
LA DANZA QUE SUEÑA LA TORTUGA
Para quienes quieren celebrar la pluma genial de Emilio Carballido a carcajadas.
LA DANZA QUE SUEÑA LA TORTUGA
“Tú trastornas a estas mujeres.”
Entre versos del Pollito y atender la tienda, terminar de coser vestidos y escuchar la radio, parecería que las hermanas Moredia tienen una vida tranquila en la bella Córdoba. Sin embargo, esta calma apropiada para dos señoritas solteronas a mediados de los cincuenta, encierra una soledad impuesta por un hermano controlador, esconde un deseo que rebasa el cariño entre una tía y un sobrino, hay un grito ahogado que clama escapar de una vida provincial. Bien dicen que, a palabras necias, oídos sordos. Pero cuando de amor se trata, nada mejor que un problema de audición para que los malentendidos se traduzcan en enredos y libertad.
“Ya tenemos a quien importarle.”
A cien años de su natalicio, Emilio Carballido es reconocido como uno de los dramaturgos mexicanos más importantes del siglo XX, junto a otros miembros del grupo conocido como la Generación de los 50 como fueron Sergio Magaña. Jorge Ibargüengoitia y Luisa Josefina Hernández. Obras como Rosalba y los Llaveros, Orinoco, Te Juro Juana que Tengo Ganas, y Rosa de Dos Aromas, entre muchas otras, son consideradas piezas clásicas de su dramaturgia, y claros ejemplos de su ingenioso sentido del humor y su capacidad de capturar la esencia de una época. “La Danza que Sueña la Tortuga”, título que hace referencia al poema Pequeño Vals Vienés de Federico García Lorca, es una comedia de costumbres que no sólo funciona como una hilarante comedia de enredos, sino también como una mordaz y clara crítica a un sistema patriarcal que sometía a la mujer al servilismo, al mismo tiempo que retrata un momento histórico de emancipación y rebeldía contra el machismo tan insertado en la idiosincrasia mexicana.
“¿Es que una madre nunca va a tener un hijo para ella sola?”
Rocío tiene dos problemas en su vida: no oye bien y está perdidamente enamorada de Beto, su sobrino segundo e hijo de su muy alzada prima Albertina. Esta lamentable combinación, aunado al profundo deseo de su hermana Aminta por escapar del yugo de su hermano Víctor, abrirá la puerta a toda una serie de malentendidos que culminarán con un duelo de pistolas que pondrá un agujero no sólo al techo, sino también a los sueños de independencia de un aspirante a poeta en la Ciudad de México. Entre pleitos por una pieza de pollo, celos engendrados por un radio regalado y cartas eternas que incluyen dibujos de gatitos, una familia sacará a relucir todas sus disfunciones de manera comiquísima.
“Mas vale viejas solteronas y no mujeres… malas.”
A momentos absurda, en otros por demás ingeniosa, “La Danza que Sueña la Tortuga” es un despliegue del humor y preciso uso del lenguaje que maneja Carballido en su dramaturgia. La obra es capaz de provocar sendas carcajadas por el veneno que destila una prima celosa, por la imposibilidad de un joven de decirle a su tía que su propuesta de matrimonio no fue más que una terrible confusión, o por el simple hecho de decir una frase dos veces, posicionando una coma o no, para decir que un anillo de Beto es precioso. Adicionalmente, es meritorio resaltar la capacidad que tenía Carballido de retratar la vida, costumbres y hablar del México de antaño, de ridiculizarlo de una manera que se siente amorosa, de poner la lupa sobre la hipócritamente conservadora sociedad de su natal Veracruz, Igualmente, es importante notar los ecos que Carballido realiza estructuralmente en la obra a Las Tres Hermanas y a La Gaviota de Antón Chéjov, tanto por los deseos de libertad de las protagonistas que no provocan acción alguna, como por la presentación de un elemento crucial al inicio de la obra que será determinante en su conclusión. Aunado a esto, es meritorio dar cuenta de la capacidad que tiene el autor de retratar
“Qué bonito es pasar la noche con dos hombres.”
La vivienda de las hermanas Moredia ha sido recreada con detallado realismo. Desde la trastienda donde se ven sacos de grano, vitroleros con aguas frescas y una gran hielera de Coca Cola, hasta una antigua máquina de coser Singer, retratos familiares y el radio que tanto escozor le produce a la amargosa de Albertina. La luz del sol se recrea con fidelidad, ya sea en un día nublado, al atardecer, o cuando el calor está en su mayor apogeo. Lo que en un inicio pareciera una comedia de enredos, donde los chistes provienen principalmente del texto y la situación planteada, poco a poco se va combinando, de la mejor manera, con un melodrama exacerbado producto de la manera exagerada en que empiezan a reaccionar los personajes ante las ridículas situaciones en las que se encuentran, incluyendo la manera servil en que las protagonistas reaccionan cuando llega su hermano Víctor a quien poco falta que le hagan reverencias en una evidente y cómica crítica a la dominación masculina de aquella época.
