Para quienes desean reír con la desmedida ambición de tres mujeres profundamente políticamente incorrectas.

LAS PARTÍCULAS DE DIOS

“La inmensidad no sirve de nada.”

El muy respetado Mister Douglas, profesor de Teología y Escolástica, así como el dueño del McDonalds del lugar, está en una profunda crisis: se ha enamorado. El problema, aparte de que está casado, es que sus afectos se han dirigido a un hombre, peor aún a un negro. Esto representa un dilema moral para el egregio profesionista, así como para el cura que lo aconseja. Sin embargo, también es una oportunidad de oro para tres ambiciosas mujeres dispuestas a todo con tal de salir de su miseria, cumplir cada una sus anhelos secretos y, en una de esas, alcanzar el sueño americano que tanto critican.

“La gente buena gente tiene cara de buena gente.”

La ambición desmedida de una amargada mujer enfocada en reencontrarse con su hija a quien no ha visto en más de 15 años es la punta de lanza sobre la que se desarrolla “Las Partículas de Dios”, una ingeniosa y políticamente incorrecta comedia escrita por Luis Ayhllón. Al combinar algunas cuestiones filosóficas como lo que puede significar una mera gota de agua dentro de la inmensidad del océano con diálogos homófobos, racistas, clasistas, incluso misóginos a momentos, todo en boca de tres mujeres tratando de sobrevivir en condiciones adversas, el dramaturgo abre una necesaria discusión sobre el muy ilusorio e irreal camino a la felicidad usando la risa como arma.

“No es que sea homosexual, es que lleva 30 años de casado.”

Una sanguijuela sin el menor empacho de manipular a sus amigas con tal de conseguir lo que quiere; una muy cristiana mujer con un esposo alcohólico capaz de relajar sus firmes creencias religiosas para tener más dinero en el bolsillo; una no tan inocente y muy ignorante joven dispuesta a venderse a un hombre con un fetiche muy particular y así dejar la pobreza. En los personajes de Tola, Pepa y Lupe, las tres protagonistas de “Las Partículas de Dios”, Ayhllón ha creado tres patéticos antihéroes reflejo del tipo de sociedad hipócrita en la que vivimos. A pesar de que a nivel anecdótico la obra cuenta con varias inconsistencias dramáticas, contradicciones, e incluso un Deux ex Machina, es en la habilidad del autor de crear un divertido espejo distorsionado que muestra la podredumbre social imperante en la actualidad que la obra se sostiene.

“Una cosa es el optimismo y otra el engaño.”

Una mesa y dos bancas son manipuladas de un lado a otro del escenario para representar un parque, la casa de Tola, la calle o incluso la cubierta de un yate. En la parte trasera se encuentra una lona con la palabra Réntame y en la parte superior se alcanzan a percibir los icónicos arcos de la más famosa franquicia de hamburguesas en el mundo. La paleta de colores en escena es rojo y amarillo McDonalds. La dirección de “Las Partículas de Dios” está a cargo de Gabriela Ochoa, quien transita entre la comedia y la farsa en su propuesta, hecho que se percibe en la manera en que aborda los personajes de Pepa y Tola respectivamente. Este hecho, junto con un diseño de escenografía a cargo de Mauricio Ascencio que levanta más preguntas que ofrece respuestas, da como resultado una puesta en escena desarticulada a momentos, poco fluida en sus transiciones y carente de verdadera contundencia.

“A mí me gusta ser payasa.”

Al inicio de la obra, Tola y Pepa comparten una banca de parque enfrente del McDonalds de Mister Douglas. Mientras que Pepa declara con toda seriedad que ya es tiempo de que regrese a su casa, aun cuando no tiene absolutamente nada que hacer allá, la desparpajada Tola le dice en voz demasiado alta que espere pues su hija está a punto de llegar, así como las hamburguesas que le encargaron a muy obediente Lupe. Momentos después, entre sorbos de refresco, se establece que económicamente Pepa ayuda a Tola desde hace mucho tiempo, hecho que la primera asume con bondad cristiana, algo que la segunda pareciera que mereciera. Las actuaciones de Irela de Villers como Tola y de Amanda Farah como Pepa son tanto divertidas como congruentes con las discordantes personalidades de sus personajes. Ciertamente, las actrices operan en géneros distintos, de Villers en farsa y Farah en comedia, hecho que es desconcertante, pero que cada una de ellas por separado construyen de manera exitosa. El elenco se completa por Lourdes Echeverría como Lupe, quien encuentra un justo medio entre ambos géneros, usando con toda seriedad un traje de payaso o una peluca afro y unos guantes de latex negros con los que satisface a su heteroflexible amante.

“Esto es un negocio para que nosotras un día tengamos nuestro propio McDonalds.”

Recuerdo todavía cuando McDonalds llegó por primera vez a México. Filas de cuatro horas para poder entrar a disfrutar de una Big Mac eran parte de un fenómeno que inició la entrada de negocios norteamericanos al mercado mexicano. Con cuánta ansiedad se añoraba esto por todo un segmento poblacional, con cuánto desdén fue criticado por el restante. Los mexicanos siempre hemos tenido una relación codependiente de amor/odio con los vecinos del norte, una que Luis Ayhllón retrató de manera certera en “Las Partículas de Dios”. ¿Con cuál postura te quedas tú?

 DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: “Las Partículas de Dios”

DRAMATURGIA: Luis Ayhllón

DIRECCIÓN: Gabriela Ochoa

ACTÚAN: Irela de Villers, Amanda Farah y Lourdes Echevarría.

DÓNDE: Teatro La Capilla

DIRECCIÓN: Madrid 7, Del Carmen Coyoacán.

CUÁNDO: Sábado 19:00 horas. Hasta el 19 de Octubre 2019.

COSTO: $250 entrada general. Boletos en taquilla o https://boletopolis.com/es/

DURACIÓN: 75 minutos sin intermedio

DATOS DEL TEATRO: No cuenta con estacionamiento o valet parking. Les recomendamos revisar el resto de su cartelera.