MICROTEATRO: POR ELLAS RESEÑAS PARTE 1
Para quienes entienden que para hablar de ellas, nunca habrán suficientes obras de teatro.
MICROTEATRO: POR ELLAS
MICRORESEÑAS PARTE 1
Por Juan Carlos Araujo
SALA 1: SIN MAQUILLAJE
(SESIÓN GOLFA)
“¿A ti te gusta ser payaso carnal?”
¡Amiguitos, vengan a ver a los payasos! Diviértanse con sus narices rojas que esconden toda la amargura de una vida miserable; deslúmbrense con sus caras blancas que ocultan las marcas de todos los sueños que han tenido que dejar atrás; adéntrense en sus miradas brillantes, no por alegría, sino por las lágrimas que nublan sus miradas, llenas de todas las humillaciones, traiciones y dolores que les aquejan con cada nuevo día en que tienen que enfrentar todas sus frustraciones. Sonríe payaso, sonríe que ni siquiera tus amigos entienden lo que es la verdadera amistad.
Mario Ramírez escribe una de las propuestas más duras y amargas de esta temporada al plasmar todo el sufrimiento que se esconde tras la máscara de dos payasitos de fiesta, víctimas de una sociedad que se ha encargado de arrancarles cuanta felicidad pudiera existir dentro de ellos. El contraste entre la felicidad aparente y el dolor interno es llevado a la escena por el ya experimentado director en MicroTeatro Guillermo Saldaña, consiguiendo un juego muy macabro al balancear la risa ridícula y el llanto desesperado. Aun cuando la propuesta se puede fortalecer todavía más con un cuidado constante al ritmo, la obra es irresistible, sobre todo por la actuación de Pascacio López, quien alcanza momentos verdaderamente conmovedores y arrebatadores como un actor frustrado que recurre a las payasadas para tratar de olvidar que alguna vez soñó con los escenarios. Ciertamente el tema de “Por Ellas” lo encuentro demasiado velado, pero créanme que eso es lo que menos importa, estos dos payasos merecen sus aplausos.
SALA 2: ESPIANDO A EVA
“No es lo que pudo haber hecho, es lo que hizo… lo que me hizo.”
El crucifijo pende de la pared, recordatorio perenne de la omnipresencia de Dios, símbolo del sacrificio y abnegación que se tiene que llevar en este convento. Las razones por las cuales ellas han llegado a este lugar son muy diferentes, pero el destino, o la voluntad divina, se ha encargado de unirlas. Ahora, juntas, se tendrán que ayudar haciendo uso de todos los recursos que están a su alcance, ya sea en una llamada telefónica a aquel que la ha orillado a una vida de contemplación, o tan sólo con unas cuantas pinturas que decoren inocentemente el lugar. Eva, la primera mujer, responsable directa del pecado original, expulsada del paraíso debido a sus faltas, mujer de piedra helada, será testigo mudo del despertar de una luz que podría llegar a brillar deslumbrantemente, si tan sólo ese molesto crucifijo que pende de la pared no estuviera ahí, cruel juez perenne de la culpabilidad de Dios. Amén.
Un estupendo trabajo de producción convierte a los espectadores en verdaderos voyeurs de una verdaderamente hermosa pero terriblemente agridulce historia de amor naciente dentro de los confines de un convento. El texto escrito por Elisa Queijeiro es de gran poeticidad y la dirección de Mauricio García resulta muy atinada, sobre todo en cuestiones de iluminación, consiguiendo que las palabras de Queijeiro adquieran mucha mayor resonancia y profundidad en los corazones de todos los espectadores. El trabajo actoral puede alcanzar niveles de mayor contundencia, consiguiendo igualmente proyectar la inocencia y el deseo necesarios para detener nuestros corazones, algunos ante el escándalo sáfico, la mayoría ante la simple belleza del amor.
SALA 3: ¿CONOCES A AURORA?
“Mi nombre es anónimo y soy del MACC, con doble C.”
El Ministerio de Asuntos de Comunidades en Conflicto está muy interesado en lo que está sucediendo con las mujeres de esta zona y ella es el perfecto candidato para informarles de absolutamente todo lo que deseen. Que si una es una desobligada incapaz de lavar los platos, o que si la otra quedó embarazada antes del casorio, vergüenza y escarnio para toda la familia; que si una de las vecinas es de esas mujeres raras que nomás creen que con ser exitosas en el trabajo serán felices, cuando lo que realmente necesitan es de un hombre que las cuide, o peor aún, las otras vecinas, las desviadas, que sencillamente una no puede entender cómo pueden hacer esas cosas tan repugnantes. Sí, ella está más que dispuesta a soltar toda la sopa sobre absolutamente todos los tejes y manejes, dimes y diretes de la colonia… mientras nadie le toque el tema de Aurora.
Lo que pareciera de entrada una propuesta insulsa y sin mayores pretensiones que la de evidenciar a una vieja anticuada, chismosa y ridícula, mientras despotrica en contra de todas las mujeres a su alrededor, adquiere tintes verdaderamente escalofriantes en el segundo en que se menciona al personaje titular de la obra, elevándose el montaje de llana comedia a la altura de pieza. Mariana Martínez ha escrito y Ludmilla Bollati dirige una poderosa obra en contra de todos y cada uno de los cánones establecidos por la sociedad acerca de los roles que debe asumir una mujer por el simple hecho de haber nacido con ese género, que impacta de manera sobrecogedora a medida que la historia se desmadeje. El trabajo de Martín Román como el encuestador resulta adecuado, ya que sirve para apoyar el verdaderamente brillante talento de Evangelina Martínez, quien es sencillamente exquisita como esta viejilla amargosa, lista para dejarnos boquiabiertos con un final que créanme, nadie se espera y que los dejará con la sangre helada, al darnos cuenta de que todos conocemos a una Aurora.
