Para quienes buscan ver la obra más “hot” en cartelera.

RAZONES PARA SER BONITA

¿Qué tanto poder le puede llegar a dar alguien a su pareja como para que un estúpido comentario, hecho de forma casual, ponga en riesgo e incluso destruya lo que años ha tardado en construirse? ¿Qué tan frágil es nuestra seguridad y nuestra autoestima que pueden hacerse añicos por habladurías e inconciencia? ¿Qué acaso en el fondo todos nos sentimos feos y un ligero vistazo a esa supuesta fealdad nos puede acabar?

Steph y Pepe terminan su relación porque, aparentemente, Pepe le dijo a su mejor amigo, Ricardo,  que Steph era “fea”. Mentira, no le dijo “fea”, dijo que era “regular”. Bueno, no exactamente. Como sea. Lo que haya dicho. El caso es que el daño está hecho. Pepe no considera bonita a su pareja, o al menos eso fue lo que ella entendió,  y esa es razón suficiente para terminar la relación y abrir toda una caja de Pandora llena de miedos y rencores

¿Qué de verdad es muy difícil ser bonita? ¿En verdad, si una persona es bella, los demás no son capaces de ver más allá de ese factor para descubrir al ser humano que hay dentro de esa hermosa carcaza? ¿Qué nunca podemos estar satisfechos con lo que tenemos y siempre tenemos que estar buscando algo mejor, un modelo nuevo?

Lucía y Ricardo llevan años juntos y todo pareciera indicar que son felices, pero las apariencias engañan. Lucía es bellísima pero lo nuevo atrae y lo viejo cansa. Si a esto le sumamos una mentalidad clásica “machista”, dominada por la testosterona, queda claro que esta no es una relación verdadera, sólida o duradera. 

Estas son las situaciones que se presentan en la obra “Razones para ser Bonita” del gran dramaturgo Neil LaBute. Dos relaciones disfuncionales donde la belleza física se pone en tela de juicio como catalizador para encontrar la verdad detrás de las relaciones de pareja. 

La clave del éxito de “Razones para ser Bonita” está sin lugar a dudas en su elenco. Cuatro actores jóvenes en diferentes etapas de sus carreras artísticas y de gran talento que resultan verdaderos imanes de taquilla. Luis Gerardo Méndez, quien está gozando de sus quince minutos de ultra fama gracias a “Nosotros los Nobles” es quien lleva la batuta de la obra en el papel de Pepe. Natural, fresco y simpático, Luis Gerardo crea un personaje entre odioso y adorable con quien la mayoría de los hombres se podrán identificar mientras que las mujeres querrán abofetearlo a veces o amarlo por siempre. 

A su lado se encuentran dos actrices que con cada nueva actuación se ganan más y más mi respeto. Sophie Alexander-Katz es frágil y desesperante como Stephanía, la novia ofendida por no ser considerada “bonita”; Ludwika Paleta es superficial y conmovedora como la bonita Lucía quien tiene que entender el precio de su belleza. El cuarteto se completa con Arturo Barba como el cretino de Ricardo quien será odiado más y más a medida que la obra avance. Un gran trabajo actoral por parte de los cuatro, donde quisiera hacer una mención especial para Ludwika quien se lleva las palmas gracias a su conmovedor monólogo donde en verdad logra convencernos de que ella tiene muchos problemas en su vida por el hecho de ser bonita. ¡Ora resulta!

La dirección escénica de Diego del Río debo confesar que me confundió. Su propuesta del uso de pantallas como escenografía me resultó estorbosa a ratos y su decisión de mostrar en video a los personajes cuando están teniendo sus momento más emotivos era, por decir lo menos, molesta. Una dirección que pretende ser innovadora pero que termina siendo cansada y que no aporta nada a un texto que no necesita de tales recursos. Afortunadamente, la dirección actoral es lo suficientemente fuerte para no afectar en el disfrute del producto final. Las actuaciones son sólidas y salvan cualquier problema escénico.

“Razones para ser Bonita” cumple y sobrepasa las expectativas de quienes van a ver una obra de teatro por el simple hecho de que tiene “actores famosos” en su reparto. Abre la discusión sobre nuestra concepción de la estética y de lo que significa la belleza en nuestra sociedad y en nuestras relaciones. Nos hace reír mucho pero deja un sabor agridulce en nuestro paladar.

Yo confieso que al salir de la obra no pude evitar cuestionar mi propia belleza o ausencia de la misma. ¿En verdad soy bonito solo por el hecho de yo pensarlo o que tanto peso tiene la opinión de mi pareja al respecto? Yo confieso que al salir de la obra no pude evitar voltear a ver a mi pareja y cuestionar si seguiría amándolo si no lo encontrara verdaderamente hermoso. Preguntas profundas que solo el buen teatro puede llegar  a abrir. “Razones para ser Bonita” es buen teatro. Véanla.

DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)