GÜEVOS

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Para quienes entienden que una primera cita puede ser tierra fértil para que la locura florezca.

GÜEVOS

Por Juan Carlos Araujo (@jcaraujob)
Fotografías: Cortesía de la Producción

“Yo no estoy nerviosa, ¿tú estás nervioso?”

Para él, esta es su primera cita en la que la otra persona llega; para ella, esta es una más de varias primeras citas que ya ha tenido y que se han organizado en línea. Para él, esta es la oportunidad de encontrar el amor verdadero, de empezar un noviazgo; para ella, este encuentro podría saciar la muy urgente necesidad que siente de encamarse, pues no está en busca de nada serio. Para ambos, esta mesa donde las cervezas se acumulan será el lugar idóneo para sacar a relucir sus psicopatías, sociopatías y neurosis, espacio en que un títere en la rodilla, un enorme cuchillo en la bolsa de mano y una danza interpretativa en el baño son cosa de todos los días.

“Dime algo que no quieres que se sepa en una primera cita.”

Las primeras citas, más aún las que son resultado de apps o páginas de internet, son el objeto de estudio de análisis por parte del reconocido dramaturgo estadounidense Adam Szymkowicz en su comedia de tintes absurdistas “Güevos”. En voz de dos personajes representativos de polos opuestos del espectro de personalidades que se pueden aparecer en este tipo de anónimos encuentros, la obra lleva al límite la situación a partir de las sistemáticas revelaciones que cada uno de ellos va haciendo sobre todo aquello que comúnmente ocultarían cuando están apenas conociendo a alguien.




“No le vendrías mal al resto de mi vida.”

De manera casual, él comenta sobre la madera cruda de la mesa en la que están sentados, y que sería divertido grabar sus nombres en ella. Acto seguido, ella saca de su bolsa de mano un cuchillo de cocina de gran tamaño y se lo entrega para que lo haga. Más adelante, durante una de las múltiples visitas que ella hace al baño, él saca un títere de su mochila, mismo que posa en su rodilla para poder hablar con una figura representativa de su exnovia. El nivel de cómico absurdo que “Güevos” maneja es extremo, en un principio provocando enormes carcajadas entre un público que no da crédito de todo lo que está viendo a medida que los personajes se conocen cada vez más, poco a poco también generando una cierta angustia de hasta dónde es capaz de llegar todo esto. Sin embargo, a medida que las revelaciones son de mayor magnitud, y se crea un cierto reflejo de como es la vida entera de una relación en tan sólo una primera cita, se desarrolla dramatúrgicamente una especie de remolina que da vueltas sobre sí mismo sin una verdadera progresión. El resultado es a momentos cansado, a pesar de que las continuas sorpresas no dejan de divertir, más por su irrealidad acumulada que porque no sea posible que en una primera cita uno descubra que está compartiendo mesa con un acosador, con una recepcionista de un consultorio especializado en el alargamiento de penes, con un hombre capaz de decir te amo a los tres minutos de conocer a alguien, o con una mujer que baila en su mente cuando la vida se le complica demasiado.

“Como que estamos hablando mucho de besos.”

La sonrisa que ella tiene es amplia y pareciera sincera mientras escucha a su cita hablar de lo que significa el primer beso entre dos personas. De momento, ella se levanta y grita a todo pulmón sus necesidades sexuales del momento para, acto seguido, regresar a la mesa como si nada. Mientras ella está en el baño, él se deja llevar un poco por la música del lugar, moviendo las caderas al ritmo de un bossa nova. Cuando regresan a la mesa, con toda naturalidad él menciona algunos detalles sobre su bizarra relación con su hermana o sobre sus antecedentes penales. A pesar de estar un tanto atrapados hasta el frente del escenario en un pasillo marcado tanto por iluminación como por escenografía, salvo por el baño que está localizado en la parte trasera del espacio, la dupla que forman Adriana Llabrés con Miguel Santa Rita, quien alterna funciones con Quetzalli Cortés, consigue intensificar tanto la comedia como la locura que hacen de los personajes en “Güevos” tan particulares. Alejados de la innecesaria exageración fársica, accionando a partir de pequeños gestos reveladores, una mirada fastidiada hacia el cielo, un nervioso temblor de las manos, una sonrisa forzada, ambos miembros del elenco capturan las neuropatías que dominan a sus personajes, al mismo tiempo que provocan carcajadas entre las butacas.




“Creo que esto no va a funcionar.”

Con una dirección a cargo de Benjamín Caan y las muy destacables  actuaciones de Adriana Llabrés, Miguel Santa Rita y Quetzalli Cortés (alternando funciones), “Güevos” de Adam Szymkowicz se presenta de viernes a domingo en el Foro Shakespeare. La escenografía e iluminación corren a cargo de Matías Gorlero, el vestuario es diseño de Mario Marín del Río y la música original fue compuesta por Federico Schmucler y Julio Cann. Tendrá funciones hasta el 28 de mayo de 2023.

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DATOS GENERALES

(Toda la información contenida a continuación proviene de la producción)

OBRA: Güevos

DRAMATURGIA: Adam Szymkowicz

DIRECCIÓN: Benjamín Caan

ELENCO: Adriana Llabrés, Miguel Santa Rita y Quetzalli Cortés  (alternan funciones).

DÓNDE: Foro Shakespeare.

DIRECCIÓN: Zamora 9, Colonia Condesa.

CUÁNDO: Viernes 20:30, Sabado 18:00 y 20:30, Domingo 18:00 horas. Hasta el 28 de Mayo 2023.

COSTO: $420. Boletos en taquilla y Boletos | El cuerpo en que nací | SHKSPR & CÍA (shakespeareycia.com)

DURACIÓN: 90 minutos sin intermedio.

DATOS DEL TEATRO: Hay un estacionamiento justo a lado.

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Licenciado en Literatura Dramática y Teatro con experiencia de más de veinte años en crítica teatral. Miembro de la Muestra Crítica de la Muestra Nacional de Teatro y Miembro de la Agrupación de Críticos y Periodistas de México.

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