“Bonita novia que no sabe cuándo va a venir el novio.”
Llevar a escena una comedia costumbrista de Carballido como “La Danza que Sueña la Tortuga” requiere de un equilibrio entre lo ridículo y lo realista, entre generar un ambiente que se sienta netamente mexicano, específicamente veracruzano en este caso, que al mismo tiempo deja en claro cuán sinsentido, cuestionable e hilarante resulta. La dirección de Nohemí Espinosa consigue este balance con precisión, llevando el humor del autor a potencializarse haciendo uso de recursos propios de la comedia como el evidenciar la ridiculez en la que habitan personajes como la clasista prima Albertina, añadiendo un toque de clown, como al convertir a un bebé en una arma letal para una mosca, o incluso añadiendo elementos de melodrama un tanto telenovelescos y que son inherentes a la idiosincrasia mexicana como se percibe en el drama al que se avienta Rocío cuando ve sus próximas nupcias amenazadas por el egoísmo de su hermano. A esto se suma un diseño de producción que captura la esencia costumbrista de Carballido gracias al diseño de escenografía de Mauricio Ascencio y Ángel García, así como por la iluminación y vestuario a cargo del mismo Ascencio.
“Queremos tener un hombre nuestro.”
Cuando el Pollito menciona a su primo Alberto, el deseo que se desborda de la tía Rocío es exquisitamente inapropiado; la posibilidad de que su hermana Rocío se case no es tan importante para Aminta como la posibilidad de que ella consiga en ese marido un hombre que también se encargue de ella, cosa que se evidencia en la manera en que reacciona cuando el casamiento está en tela de juicio; la cara de angustia que Beto muestra cuando se entera que se está planeando su propia boda sin que él propiamente lo supiera es tan divertida como la cara de ofensa que su madre Albertina deja ver cuando ella recibe esa misma noticia.
“Qué esfuerzo de la abeja por ser caballo.”
Una pieza clava para el éxito de “La Dana que Sueña la Tortuga” se encuentra en el trabajo del elenco conformado por Sonia Couoh, Carmen Mastache, Omar B. Betancourt, Cris Zárate, Erika de la Llave, Berenice Riosè y Yadira Pérez. Ya sea viendo a Mastache y a Couoh hablando de manera coral, admirando un anillo de supuesto compromiso, y discutiendo cómo un poco de cinta de aislar puede ayudar a que le quede bien a la novia, o riendo de cuán absurdos son los machos de la casa que piensan que todo se puede resolver a pistolazos, casi todos los actantes de la obra entienden cabalmente el género de comedia en el que deben de operar, explotan lo irrisorio de sus personajes sin exagerarlos, y crean una unidad que consigue fortalecer la hilaridad en la puesta en escena y las magnificas letras de Carballido.
“Una vida puede aguantarse mientras no te den una mejor.”
Recuerdo que en las clases de teatro de mi preparatoria era casi obligatorio conocer las obras de Emilio Carballido para que pudiéramos entender cuán divertido podía ser el teatro mexicano. Durante mi estancia en la carrera de Literatura Dramática y Teatro en la UNAM, discutir a Carballido era pasar horas y horas analizando la manera en que el dramaturgo lograba capturar una esencia netamente mexicana al mismo tiempo que nos hacía reír a carcajadas y reflexionar. A cien años de su natalicio, Emilio Carballido no tiene una presencia en cartelera como debería y merece. Espero que este montaje de “La Danza que Sueña la Tortuga” genere un renovado interés por sus obras, más allá de Rosa de Dos Aromas, y podamos volver a celebrar de manera constante su genialidad.
DATOS GENERALES
(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)
OBRA: La Danza que Sueña la Tortuga
DRAMATURGIA: Emilio Carballido
DIRECCIÓN: Nohemí Espinosa
ELENCO: Sonia Couoh, Carmen Mastache, Omar B. Betancourt, Cris Zárate, Erika de la Llave, Berenice Riosè y Yadira Pérez
DÓNDE: Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, dentro del Centro Cultural del Bosque.
DIRECCIÓN: Reforma y Campo Marte, detrás del Auditorio Nacional, Chapultepec.
CUANDO: Jueves, Viernes y Sábado 19:00, Domingo 18:00 horas. Hasta el 14 de noviembre 2025.
CUANTO: $150. Aplican descuentos. Boletos en taquilla y en Boletos | LA DANZA QUE SUEÑA LA TORTUGA | Centro Cultural del Bosque
DURACIÓN: 140 minutos con un intermedio de 10 minutos.
DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento