LES DESERTORES
Para quienes desean entender las vivencias de infancias trans desde sus propias voces.
LES DESERTORES
“Es la primera vez que actuamos… en el teatro.”
Rosa para las niñas, azul para los niños, cocinar es de mujercitas y jugar a la guerra de varoncitos. Lo que hay en medio de esos dos colores, de esos constructos sociales, es un punto ciego para muches, pero no por ello inexistente. Es por eso que hoy Channel comparte su amor por las Barbies, Andrea confiesa las violencias sufridas en la escuela, Nicolas enseña cuán bella puede ser una cicatriz en un pecho libre de senos, y Dan demuestra en video que su identidad de género viene desde nacimiento. Aquí no hay personajes, no hay adoctrinamiento ni posicionamientos políticos o religiosos. Lo que está sobre el escenario es un grito por la libertad de ser y dejar ser, son cuatro seres humanos clamando por acabar con los juicios y los estereotipos, es testimonio vivo de cuán plena y bella es une persone cuando es nombrado como pide serlo y se le identifica con su pronombre correcto.
“A los 8 yo pensé que el género era algo con lo que podía jugar.”
La compañía teatral colombo-mexicana L.A.S. (Laboratorio de Artistas Sostenibles), dirigida por las creadoras escénicas Laura Uribe y Sabina Aldana, ha desarrollado la puesta en escena “Les Desertores” como parte de su proyecto Cuerpo, Género y Disidencia. La dramaturgia como arquitectura de sentido: Tetralogía documental para dispositivos poéticos diversos e inclusivos, específicamente a partir del laboratorio de experimentación teatral con infancias y juventudes trans llamado Estx cuerpx que (re)existe. El resultado es una poderosa pieza de teatro documental que aborda el tan urgente tema de la experiencia trans desde la voz de cuatro personas entre los 11 y los 27 años quienes levantan la voz y comparten sus propias vivencias como humanos que abrazan plenamente tanto su identidad como expresión de género.
“Está bien ser una cabra en un rebaño de ovejas.”
Stephany Channel Cantú (11), a pesar de haber nacido con género masculino, amó desde pequeña las Barbies, el color rosa, y usar donitas para el pelo, situación que provocó un distanciamiento con su madre; Andrea Vázquez (15) trató, sin mucho éxito, que sus profesores de escuela no le llamaran por su deadname, nombre con que nació pero que no le representa bajo su propia identidad de género, una de las innumerables violencias vividas bajo un sistema educativo incapaz de evitar el abuso para aquelles que tiene la insolencia de desafiar el sistema heteropatriarcal; Nicolás Fonseca (17) explica al público lo que es un binder, una especie de faja que se usa para aplastar los senos contra el cuerpo, al mismo tiempo que comparte la relación que ha ido desarrollando con su cambiante corporalidad; Dan Escárraga (27) deja más que en claro su naturaleza masculina a través de una serie de videos familiares que se le tomaron desde que era un infante que claramente no concordaba con la femineidad que se le imponía. A nivel dramaturgia, Laura Uribe construye una narrativa a partir de las vivencias de les cuatro protagonistas de “Les Desertores” donde se exponen no sólo las violencias sufridas por familiares, compañeres de escuela o la sociedad en general, sino también los logros alcanzados, quienes sí han abrazado las identidades de estas cuatro persones como el padre de Channel. En este balance, en el que se denuncia, pero se reconoce, en el que se hacen analogías con la naturaleza, al mismo tiempo que se comparten datos duros, es que la propuesta se aleja por completo de lo panfletario o discursivo, para entregar un trabajo escénico que plenamente proviene de un lugar de honestidad y vulnerabilidad, un espacio capaz de abrir conversaciones por demás pertinentes.
“Recuerda que lo natural no es lo que te dijeron.”
