LOS ARREPENTIDOS
Para quienes quieren ver a dos grandes actores sostener una plática interesantísima.
LOS ARREPENTIDOS
“Esto es algo muy raro para los dos.”Decisiones. Todos los días tomamos decisiones que afectan nuestras vidas. La mayoría de las veces son pequeñas y no trascienden más allá del momento. En ocasiones, las decisiones que tomamos alteran irremediablemente el curso de toda nuestra historia. Algunas veces son las correctas y cosechamos las recompensas, siendo exitosos, adinerados o más felices. Algunas veces tomamos las decisiones equivocadas y tenemos que cargar las consecuencias de nuestro error. Algunas veces tenemos que vivir arrepentidos por el resto de nuestra vida.
«¿Cuándo te hiciste la tuya?”Orlando tuvo su operación en 1967. Se arrepintió de ella después de que su matrimonio de once años se colapsara ante el descubrimiento de la verdad. Mikael tuvo la suya en 1994 y se arrepintió casi de inmediato. Los dos hombres cambiaron de sexo en épocas distintas y vivieron experiencias casi antitéticas entre ellos, al convertirse en Cristina Margarita y Mikaela. Cuando nos encontramos con ellos en el escenario, Orlando ya ha sido sometido a una segunda operación y es “hombre” de nuevo. Mikael viste como hombre pero sigue teniendo genitales femeninos. Espera poder volver a ser hombre de nuevo. Espera poder enmendar su error.
“Yo pensé que era el único en mi especie.”“Los Arrepentidos” del dramaturgo sueco Marcus Lindeen es prácticamente una transcripción dramatizada del encuentro real que tuvieron estos dos hombres, a sus sesenta años, para poder intercambiar vivencias, puntos de vista y experiencias. Es un discurso donde la frontera entre lo masculino y lo femenino pierde sentido, se ha trasgredido, en una búsqueda de algo que no se ha encontrado y que ya es demasiado tarde para arreglar.
“La verdad, ser mujer no es lo mío.”Hay actores cuya mera presencia dan autenticidad a un proyecto. Tener la oportunidad de ver a ciertas figuras en el escenario es más que suficiente razón para ir a ver una obra. La última vez que vi a Margarita Sanz en teatro fue en 1994 con “Juicio Suspendido” de Héctor Mendoza a lado de Delia Casanova. Todavía recuerdo esa obra como uno de los momentos claves en mi educación teatral. ¿Cómo perderme la oportunidad de volver a verla después de casi dos décadas?
Orlando es un hombre que busca vivir, sentir, experimentar y, aun cuando se arrepienta, no se disculpa de sus decisiones. En su condición actual, se sabe andrógino y juega claramente entre dos mundos como mejor le convenga. Cuando fue mujer, disfrutó su sexualidad y su sensualidad y ahora, como hombre de nuevo, viste su traje rojo con la cabeza en alto para la curiosidad, repudio o atracción de quien guste. Margarita Sanz logra encarnar todas esas facetas de Orlando con una finura y delicadeza que sólo se logran con años de perfeccionamiento actoral. Un gesto, un movimiento de brazo, ponerse unos lentes o beber una taza de café bastan para transmitir todo lo que ha vivido su personaje. Escuchar a Margarita relatarnos su matrimonio de once años y el colapso subsecuente ha sido uno de los puntos más altos en esta temporada teatral.
“Los ocho años que viví como mujer fueron una interpretación magistral.”Mikael ha fracasado como hombre y como mujer. Cabizbajo, derrotado, prejuicioso y miedoso, uno nunca sabe en qué momento esta montaña de mujer transgénero se va a quebrar en llanto o explotar en rabia contenida por años. Lo que Alejandro Calva aporta a la escena es una contraparte igual de poderosa a la actuación que Sanz brinda. Su mirada oculta por lentes oscuros logra tocar nuestro corazón cuando a momentos quería repudiarlo por su pusilanimidad. Su voz afectada o su simple postura están cargadas de todo lo que Mikael ha tenido que vivir y soportar por años.
¡Qué gran duelo de actuaciones en un montaje tan sencillo y elegante!
“¿Te sentías como una mujer, o como un hombre alterado quirúrgicamente?”Una pantalla al fondo del escenario nos muestra las fotos que están intercambiando los personajes de ellos mismos cuando eran mujeres, además de diferentes aspectos del cuerpo del Mikael y Orlando reales. Esto consigue que el público se sumerja por completo en esta colección de confesiones de dos seres humanos buscando una identidad, cualquiera que sea. Todo esto forma parte de la dirección que lleva Sebastián Sánchez Amunátegui con sutileza para dar absoluto foco a las dos historias que venimos a escuchar.
El teatro se define, en su manera más básica, con dos palabras: acción y conflicto. “Los Arrepentidos” no tiene ni una ni otra. Lo que tenemos es a dos estupendos actores sentados uno a lado del otro teniendo una plática sencillamente fascinante. El tema nos involucra, las actuaciones hipnotizan y el resultado es una hora y media que desaparece a medida que somos testigos de este encuentro.
“¿Por qué no puedes ser simplemente tú?”Mi vida ha estado plagada por decisiones que han sido cuestionadas, juzgadas o menospreciadas. En retrospectiva, yo mismo me río o me lamento de muchas. Pero todas y cada una de ellas han sido mías. Han sido mis decisiones. ¿Me arrepiento? De muchas. Pero quien soy hoy me gusta y eso es resultado de todo lo que he decidido. Estoy orgulloso de mis aciertos, sin embargo… siempre me arrepentiré de… cada quien termine su frase.
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