LA CASCARITA

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Para quienes entienden que las infancias tienen derecho a jugar futbol sin temor a la violencia adulta.

LA CASCARITA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Ricardo Castillo Cuevas (RiAlCastillo)

“Yo creo que se avecina una guerra.”

La vida en Santiago Mataindios no era la mejor, pero era tranquila… hasta que los paquetes con despensa y efectivo empezaron a aparecer en las puertas de las casas. Humilde para muchos, llena de oscuros secretos familiares para otros, pero era una comunidad donde les niñes podían salir a jugar un reñido partido de futbol llanero sin temor a las bolsas negras en las que terminaron los que se negaron a cooperar con el narco. Un último juego antes de que todo desaparezca, antes de que el ahora se vea para siempre ensombrecido por el antes, una última patada al balón antes de que la infancia arda en llamas.

“Tenemos derecho a ser niños, no esclavos.”

La llegada del narco a una comunidad, la violencia que genera y la manera en que afecta a las infancias, así el miedo que perdura y pareciera nunca agotarse en este país son algunos de los temas que Janil Uc Tun, escritor originario de Mérida, aborda en “La Cascarita”, obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2022.  Utilizando como línea narrativa las vidas de un grupo de niñes unidos por su gusto de jugar futbol, y su relación con el entrenador del equipo quien tiene más de un secreto guardado, la obra desarrolla una denuncia a un sistema que permite al narco destruir comunidades enteras, capaz de acabar con la paz mental de siete adultos que no han logrado superar del todo su pasado en dicho lugar, visibiliza un mecanismo violento y corrupto que convierte hogares en sembradíos ilícitos y pistas de aterrizaje clandestinas.




“Aquí se respira futbol.”

Stanley, a pesar de sus características físicas, logró convertirse en comentarista de futbol; Coreano, cuyos ojos rasgados fueron motivo de burlas constantes en su infancia, ahora porta un arma de fuego como parte de su profesión; Belén, apodo que referencia una telenovela estelarizada por Danna Paola, es un ama de casa que no quiere tener nada que ver con futbol, no para ella, ni para sus hijos. Ni ellos, ni el resto de los adultos entrevistados en la actualidad, se siente cómodo hablando frente a la cámara, menos cuando se trata de hablar sobre ese último partido en que el infierno pareciera haber desatado su furia. La pertinencia y urgencia de las temáticas que toca “La Cascarita”, principalmente en la manera en que tocan a las infancias, es incuestionable. La pluma de Janil Uc Tun se aprecia sutil y moderada, principalmente en su forma de presentar las realidades de los personajes principales en la humildad que viven o la violencia intrafamiliar a la que están sujetos. No obstante, una línea dramática sobreextendida, revelaciones que rayan en lo sentimentalmente chantajistas, incluso gratuitas, y una dinámica interactiva con el público al final de la puesta en escena, son elementos que caen en lo discursivo, redundante o sencillamente manipulador.

“En ese tiempo no gastábamos memoria aprendiendo nombres.”

Al inicio de la obra, un niño entra a escena usando la playera naranja de su equipo. Acto seguido entra un adulto usando la misma playera. Ambos se miran, se reconocen como uno mismo, presente y pasado en comunión estableciendo el universo en que la trama se desarrolla. Durante una escena en la que la niña que interpreta a Twinkie habla de su apodo, la actriz Tanya Gómez Andrade deja de lado su personaje de Twinkie adulta para mostrar una serie de pancartas en las que comparte como ella fue víctima de bullying en su infancia a causa de su peso. Este momento, poderoso por sí  mismo, es un evento un paréntesis a la narrativa y que no se vuelve a utilizar a lo largo de la puesta en escena. Apoyada por un diseño de vestuario a cargo de Giselle Sandiel que logra hermanar las temporalidades de la obra con fluidez, la dirección de Sayuri Navarro en “La Cascarita” consigue que los personajes menores de edad se interrelacionen con sus contrapartes adultas de manera clara y fácil de interpretar gracias a coreografías escénicas que capturan la esencia del futbol, o la angustia que genera la violencia. A momentos el montaje cae en el delicado terreno de lo ilustrativo o evidente, proyectando sobre espejos las palabras antes y ahora repetidas veces, al presentar a una figura monstruosa que de inmediato remite a un Dementor de Harry Potter, o con proyecciones en video que recrean imágenes mencionadas en el texto. Sin embargo, dado que la puesta en escena también tiene como potencial espectador a jóvenes audiencias, estos recursos pueden apoyar a aquellos con poca experiencia en la butaca.




