un amplio conocimiento no sólo teatral, sino también histórico al proceso. Claro que toda esta verborrea vale para un pepino cuando unos chavos llegaron y desmadran todo el numerito.
“El resultado es una obra más.”Una obra de teatro que se sabe obra de teatro, pero que dice no serlo, convierte a los asistentes en sus cómplices para que la obra que vinieron a ver se convierta en algo muy distante a Shakespeare. Siete jóvenes actores y un inteligente director reciben una tragedia de dimensiones monstruosas y exquisita belleza y deciden hacer lo que se les pega la gana. “Ricardo III 0.1” es una absurda e increíblemente divertida mezcolanza entre circo, maroma y teatro, con todo y contorsionista incluido, que se atreve a romper toda una serie de reglas teatrales pre-establecidas para deconstruir al bardo inglés en algo que desafía definición pero que se aproxima al sueño surrealista más bizarro que podría tener un teatrero.
“La escena no funciona y queremos explicar por qué.”A partir de la premisa de que un grupo de actores no supo cómo abordar un montaje de “Ricardo III” David Gaitán literalmente nos guiña el ojo como espectadores y presenta una combinación de elementos teatrales que provocan risa, incredulidad, sorpresa y emotividad. A momentos el público se voltea a ver entre sí en completo desconcierto al escuchar una perorata sobre el destino manifiesto y Gael García, para un momento después entregarnos un monólogo serio y bien montado de la obra shakesperiana en cuestión. Ahora tenemos una flecha surcando el teatro para golpear una diana, más adelante el rey Ricardo comandará una canción en ska, género musical precursor del reggae, donde un error podrá causar la muerte. Por un lado tenemos al hermano del rey a punto de morir asesinado, por el otro una declaración honesta y poderosa sobre el sentir de una generación en busca de su identidad. Toda una mezcolanza de géneros y estilos que enloquece cuando los chavos ya no tienen más que inventarse y sencillamente comienzan a bailar, a tocar el saxofón, la guitarra, la harmónica, la batería o sencillamente rompen en danza.
“Tú porque eres de chicle, no porque sepas actuar.”“Ricardo III 0.1” sería un absoluto desastre si no tuviera el elenco adecuado. Comandados por Adrián Alarcón, a quien también se puede ver en el Espacio Urgente 2 del mismo foro Shakespeare con la obra “El Hombre Sin Adjetivos” (crítica en www.entretenia.com), los actores a cargo del montaje se ríen de la obra y de sí mismos, para contagiarnos su cinismo y, así, dejemos toda pretensión en la puerta. La naturalidad con la que cada uno de los participantes muestra, aparentemente, a sí mismo en el escenario para no montar “Ricardo III”, nos da una bocanada de aire fresco que sabe a pura juventud. Destaco sin lugar a dudas el talento de Adrián, quien muestra, no sólo poderosos dotes actorales, sino una gran habilidad para el fino arte del clown y ya mejor ni mencionar su capacidad de contorsionismo.
“Si me van a lastimar, que sea memorable.”Siempre que voy a ver una obra de Shakespeare trato de ponerme en un cierto estado mental que me prepare para poder disfrutar de lleno la experiencia. Yo confieso que “Ricardo III 0.1” me agarró en curva, me sorprendió, me indignó a momentos y salí con un humor inmejorable. Una experiencia absurda y surrealista que nos hace recordar que hay que tomar la vida con tres rayitas más de humor y con tres rayitas menos de seriedad. ¡Guiño!
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