Para quienes quieren ver un homenaje cómico al cine de suspenso y terror. 

H: EL GORDITO QUIERE SER CINEASTA

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)

Un guión para una película de suspenso o terror es lo único que tienen que escribir para asegurar su lugar en el Festival de cine de Río de Janeiro. Nada más que eso. Un simple guión sobre un hombre con sobre peso y co-dependiente de su madre con grandes ambiciones cinematográficas. Una historia que se desarrolla en Praga y que tendrá eco más allá de lo que se puedan imaginar dos ambiciosos estudiantes. No olviden sus galletas Niki, esto se va a poner sangriento al final.

Basándose en el original “El Pequeño Niño Obeso Quiere ser Cineasta” de Rulo Pardo y Santi Molero de la afamada compañía española Sexpeare, los renombrados expertos de la improvisación en México Omar Medina y José Luis Saldaña se aventuran en el terreno del teatro de texto con su adaptación “H: el Gordito Quiere ser Cineasta”.

Una película que se desarrolla dentro de una obra de teatro da paso a una inteligente farsa que rinde constantes homenajes a películas clásicas de la cinematografía mundial incluyendo “El Proyecto de la Bruja de Blair”, “La Guerra de las Galaxias”, “El Silencio de los Inocentes” y por supuesto una plétora de referencias al cine de Hitchcock. El trabajo de adaptación que realizan Omar y José Luis es acertado, dejando vislumbrar ciertos elementos de impro que los han hecho del gusto del público.

A nivel dirección y actuación, Saldaña y Medina consiguen buenos aciertos sobre todo en cuestiones técnicas como son las proyecciones que se utilizan durante el montaje y los elementos de vestuario y escenografía que se utilizan a lo largo del montaje. Sin embargo, “H: el Gordito Quiere ser Cineasta” cojea a momentos sobre todo en cuestión de ritmo, algo que se evidencia sobre todo en las transiciones entre escenas. La escuela de improvisación que ambos creadores traen a cuestas claramente ha sido un factor de influencia a la hora de montar la obra, elemento que a momentos ayuda mucho, sobre todo gracias al ingenio nato que ambos muestran sobre el escenario, pero que puede resultar un factor peligroso dado que la obra tiende a sentirse alargada debido a un evidente engolosinamiento escénico por parte de ambos actores.

Una vez dicho esto, es necesario aplaudir el gran trabajo que realiza Omar Medina en toda una colección de personajes que interpreta a lo largo de “H: el Gordito Quiere ser Cineasta”. De un estudiante bastante mediocre a un psicótico director de cine, pasando por una secretaria con fuertes tintes de Almodóvar y una madre castrante que podría remitirnos a la comedia de los Polivoces, Medina se divierte enormemente en escena, claramente apoyado por José Luis Saldaña quien se encarga de dar vida al gordito titular de la obra.

Mi gusto y admiración por la improvisación se la debo por completo al trabajo que ha realizado durante años la compañía teatral “Complot/Escena” de la cual Saldaña y Medina son sus directores. Con “H: el Gordito Quiere ser Cineasta” estos dos magníficos comediantes, improvisadores y creadores se enfrentan a un enorme reto al encarar a un monstruo que se rige por reglas muy diferentes a las que ellos están acostumbrados. Estoy seguro de que con cada nueva obra, con cada nueva aventura dentro de este terreno teatral, sus capacidades se irán ensanchando y fortaleciendo. Mi intención es estar en cada uno de sus montajes para seguir aplaudiendo.

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