“¿Qué se hace al ver a un muerto?”

Cagón está tirado en el suelo, fingiendo que se ha lastimado una rodilla. Flaca no cree una sola palabra de sus quejidos y evidencia que lo único que está haciendo es evitar aceptar la derrota. Esta escena, actuada por adultos, es seguida por intervenciones de niños a cargo de los mismos papeles, escenificando escenas subsecuentes. Como adulta, Belén habla de lo duro que fue la infancia, pero como niña se deleita comiendo tajín o burlándose de cómo su amiga ya tiene un pretendiente. Pelos es un adulto duro, hermético, como niño se entiende de dónde proviene tal rasgo de su personalidad. Sin duda, el elemento más importante en la escenificación de “La Cascarita” radica en la combinación de un elenco conformado por Zabdi Blanco, Salvador Carmona, Tanya Gómez Andrade, Olivia Lagunas, Nara Pech, Roldán Ramírez, Antonio Rojas y Mario Vera, miembros de la Compañía Nacional de Teatro, y niñes del del Semillero Creativo de Teatro y Danza de Ecatepec, específicamente Esmeralda Rubí Barrera Carvajal, Iker Oswaldo Cruz Bautista, Rosdeli Carolina Cruz Bautista, Norberto Cruz Hernández, Rocío Cruz Hernández, Ollin Newen Martínez Ugalde y Esteban Reyna Díaz. Esta decisión que lleva a que casi todos los personajes son interpretados por adultos y niñes fortalece la narrativa y su denuncia, abre toda una serie de posibilidades visuales al montaje y permite un mejor recibimiento de un público diverso conformado por asistentes de todas las edades. Más allá de la calidad interpretativa, se aplaude la iniciativa, evidente semillero del amor por las artes escénicas en un grupo de niñes que tienen la oportunidad de pisar un escenario junto a histriones mucho más experimentados.

“Ganamos el miedo.”

¿Es necesario hablar con las infancias de violencia? Más aún… ¿resulta pertinente insertar a infancias en obras de teatro que hablan directamente del narco, la corrupción, la pobreza o la muerte? Es mi opinión que responder a estas preguntas con un rotundo no es hacerse al ciego a una verdad evidente en nuestro país y en todo el mundo: estos problemas están enfrente de nuestras narices, no sólo para los adultos, para los niñes también, mismos que se dan cuenta mucho más de lo que quisiéramos aceptar. Hablar de estos temas, que siete niñes participen en este montaje de “La Cascarita” y se conviertan en parte de la conversación es entender que cada uno de nosotres como seres humanos pertenecemos a una sociedad que, aun cuando queramos pretender que no, está insertada en toda una serie de problemáticas de las cuales nadie, absolutamente nadie, está a salvo.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: La Cascarita

DRAMATURGIA: Janil Uc Tun

DIRECCIÓN: Sayuri Navarro

ELENCO: Zabdi Blanco, Salvador Carmona, Tanya Gómez Andrade, Olivia Lagunas, Nara Pech, Roldán Ramírez, Antonio Rojas y Mario Vera, así como las niñas y niños del Semillero Creativo de Teatro y Danza de Ecatepec: Esmeralda Rubí Barrera Carvajal, Iker Oswaldo Cruz Bautista, Rosdeli Carolina Cruz Bautista, Norberto Cruz Hernández, Rocío Cruz Hernández, Ollin Newen Martínez Ugalde y Esteban Reyna Díaz.

MÚSICO EN ESCENA: Edwin Tovar

DÓNDE: Foro La Gruta dentro del Centro Cultural Helénico.

DIRECCIÓN: Avenida Revolución 1500, Guadalupe Inn.

CUÁNDO: Viernes 20:00, Sábados y Domingos 18:00 horas. Hasta el 5 de Noviembre 2023.

COSTO: $215. Boletos en taquilla y Teatro Helénico (comprarboletos.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Cuenta con estacionamiento y valet parking.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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