LOS OJOS

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Para quienes desean adentrarse en la oscuridad y el dolor  que va más allá de la ceguera.

LOS OJOS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Yo sueño sonidos.”

En la oscuridad en la que habita Pablo los lastres que carga Nela son invisibles. Ahí, donde la luz nunca ha entrado, pueden dos jóvenes vivir plenamente su amor, uno lleno de poesía, libre de cicatrices o traumas. Sin embargo, Chavela Vargas ha llegado al pueblo para arruinarlo todo con sus promesas de luz y sanación. No hay nada que hacer, las maletas están hechas, el cigarro que hace a una madre bella se niega a prenderse. Entre las tinieblas, la historia de una mujer condenada a nunca poder escapar de su infelicidad será contada.




“Todo esto es muy raro, pero nos está pasando.”

La inhabilidad de soltar el pasado, el egoísmo que sólo se genera cuando el amor y la inseguridad se hermanan, el recorrer caminos en busca de una luz que ilumine la ruta y la promesa de poder ver cuando siempre ha dominado la oscuridad. Pablo Messiez, uno de los dramaturgos argentinos de mayor renombre en la actualidad, se adentra en la más profunda de las cegueras, esa que se aloja no en los ojos sino en el alma, para contar “Los Ojos”. Esta pieza de corte melodramático narra la historia de cuatro personajes fracturados, incompletos física o anímicamente, que deben enfrentar a sus propios miedos una vez que la posibilidad de tocar la luz los alcanza.

“Yo me entiendo mejor con el pasado.”

Nela, quien porta un enorme lunar en la mejilla, ha encontrado el amor en Pablo, un hombre ciego que es incapaz de percibir sus aparentemente enormes defectos. Su madre, una mujer salida directamente del universo de Almodóvar, pareciera boicotear la relación de su hija con el invidente, no por malicia, sino por una incapacidad de cerrar la boca o de superar los dolores del pasado. Con la llegada de la doctora Chavela Vargas, el frágil universo de estos tres seres dolidos se verá irremediablemente transformado hacia un abismo de corte chejoviano. A través de cuatro personajes que van de lo más simple a lo inmensamente complejos, “Los Ojos” sumerge al espectador en un remolino de emociones y conflictos en un mundo donde todos cada uno de los involucrados está tratando de escapar su situación actual. El dramaturgo, en un despliegue de capacidad narrativa, presenta en un inicio una historia de amor sencilla que a través de una exquisita manipulación del entendimiento del espectador va más allá de lo que se ve en un juego de reinterpretación que lleva a la más intensa insatisfacción en voz de una doctora tratando de encontrarse a sí misma en medio de la nada y en una madre asfixiante que trata de ocultar todo aquello que la aleja de su propia felicidad.




“A mí no me está saliendo bien esto de vivir la vida.”

Un escenario de madera capaz de manejar cuatro niveles de altura es el espacio donde la acción se desarrolla. En él, la historia se desarrolla con la fluidez necesaria, íntima a momentos, sumamente graciosa en otros. Cada personaje ha sido delineado cuidadosamente, cada línea argumental perfectamente entendible. La dirección que propone Cristian Magaloni, la más sólida a la fecha en su carrera, no sólo logra sus pretensiones, sino que las lleva a lugares mucho más profundos de lectura. Ya sea sumergiendo el escenario en total obscuridad o usando maletas como símbolos diversos a lo largo de la puesta en escena, es admirable el trabajo que alcanza el director en llevar el texto a un lugar mucho más potente teatralmente hablando.

“Confórmate con lo que ves.”

Una chica retraída, insegura y por demás devota le reza con desesperación a la virgen para que aquello que más desea su novio invidente no se haga realidad. Una doctora que pareciera provenir de una realidad alterna trae consigo milagros imposibles de creer, al mismo tiempo que guarda un secreto en la mirada que pareciera a momentos no dejarla respirar. Un hombre ciego estalla en furia al momento de que se le intenta arrebatar el sueño más anhelado y una mujer discute con furia con un operador telefónico ante la inigualable desesperación de no poder realizar esa llamada que tanto tiempo ha deseado hacer. Cada una de los miembros del elenco que conforma “Los Ojos” se entrega de lleno al proyecto tanto con fractura como honestidad. Mientras que Assira Abbate conmueve y conflictúa al espectador con un egoísmo producto de sus carencias como la frágil Nela en una interpretación que proviene de las más profundas entrañas, Ana Kupfer es deliciosa en su frenética creencia de la capacidad sanadora que se encierran en sus manos mientras que en su mirada se percibe un vacío abismal. Ya sea admirando el manejo corporal de Gonzalo Guzmán en su interpretación de Pablo o sencillamente gozando a Sara Nieto por su hilarante y dolida interpretación de Natalia, el verdadero personaje eje de la obra, no cabe duda que cada uno de los histriones involucrados en el montaje deja el alma en escena y se gana una ovación estruendosa.

 “Yo no sé cómo piensa un ciego.”




Tras más de siete años trabajando a lado de personas con discapacidad visual como voluntario en la Asociación Ojos que Sienten he descubierto que el no poder ver no significa que una persona tenga que sumergirse en la oscuridad. Muy al contrario, he descubierto personas que cargan su propia luz mientras caminan con un bastón, que brillan con la mirada apagada, que irradian una felicidad capaz de iluminar a todos los que lo rodean. Al mismo tiempo he conocido gente que, a pesar de tener una visibilidad perfecta, se encuentran ciegos ante todo aquello que los sumerge en la tristeza incapaces de salir de ese hoyo negro de su propia creación. ¿Tú dónde te encuentras? ¿Qué tan ciego crees que seas ante tus propias carencias, miserias o imperfecciones? ¿Qué estás haciendo para remediarlas?

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Los Ojos”

DRAMATURGIA: Pablo Messiez

DIRECCIÓN: Crisitian Magaloni

ACTUAN: Sara Nieto, Assira Abbate, Roberto Beck, Ana Kupfer, Monserrat Monzón, Joanna Larequi Almada y Gonzalo Guzmán. (alternando funciones).

DÓNDE: Teatro El Granero.

DIRECCIÓN: Paseo de la Reforma y Campo Marte S/N.

CUÁNDO: Jueves y Viernes 20:00, Sábado 19:00 y Domingo 18:00 hrs. Hasta el 31 de Marzo.

COSTO: $150. Boletos en taquilla y ticketmaster. Aplican descuentos.

DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: El Centro Cultural del Bosque cuenta con una extensa cartelera en sus diferentes teatros, les recomendamos revisarla. Cuentan con dos estacionamientos gratis al mostrar sus boletos para la obra. Se encuentra detrás del Auditorio Nacional.

 

 

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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