Para quienes quieren atestiguar un onírico y surreal encuentro entre dos grandes artistas.

REMEDIOS PARA LEONORA

“¿Estamos en tu sueño?”

Encerrada en una torre, sin más compañía que sí misma, una gran pintora ha decidido invocar a una de sus más grandes amigas para que le haga compañía. Recuerdos amargos y agridulces de monjas y nazis, de amores y separaciones se entremezclan con los sueños que una muerta y una prisionera son capaces de hacer realidad. Cuidado, la angustia amenaza con hacerse presente, pero los conjuros realizados por dos mujeres desafiando a la muerte la mantienen a raya. Aquí nada es real, nada es ilusión. En este octágono todo es posible para una anciana que se entregó al mundo surreal.

“Podemos pintar cualquier lugar al que queramos ir.”

Dos de las más grandes exponentes de la pintura surrealista tienen un reencuentro imaginario dentro de la mente de una anciana Leonora Carrington en la obra “Remedios para Leonora” de la reconocida dramaturga Estela Leñero. En este trabajo tanto de gran teatralidad como de evidente profunda investigación pictórica en la rama surreal, Remedio Varo, ya muerta, se aparece ante su vieja amiga para platicar de los tiempos de antaño, realizar un poco de alquimia y, tras fumar un buen cigarro, poder tomar de la mano a Carrington para emprender un viaje lejos de la torre que fue testigo de una de las pinturas más icónicas de Varo.

“En un sueño las cosas cambian de forma sin razón.”

Consiguiendo dar un sentimiento de urgencia en las palabras y cargando de poeticidad a un texto que hace constantes referencias al mundo que habitaron estas dos artistas, así como a su obra tanto pictórica como plástica, “Remedios para Leonora” no es un texto fácil para el no versado en el tema. Sin embargo, eso no impide que el espectador de a pie pueda conmoverse o verse profundamente interesado por la anécdota que Leñero quiere contar. Una vez dicho esto, para aquellos más versados en el tema la dramaturgia resulta un verdadero caramelo que deleita y enaltece al mismo tiempo que impacta y sobrecoge gracias a un juego no intencional que la escritora propone de descubrir todas las referencias a las pinturas de Varo y Carrington al mismo tiempo que se sigue una dolorosa historia de exilio, vejez, muerte y locura.

“En los sueños no hay tiempo.”                                

Un escenario conformado por el octágono que representa la torre donde Leonora Carrington y Remedios Varo están encerradas. Dos mesas, cuatro lunas, un caballito mecedor de madera y un obelisco reminiscente de las pinturas de Varo son parte de la propuesta escénica que la directora Gema Aparicio trae a “Remedios para Leonora”. Enfocándose en la forma, en crear cuadros escénicos que remitan al trabajo de ambas artistas, tanto con el uso de proyecciones o de simplemente recrear imágenes con los elementos disponibles en la escena, Aparicio rinde homenaje a Varo y Carrington a la vez que intenta llevar a buen puerto el complejo texto de Leñero. A pesar de que el resultado es disparejo en gran medida, principalmente debido a una falta de ritmo que aletarga el flujo de la narrativa, la fuerza en el texto consigue que se sostenga a flote el montaje, el cual sí brilla, principalmente hacia el final cuando el verdadero sentido de urgencia de las palabras cobra sentido en la escena.

“No estoy soñando, me estoy muriendo.”

Asumir el papel de dos mujeres dedicadas al arte, ambas exiliadas de sus respectivos países, cada una con sus propios fantasmas internos y que deben expresar sus sentimientos a partir del mundo onírico en el que habitan no es cosa fácil. De tal manera que Gabriela Betancourt como Remedios Varo y Bertha Vega como Leonora Carrington realizan un gran esfuerzo por encarnar a estas dos monumentalmente complejas figuras con resultados que formalmente son efectivos pero que no logran realmente tocar el fondo de cada una de estas mujeres. No obstante, es admirable ver la manera en que Vega consigue descomponerse por completo hacia el final de la obra cuando el verdadero conflicto de la narrativa se revela y podemos ver a Carrington como un ser humano, frágil y atemorizado por un final inminente.

“Me voy a dormir a ver si despierto en un lugar mejor.”

El mundo de los sueños, ese universo donde las reglas no se aplican y todo es posible, donde una estrella puede ser alimentada amorosamente o donde un laberinto encierra todos los misterios de la mente. Me declaro ser un ferviente admirador del surrealismo. Pocas veces me he sentido más maravillado por el arte que cuando he estado frente a un Dalí, un Magritte o, por supuesto, a un Varo o Carrington. El teatro es ese espacio mágico donde la mente y la realidad se funden, donde todo lo imaginable puede traducirse en diálogo y movimiento. Dejemos que nuestros sueños hablen, que las torres de marfil caigan y volemos directamente hasta una luna donde los relojes se derriten con cada segundo que pasa.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Remedios Para Leonora”

DRAMATURGIA: Estela Leñero

DIRECCIÓN: Gema Aparicio

ACTÚAN: Gabriela Betancourt y Bertha Vega

DÓNDE: Foro de las Artes dentro del Centro Nacional de las Artes.

DIRECCIÓN: Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan. Colonia Country Club.

CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs.

COSTO: $150. Boletos en taquilla. Aplican descuentos.

DURACIÓN:  75 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: El CENART cuenta con estacionamiento sin costo.