SALA 4: WAR PIE
“A pesar de no haber estado con ellas, siento que esa anécdota me pertenece.”
Él, perdido en algún lugar de Vietnam, entiende que la guerra es el verdadero infierno en la tierra. Lo único que lo detiene de entregarse a la locura que invita el sonido de las balas volando a lado de su cabeza son las cartas que recibe de casa, los recuerdos de comidas con toda la familia, el sabor de ese pie que encierra todo el amor que siente por cada una de ellas. Si es verdad o fantasía todo lo que sucede en su mente es intranscendente, lo único que cuenta es sobrevivir, es saber que alguien lo espera de regreso con los brazos abiertos, que ellas lo piensan a cada momento.
Una de las salas más cambiantes dentro de MicroTeatro alberga una de las producciones más sorprendentes de la temporada al dividir el espacio entre un comedor típico de los años sesentas y algún lugar perdido en Vietnam. Una historia ambiciosa de contar en tan sólo quince minutos, abarcando los horrores de la guerra, la disfunción familiar, la doble moral y la filosofía hippie del flower power llega a buen puerto bajo la dirección de Maribel de Anda, quien logra conjuntar un fuerte elenco, dando una mención especial a Carmen Vera como la abuela, quien es verdaderamente entrañable en su amargura y sarcasmo. Un muy interesante melodrama que en definitiva deja un terrible sabor en la boca, escondido bajo la dulzura del pie al centro de la mesa.
SALA 5: VESTIDA Y ALBOROTADA
“Es que este se suponía que iba a ser el día más feliz de mi vida y luego, zaz… la realidad.”
Neta que no está nada cool que la dejen a una esperando en el altar. ¡Osea, qué oso con todos, güey! El único lugar donde una puede ocultar su humillación y vergüenza, escaparse de las miradas enjuiciadoras de todas esas víboras que creían que nunca se iba a casar es el baño de la iglesia. Obvio que con todo esto no quiere hablar con nadie, mucho menos con ese desgraciado obsesionado con el fut que se suponía que iba a ser su marido. Bueno, tal vez su amigui de toda la vida pueda darle algún consuelo o palabra de aliento que le ayude a salir de esta nefasta situación. ¿O será que todo lo va a hacer peor esa hipócrita doble cara que claramente tiene todo el tipo de una roba-maridos?
Un sólido trabajo de producción convierte la sala 5 de MicroTeatro en el baño de una iglesia donde Mauricio Pichardo escribe y dirige una comedia sumamente ligera sobre el enorme drama que conlleva quedarse abandonada en el altar. Diálogos simpáticos que logran capturar el sabor de todas estas niñas bien de alta sociedad, son entregados por un reparto sumamente atractivo de grandes bellezas, en su mayoría del mundo de la televisión, incluyendo a la increíblemente simpática Claudia Lizaldi, a quien también se le puede ver en la obra “AmorAtados” (crítica en www.entretenia.com). Un cuidado constante al ritmo y tono de comedia en el montaje garantizarán las risas y aplausos en cada función.
SALA 6: SIMONA, LA PERRA DE PÁVLOV
(SESIÓN GOLFA)
“¿Cómo puedes amar a esto?”
Los golpes en la cara se maquillan y se tratan de olvidar con un poco de alcohol o quizás algo más fuerte, si es que aún queda un poco en algún rincón de esta pocilga de aluminio y sueños olvidados. La ingenuidad es un lujo que una mujer como Simona simplemente no se puede dar y la ilusión de escapar a un pueblito perdido a la orilla del mar en Chiapas es algo que ella entiende nunca sucederá. Al menos no aquí, no en este miserable rincón olvidado del mundo donde la vida de una persona vale menos que el peso del cuchillo escondido debajo de un colchón. Claro que eso no significa que ella no pueda sacar raja de la situación y que no pueda hacer salivar a su obediente perrito con el sonido de sus campanas, o en este caso, con el bulto que esconde en la entrepierna.
El arte de la manipulación femenina queda perfectamente plasmado en uno de los textos más contundentes de toda la temporada. Un arriesgado trabajo de producción, absolutamente comprometido con su visión escénica, convierte la sala 6 en una casa de lámina de alguna ciudad perdida en la ciudad, donde conoceremos a Simona y a su joven amante Adán, ambos desesperados por escapar de sus presentes circunstancias, dispuestos a hacer uso de todo cuanto tengan a su alcance para que esto se haga realidad. Los trabajos tanto de dramaturgia como de dirección de Francisco Cardoso son enormemente beneficiados por la tan bien alcanzada actuación de Federico Tello como Simona, quien consigue provocar en el público una buena combinación de repulsión y conmiseración sobre este verdaderamente lamentable personaje. Carlos Castilian brinda un buen apoyo al trabajo de Federico como el enamorado manipulado, víctima absoluta de las redes de un monstruo travestido.