MEDEA

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Para quienes desean aplaudir un clásico griego llevado a un prostíbulo en medio del arrabal.

MEDEA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“No es que sea bruja o adivina, es que también soy mujer.”

Lejos del hogar que abandonó, atada por el corazón a un hombre que la ha traicionado, y con las manos manchadas de sangre, Medea aúlla como loba su dolor en medio del burdel que regentea. El deseo entre el Pescador y la Bruja unió sus vidas desde el ombligo, un pacto permitía compartir la carne, más no el alma, un acuerdo entre machos dejó a una mujer desesperada a la deriva junto con sus hijos y dispuesta a cobrar venganza. Esto no es una tragedia griega ni la historia de una villana, es el día de día de tantas y tantas mujeres en la actualidad en México, en todo el planeta.

“El que da y quita con Medea se desquita.”

El ciclo teatral denominado Invasión Griega, orquestado por la casa productora Magnífico Entertainment y del cuál forma parte Edipo Nadie es Ateo y Orestiada, se completa con una potente versión libre de la tragedia clásica de Euripides “Medea” a cargo del dramaturgo Antonio Zúñiga. Del reinado de Corinto en la Grecia antigua antes de Cristo a un prostíbulo de la Merced en el México actual, la visión de Zuñiga demuestra, combinando diestramente el lenguaje poético con el prosaico y urbano, que el poder se enarbola y corrompe hasta el tuétano desde las más altas esferas de la sociedad hasta los más oscuros rincones de lo marginal.




“Yo soy el veneno.”

Despechada y orillada a pelar los dientes como un perro feral, Medea asesina a la futura esposa de Jason para después aniquilar a sus propios hijos para infligir el máximo posible dolor a quien antes consideraba su hombre. Un coro creado por prostitutas callejeras, una narrativa que elimina el infame Deux ex Machina que salva a Medea de todo castigo y un par de proxenetas que planean el futuro de sus mujeres en medio de una afeitada. “Medea” de Zúñiga abre líneas de discusión en torno al machismo, la violencia de género, el rol de la paternidad e incluso sobre la “injusta” manera en que la historia se ha encargado de condenar a Medea como una de las más grandes villanas en la historia de la dramaturgia universal. El autor habla desde su trinchera, el barrio y la liminalidad, misma que ha retratado en múltiples ocasiones en trabajo anteriores como La Epopeya de los Recicladores o Historias Comunes de Anónimos Viajantes. El resultado deja en evidencia la diestra y experimentada pluma de Zúñiga en temas de adaptación, consigue un argumento contundente en torno a las diferentes premisas que plantea, al mismo tiempo que le inyecta un pútrido aroma de actualidad a tan antiguo mito demostrando una vez más que los clásicos lo son por su capacidad de resonar en el aquí y ahora como lo hicieron hace más de dos mil años.

“En mis pasos están tus logros.”

Medea se deja caer y Jason la atrapa. Se besan salvajemente y ella salta en sus espaldas quizás en un abrazo, aunque también podría ser un ataque. Un baile de confianza, lujuria, violencia y desenfreno se lleva a cabo entre los amantes que han jurado estar juntos por siempre. En una diferente escena, Medea saca una bocina y micrófono y comienza, a manera de merolico moderno, a vociferar diferentes sobrenombres que se le han dado a los clientes que visitan a las damas de la noche. Las prostitutas que conforman el coro se le unen en el llamado a los clientes al mismo tiempo que se comienzan a agredir entre ellas, una cacofonía escénica sobre un piso que se ha cubierto por completo por periódico mojado. Fortaleciendo de manera precisa la dramaturgia, llevando al límite a los personajes en sus desenfrenos y con una propuesta visual que impacta desde cada una de sus aristas, el director Mauricio García Lozano consigue que “Medea” sea una verdadera experiencia escénica de gran alcance. La iluminación de Ingrid Sac que juega con sombras de manera constante, la escenografía de Dulce Zamiparra que acentúa la decadencia en la que viven las suripantas, la musicalización de Pablo Chemor que remite a lo feral de las emociones vividas o el movimiento escénico de Vivian Cruz que ilustra los alcances de Jason o Medea. Cada uno de los integrantes que apoya la visión de García Lozano consiguen un todo armónico en una de las direcciones más deslumbrantes a la fecha del exitoso autor de montajes como Romeo y Julieta, Después de Casa de Muñecas y Macbeth.




“¿Qué pasará con tu cariño al morir nosotros?”

Los ojos de Medea se encuentran ennegrecidos, su maquillaje corrido por las lágrimas de desesperación que han corrido. Su quebrantamiento es un reflejo directo de la pasión que la quemaba por dentro cuando las cosas entre Jason y ella ardían. En la misma proporción se encuentra su furia al encontrarse vejada, su aparente calma el ojo de un huracán a punto de estallar con toda fuerza. El trabajo visceral y corporal que realiza Ilse Salas en “Medea” se encuentra a la altura de las demandas establecidas tanto por texto como dirección, dando como resultado una interpretación honesta, de gran complejidad emocional y redonda. A su lado, Raúl Villegas como el padrote Jason realiza un trabajo igualmente encomiable, consiguiendo ser una contraparte del mismo peso, siendo cínico en su machismo, apasionado en lo que dicta su entrepierna, ambicioso al momento de negociar con Creonte. Aída López como la Nodriza y la gran mayoría del elenco conformado por Mauricio Pimentel, Margarita Lozano, Christian Cortés, Gabriela Montiel, Natalia Solián y Samantha Coronel realizan interpretaciones sólidas, destacando a las integrantes del coro quienes dejan el alma, y las rodillas, en escena.

“Cuando me pidas que te mate no lo voy a hacer.”

Yo confieso que llevo años deseando ver un montaje de Medea que estuviera a la altura de mis expectativas, dado que esta es mi obra griega favorita. La alquimia resultante de juntar a Antonio Zúñiga con Mauricio García Lozano, dos creadores escénicos talentosos sin duda, pero de visiones distantes entre sí sobre la manera de hacer teatro, rinde frutos en una puesta en escena que sin duda se perfila como entre lo más destacable de lo que va del año.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Medea”

DRAMATURGIA: Versión libre de Antonio Zúñiga sobre la obra de Eurípides.

DIRECCIÓN: Mauricio García Lozano

ACTUAN: Ilse Salas, Aída López, Raúl Villegas, Mauricio Pimentel, Margarita Lozano, Christian Cortés, Gabriela Montiel, Natalia Solián y Samantha Coronel.

DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Colonia Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Viernes 19:00  y 21:00; Sábado 17:30 y 19:30;  Domingo 18:00 horas. Hasta el 28 de Julio.

COSTO: $350. Disponibles en taquilla y https://www.helenico.gob.mx/

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con valet parking y estacionamiento.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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