Para quienes quieren enfrentar el horror de la pérdida con poesía y belleza teatral.

NEGACIÓN

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)

El mar es hermoso pero a Petra, sin piedad y de tajo, le ha arrancado todo. La magnitud de su pérdida es monumental, más allá de lo que cualquiera podría soportar, y es por eso que mejor mira a la ventana como si nada malo hubiera pasado y continúa esperando con paciencia a que se abra la puerta y regrese quien ya no existe más. Petra es fuerte, ha sobrevivido muchos dolores en su vida, pero ahora, cara a cara con lo realidad que le grita que ya nadie volverá, prefiere ser ciega a los hechos, sorda al teléfono que no para de sonar y dejarse hipnotizar por las olas del mar.

El dramaturgo Daniel de la O se ha entregado a la tarea de escribir y escenificar, en colaboración con la compañía Sin Sonrisa Teatro, cinco obras de teatro que exploren cada una de las diferentes etapas del duelo. “Negación” es la primera entrega de esta pentalogía y el resultado es sencillamente impactante tanto por su belleza estética, su profunda poeticidad y su delicada teatralidad, como por su terrible y doloroso discurso que golpea el alma del espectador con toda la fuerza de la realidad.

Lejos de ser chantajista, melodramático o manipulador, el trabajo de Daniel de la O es elegante en la manera en que “Negación” lleva al público a conocer la historia de Petra, su catastrófica desgracia y su choque con la ineludible veracidad de los hechos. Diálogos que entremezclan la tragedia con la añoranza que provocan sus recuerdos, hermosas imágenes de un enamoramiento o de ser madre se contraponen con el desmoronamiento que provoca una enfermedad en la familia y el suspiro que uno deja escapar de los labios a la hora de descubrirse sonriendo con la historia de una mujer que ha sabido ser feliz a pesar de sus circunstancias es sólo equiparable a todos los sentimientos que se encierran en la única lágrima que es imposible contener cuando un grito ahogado por el dolor llena todo el teatro con su temible silencio.

La dirección que Josejuan Meraz propone en “Negación” consigue elevar la dramaturgia para reinterpretarla con sutileza y dolor. Trazos casi coreográficos, un ritmo fluido, un tono serio que seduce al melodrama en su justa medida, un baile que encierra toda una vida y una flor que simboliza lo que nunca habrá de volver son tan sólo algunos de los elementos que utiliza Meraz para la creación de cuadros indelebles en la mente de los espectadores. Apoyada por la exquisita iluminación y escenografía a cargo de Félix Arroyo, la puesta en escena cobra vida a medida que arranca fragmentos del alma, dando como resultado una experiencia teatral como pocas en esta ciudad.

El trabajo que realizan Guadalupe Damián y Diana Lein en “Negación” completa la triada perfecta entre texto, dirección y actuación. Sin mayores aspavientos, con pequeñas inflexiones en el rostro, con miradas furtivas y pasos ligeros estas dos actrices logran proyectar mucho más verdad y sentimiento que lo que se conseguiría con un grito desgarrador. Guadalupe Damián en el papel de Petra se gana de inmediato al público con su ternura, lo conmueve con su ceguera y lo hace llorar ante lo innegable. Por su lado, Diana Lein encarna el otro “yo” de Petra, aquel que acepta la realidad y no la evade, pero lejos de ser cruel, se muestra tierna y dulce al dar su estocada final. Un par de actrices que llenan el escenario por completo, haciéndose merecedoras de una absoluta ovación final.

A la fecha, “Negación” y “Resignación” han llegado a los escenarios. Faltan tres entregas para completar la pentalogía del duelo que Sin Sonrisa Teatro se ha propuesto crear. Este experimento teatral es poderoso en su intento y ambicioso en su promesa, pero dados los resultados hasta el momento, estoy seguro de que estamos siendo testigos de un verdadero evento que, una vez completado, cimbrará los cimientos mismos de la comunidad teatral.

La primera vez que vi “Negación” fue hace más de un año en su estreno en La Capilla. Desde entonces he tenido la fortuna de ver el montaje cuatro veces y he sido testigo de la forma en que ha crecido, madurado y cobrado mayor fuerza, sosteniéndose como una de las obras de teatro más poderosas que he visto en mi vida. Con cada nueva visita mi corazón se acongoja un poco más, mis ojos lloran con mayor sentimiento y mi alma se sigue estremeciendo. Tal vez esto se deba a que he perdido a más personas desde la primera vez que entre a casa de Petra . Se han ido y no lo puedo negar, pero igual que a Petra me duele mucho y me uno a su silencioso pesar.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)