La familia perfectamente heteronormada alrededor de un árbol de navidad, los niños vestidos de trajecito al igual que papá, las niñas en vestidito rosa como mamá. El hecho de que algunos de los niñes sean maniquís es símbolo preciso de un ser humano, libre de género, al que se le impone una identidad a partir de ropa que no necesariamente le representan. Entre los diversos elementos de utilería que “Les Desertores” utiliza, incluyendo cajas de regalo que guardan objetos típicamente asociados con las niñas, uniformes escolares, y banderas de la diversidad, se destaca de inmediato la presencia de maniquís. Bajo la dirección escénica de Laura Uribe, así como la dirección de arte de Sabina Aldana, el uso de este elemento funciona para ejemplificar las violencias escolares con el mero levantar de un brazo de plástico, para crear un coro presencial que acompaña a Channel mientras grita más que cantar la canción Cry Baby de Melanie Martinez, o para ilustrar la inmensa diferencia que una cicatriz en el pecho puede crear para la felicidad de una persona trans. Es en el resignificamiento de estas representaciones plásticas de humanos sin género que la puesta en escena es capaz de llevar a la contundencia las experiencias que les cuatro protagonistas comparten con la audiencia
“Te libero del nombre y del género.”
Channel habla de su madre, del rechazo sufrido ante su identidad, y el coraje que irradia proviene de su entraña; cuando Andrea describe la angustia al entrar al baño escolar, al tratar de explicar a sus profesores cuáles son sus pronombres, al sentirse señalada por todos sus compeñeres, su dolor es muy real; luego de dibujar una línea punteada abajo del pecho de un maniquí, Nicolas deja más que en claro la inmensa felicidad que le espera una vez que se vea liberado de una parte de su anatomía que no le representa; al ondear una bandera disidente, al explicar que ya se cambió el nombre legalmente, al describir las violencias provenientes de su familia y cómo las ha abordado, Dan lo hace con la frente muy en alto. Al inicio de “Les Desertores” les cuatro integrantes del elenco dejan en claro que nunca han actuado sobre un teatro, pero que la vida los ha orillado a tener que actuar de cierta forma a lo largo de toda su vida. No obstante, me atrevería a decir que en el escenario no están actuando en lo más mínimo, muy al contrario, se están mostrando en todo su esplendor, en toda su vulnerabilidad y orgullo. Es en esta valentía de abrirse las entrañas para ser expuestas, dejar ver sus cicatrices de guerra, y la belleza que reside en cada une de elles a tan temprana edad que la puesta en escena alcanza su máxima valía, una merecedora de la más sincera ovación de pie en admiración y respeto.
“No hay nada más queer que la naturaleza.”
¡Con nuestros hijos no! Este profundamente ignorante mensaje que se ha escuchado repetirse una y otra vez por seres incapaces de ver más allá de sus muy egoístas realidades se ha usado como bandera en contra de la naturaleza misma, del camino a la felicidad de Stephany Channel Cantú, Dan Escárraga, Nicolás Fonseca y de Andrea Vázquez y muches otres que se quedaron a la mitad del camino. Tenemos que izar otras banderas, unas con azul y rosa, con amarillo, blanco, morado y negro, con todos los colores que representan la otredad para que otres niñes puedan crecer lejos de la culpabilidad, llenos del orgullo que caracteriza a la comunidad LGBTIQ+. Yo, como hombre gay cis con expresión de genero no binaria, me uno a la lucha de estos cuatro humanos en busca de su felicidad simplemente queriendo ser quienes desean ser sin herir a nadie más.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: Les Desertores
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Laura Uribe
ELENCO: Stephany Channel Cantú, Dan Escárraga, Nicolás Fonseca y Andrea Vázquez.
DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.
DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.
CUÁNDO: Viernes 20:00, Sábados y Domingos 18:00 horas. Hasta el 17 de Septiembre 2023.
COSTO: $250. Boletos en taquilla y Teatro Helénico (comprarboletos.com)
DURACIÓN: 70 minutos sin intermedio.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento y valet parking.
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