Para quienes quieren que sus hijos queden encantados con la magia de Santa Claus.

LA FÁBRICA DE SANTA

Todos los duendes están muy emocionados en la fábrica de Santa pues diciembre ha llegado, lo que significa que hay que apresurar motores para asegurar que todos los niños del mundo reciban sus juguetes a tiempo esta navidad. La computadora Prinzzi ya está lista para recibir y procesar todas las cartas de los niños bien portados y el Sr. Claus ya tiene el trineo listo para partir. Claro que nunca hay que olvidar que si llegaran a haber más niños malos que bien portados, el malvado Atnas, el lado oscuro de Santa Claus, podría aparecer para arruinar la navidad.

Después de haber pasado una buena parte de este mes viendo antipastorelas como “Pachecas a Belén”, “Jesús María y José José” y “Década Antinavideña” (reseñas en www.entretenia.com), llegar al Teatro Metropólitan para ver “La Fábrica de Santa”, dos días antes de navidad, y verlo atestado de familias, de niños emocionados porque iban a ver a Santa Claus, resultó un giro bastante necesario para despertar mi espíritu navideño.

El espectáculo comienza desde la entrada al teatro, donde un par de duendes ya se encuentran felices de recibir a los niños. Pasamos al lobby, donde encontramos un coro de duendes bailando y cantando felices de la vida y listos para tomarse fotos con los niños que así lo pidieran. La sensación de emoción de todos los niños ahí presentes era palpable y, he de decirlo, un tanto contagiosa. Para cuando llegué a mi asiento, un sentimiento de buen humor y ganas de divertirme me habían llenado. Créanme, soy un alma de humor bastante ácido y negro, lo que estaba sucediéndome no es cosa común.

Tercera llamada y comenzamos. Duendes por aquí y duendes por allá. Números de baile llenos de energía con canciones originales más electro-pop que navideñas, que resultaban sumamente pegajosas. Pantallas saturadas de imágenes coloridas, trucos de magia, un número de tap de este lado y un Santa volando por el escenario de aquel otro. La trama era lo de menos, de verdad, aunque he de decir que Atnas, el Santa gris, es algo que me resultó sumamente original y efectivo. Escuchar a un Teatro Metropólitan abucheando a alguien en el escenario es algo que en verdad no se ve a diario y me pareció increíblemente entretenido.

No tengo hijos ni pienso tenerlos, soy sarcástico por naturaleza y cínico de profesión. Claramente espectáculos como “La Fábrica de Santa” no son para mí. Pero ver a cientos de niños gritando y aplaudiendo, abucheando a los malos y levantándose de sus asientos para hacer un juramento de que serán buenos niños y se portarán bien, me convenció de que “La Fábrica de Santa” es uno de los shows navideños más bonitos que existen en este país. Ojalá el próximo año regrese, como lo ha hecho desde hace varios años, para poder verlo de nuevo y recibir una nueva dosis de bonito espíritu navideño. 

Cierro este artículo no con palabras, sino con una imagen, que bien dicen, vale más que mil palabras. Un primer piso del Metropólitan, todos de pie, papás e hijos, haciendo el juramento de que se portarán bien. Prueba absoluta de que «La Fábrica de Santa» es un estupendo espectáculo navideño.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)